Adam
- Adam, ¡Faltan quince minutos y ni siquiera te has dignado a sacarte ese horripilante pillama! - Me regañó Michael, ajustando su corbata.
Rodé los ojos, y saqué otra papita de la bolsa.
- Te he dicho que no pienso ir - Me defendí, mirando otra vez hacia el televisor.
El suspiró, lanzándose en el sillón de mi habitación, apoyando sus codos en sus rodillas.
- ¡Es solo un puto baile! - Exclamó, un poco sacado - ¿Por que no quieres ir? ¡Ni que te fueran a matar! - Insistió, observando fijamente.
Me limité a encojerme de hombros, bostezando risueñamente.
- Es una perdida de tiempo, es simplemente eso - Respondí secamente.
Sinceramente, eso no me lo creía ni yo mismo. No quería ir por una simple razón, y tenía nombre y apellido: Carolina Greenfield. ¡Era simplemente la hija de mi novia! ¿De que carajo debía preocuparme? La respuesta era muy fácil, no soportaría verla con su pareja. Pero no comprendía porque, ese era mi puto círculo sin fin.
- Adam, ¿Te crees que soy tan iluso? - Preguntó una ceja alzada - Dime que no se debe a Carolina, ¿Cierto? -
No, manzana.
Ante tan incómoda pregunta, decidí mantenerme en silencio.
- Te he hecho una pregunta - Insistió el bien cabezota - ¿Es por Carolina? ¿Si o no? -
Comí la última papita de mi bolsa, y me paré bruscamente de la cama, apagando el televisor, y agarrando el traje, evitando a Michael.
- ¿Y ahora donde vas? - Estaba un poquito insoportable el muchacho, ¿No creen?
Rodé los ojos, y apuré mi paso hacia el baño, en donde me encerré y procedí a cambiarme para el estúpido evento. Una simple camisa blanca, con un saco negro, pantalones negros, y incómodos mocasines. Y como en todo conjunto, una asfixiante corbata. Ya listo, me observé en el espejo, tenía una expresión de sueño muy notable, y cabello estaba despeinadamente desagradable, pero para no seguir tardando, no me moleste en cepillarlo.
Salí del acogedor baño, y volví a entrar a mi habitación, con la esperanza de que el ya no este mas ahí. Pero no, seguía sentado, zapateando estresadamente. Volví a ingorarlo y me acerqué a mi repisa, colocando mi reloj de muñeca.
- ¡Tierra a Michael! - Exclamé, agitando exageradamente ambas manos.
El subió la cabeza lo justo para verme, y asintió toscamente. Se paró de golpe, y empezó a caminar hacia la escalera, sin decir ni una sola palabra.
***
El camino fue muy incómodo, si no fuera por el estéreo del Auston Martin el silencio habría sido pleno. La expresión de Michael era de estar ocultando algo, sabía que me quería preguntar algo, pero simplemente se contenía, y eso me estaba matando.
- ¿Como te sientes? - Preguntó, jugueteando con sus dedos.
Empezamos a caminar en dirección a la inmensa puerta principal, para entrar al "Royal Creek"
- No entiendo a que se debe tu pregunta - Respondí bajando el tono de voz, ya que nos encontrabamos en un lugar público - Pero..supongo que bien -
El rodó los ojos, y suspiró
- Eres un idiota, ¿Te encuentras nervioso? - Insistió, sin todavía especificar muy bien a que quería llegar.
Me encojí de hombros.
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No mires a Levine » Humor
Teen FictionCarolina es una universitaria bastante particular, con muchos amigos, y un carácter un poco difícil de llevar. Adam es un superdotado, con un trabajo de gran responsabilidad para su edad, un modelo de físico envidiable, y un gran corazón. Probable...