Emily Thorne
Mamá me había tratado como su esclava toda la mañana, quería todo bien hecho y listo para su cumpleaños, sinceramente no aguantaba mucho a mi madre, solo la obedecía ya que era el único espacio que teníamos para pasarlo juntas y porque era su cumpleaños.
Me pido que llenara la mesa de panecillos, flanes y distintos postres, la verdad me había quedado muy bien, solo decoramos el jardín, ya que era donde mamá quería que hiciéramos su convivio.-Apurate a cambiarte, pareces vagabunda con ese pans- dice mientras yo sigo decorando su mesa, me limité a decirle algo, y solo subí para arriba.
Me puse un crop top con detalles de rayas color blanco, un saco color nude y una falda del mismo color, mis tenis blancos y accesorios dorados.
Me planche el cabello solo onduele la parte de abajo de mis mechones de enfrente, el maquillaje fue muy suave, el protagonista era mi labial café nude.
Cuando ya estaba lista baje y vi que la madre de May y ella ya estaban aquí.
Mi madre sentó a los vecinos en la mesa del jardín y a mi me envió para la sala con May.-¿Como estas?- dice mientras coloco algo de música en ma televisión.
-Bien ¿y tu?- digo sin mucha importancia para ser sincera
-Muy bien- dice seria
No le tome importancia y fuimos a la barra fe la cocina por limonada, unos minutos después llegó Santiago, Roxy y Jake, dijeron que Tode se había quedado dormido, lo cual no me pareció extraño.
-¿Que hace tu mamá?- dice Santiago mientras se sirve limonada
-Es dermatóloga- digo sin importancia
-Tu casa es linda- yo asentí sin importancia
-Emily y su madre no son tan cercanas- dice May con la intención de que Santiago dejara de preguntarme cosas de mi madre
-¿De verdad?, oh perdón pensé que si lo eran, es que, se ve que se llevan bien
-A mi mamá solo le importan dos cosas, su trabajo y su vida social- señalé para el patio, era egoísta deciar que mi madre hubiera deseado pasar su cumpleaños conmigo, pero eso nunca pasaría así que estaba bien desear eso.
-Emily, está bien, aunque no son tan cercanas, estoy seguro de que tu mamá te ama- lo que dijo Jake me proboco una sonrisa.
Después nos pusimos a jugar un juego de luchas, claramente de marvel, la pelea más épica hasta el momento había sido una mía contra Santi, el era la mole y yo Spiderman, pero obviamente le gané.
Deje de tomarle atención al juego cuando llegó Robin, paso frente a mi y se fue directo para el pasillo que llevaba añ patio, me levanté del sillón y logré alcanzarlo por la sala.
-¿Que haces aquí?- digo extrañada
-Tu madre me invitó, ¿Lo olvidaste?- dice un tanto mezquino
Iba a responderle algo pero mi madre lo interrumpió
-Hola señor Robinson, venga le presentaré a los demás vecinos- mi madre se lo llevó para el comedor, y yo solo me preguntaba porque se había portado de esa manera.
Regrese con los demás, sinceramente no me sentía muy bien, estaba como... perdida.
Un par de horas más tarde mi madre y Robin se acercaron a mi y a mis amigos-Emily, lleva al señor Robinson al baño, tengo que despedir a unos invitados que ya se van- yo asentí, mirad ligeramente a Robin y el me esquivó la mirada.
Subimos las escaleras y lo llevé a mi cuerto en vez de al baño, por dos cosas, quería hablar con el y también quería tener sexo con el.
-Este no es el baño- dice con un poco de molestia
-Lose, pero quiero hablar contigo
El puso sus ojos en blanco
-¿Que ocurre Robin?, ¿Te hice algo malo?, estábamos bien- lo abrace intensamente, mientras sentía su cuerpo pegado al mío, solo se me venía a la mente un fuerte pensamiento y era que no quería perderlo-El bajo su mirada para verme y acaricio mi mejilla como siempre lo hacía, acercó su cara hasta la de el, creí que iba a besarme pero paró.
-Esto no puede ser Emily- bajo su mirada en cuanto lo dijo
-¿Que?, ¿Es broma?- me alejé repentinamente de el
-No- dice con algo de pena
-Robin, no puedes decirme esto, yo... te amo, y tu también me amas- la voz se me cortó cuando dije eso
Entre lágrimas junte mis labios con los de el, pero el no quiso corresponderme el beso
-Emily, te lo dije, se acabó, no estoy jugando- bajo su mirada
Se que me dolía verme llorar y se que le dolía lo que me estaba diciendo, y sinceramente me costaba creerlo porque lo de nosotros era algo muy fuerte.
No podía creer lo que me decía mi corazón estaba totalmente roto, me dejé caer en mi cama, baje la mirada mientras el estaba parado frente a mi, no me dijo nada solo estaba viéndome llorar, sentada sobre mi cama, se acercó lentamente a mi y después se sentó al lado de mi, limpio un poco mis lágrimas pero después otras más salieron, empapando sus dedos."Si hubieras llegado a mi vida teniendo 27 y no 17, estaría buscando el diamante más caro para ponerlo en tu dedo- ese era el jodido problema, mi estupida edad, gracias Nathaniel Thorne, por haberme hecho odiar el tener 17
Si solo un par de años te impiden hacerlo, entonces no eres el correcto, aunque mi corazón y mi vagina me digan lo contrario- conteste enojada pero entre lágrimas.
-Porfavor Emily, solo trata de entenderme- bajo la mirada
-¿Enteder que?, solo... vete, de verdad lo que más deseo en este momento es que nunca te hubiera conocido, te entregué todo Robinson, y tu solo lo dejas porque eras más grande que yo, esta bien, no voy a obligarte, pero no pretendas obligar que no me duela, porque lo que me estas haciendo sentir es el peor sentimiento que he sentido en toda mi vida- baje la mirada y solo beso mi frente
-No mentí cuando te dije que te amaba- fue lo único que dijo, salió de mi habitación y mi llanto se hizo más intenso.
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Pettle honey
Teen FictionEmily Thorne, una chica de 17 años, que queda completamente enamorada de su vecino, Nathaniel Robinson, un joven abogado de 35 años, la diferencia de edad de ambos es bastante, pero la química que ambos tienen, se siente a kilómetros, Emily es la de...