Carolina
— Mmm. — respondí, si es que eso se podía reconocer como palabra.
Luego de disfrutar de su aliento amentolado en mi cuello, recordé un pequeño detalle:
Estabamos en un supermercado, y me estaba mostrando afecto, y nos podía ver cualquier persona de la universidad que estuviese ahí, haciendo que lo denuncian porque esta conmigo y que el centro de estudiant...¡AY, CARAY!
Asustada, le pegué una patada, para que se mueva, lo cual logré con éxito.
— ¡MIERDA! — gritó, llamando la atención del todo mundo allí, tapando con sus manos su intimidad golpeada, lo cual, aclaro, con gusto golpeé. — ¿Y a tí que coño te pasa? —
Esbozé una sonrisa al ver que todo me estaban viendo, y terminaron por dejar de lado lo que habían escuchado.
— ¡Adam, estamos en un supermecado! — susurré, mirándolo fijamente. — ¿Entiendes que pueden vernos? Y me refiero a alguien de la universidad. —
Adam resopló, y asintió.
— Cierto...Pero eres una perseguida. — afirmó, parándose erguidamente.
Resoplé, y agarré la Coca-Cola que había dejado en el suelo. Ignorando la presencia de Adam, con mi canastito, empezé caminar hacia la caja.
— ¿A donde vas? — preguntó, caminando detrás de mí.
Al monte Everest, Adam.
— A la caja, genio. — él rodó los ojos.
Sin más, empezó a caminar a mi lado, con sus manos en sus bolsillos.
— Me he peleado con Barbara. — replicó de la nada, serio.
De alguna extraña manera, eso me causo un poco de felicidad, pero por otro lado me duele por ella, ya que al fin y al cabo es mi mamá.
— Y...¿Han terminado? — pregunté, curiosa.
Adam hizo una mueca.
— Intentó hacerlo. — respondió, sin mirarme. — Pero no la dejé.
Al escuchar ese "No la dejé", me paré en seco.
¿Como que no la dejó? ¿Ella quería cortárle y él se lo impidió?
El..¿Quería estar con Bárbara?
— Carolina, dios. Déjame explicarte. — replicó, con un cansancio sin explicación. — No es lo que tú piensas.
Me eché a caminar otra vez, lo que el también hizo, causándome ganas de que la tierra me trágue y que me deje de seguir.
— Esta bién, Adam. ¡Es tu novia! ¿Que tiene que no quieras terminar con ella? — indiqué con sarcasmo. — Es muy normal, como besar a su hija y andar como si nada.
Sin más, le entregué todo lo del canasto a la cajera, la cual lo pasó con agilidad y me dió el ticket, luego de pagar.
— No empiezes con tu sarcasmo, lo pido por dios. — me regañó, ayudándome con algunas de las bolsas, sin previo aviso.
Luego de tomar las bolsas restantes, saludé a la cajera y me eché a caminar hacia la salida.
— No te entiendo, sinceramente. — confesé — Me besas y me demuestras que me quieres y luego haces lo mismo con ella, ¿Tanto te cuesta decidir, joder?
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No mires a Levine » Humor
Teen FictionCarolina es una universitaria bastante particular, con muchos amigos, y un carácter un poco difícil de llevar. Adam es un superdotado, con un trabajo de gran responsabilidad para su edad, un modelo de físico envidiable, y un gran corazón. Probable...