No mires a Levine » Humor

29. No juzgues a las enanas.

Adam 

— ¿Qué? — preguntó mi rubia amiga, asombrada.

Sin más, le di un tarascón a mi manzana.

— Lo que escuchaste, ¿Que te asombra? — interferí, con seriedad.

Sasha puso los ojos en blanco.

— Que teóricamente tú la amas. — contesto, un poco confundida. — Adam, ¿Quién enviaría a dirección a la persona que am..

— No la amo, Sasha. — la corregí.

Ella rodó los ojos.

— ¡Bueno! ¡La mierda que sientas por ella! — siguió, molesta. — Lo que hiciste esta de más, a eso voy. —

¡Ah, bueno! ¿Quién más va a insultarme en el día de hoy?

— Es mi decisión, aparte se ha mandado un moco. — achiné los ojos.

Sasha le dio un mordisco a su emparedado, y tomó un sorbo de Coca.

— ¿Es un moco hacer callar a una amiga? — preguntó, sarcástica.

La miré fijamente, sin apartar mi vista ni un mísero segundo.

— ¿Y por que defiendes tanto a Carolina? — contraataqué, cruzando los brazos.

Sasha rodó los ojos.

— No la estoy defiendo, es una verdad. — dictaminó, riéndose. — Aparte, tienes que saber qu..

— ¡Profesor Levine! — la interrumpió la chillona voz de la directora.

Sin más, me di vuelta, y la observé. Ella respiró, agitada, y colocó su mano en su pecho.

— ¿A visto a la señorita Greenfield? — preguntó, suavemente.

Negué con la cabeza rotundamente.

— ¿Que sucede, señora Espósito? — pregunté, ante semejante pregunta.

Ella negó reiteradas veces con la cabeza, avergonzada.

— ¡Parece que se ha escapado de un examen! —

Mierda, Carolina.

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Carolina

— ¡Permiisito! — exclamé, empujando a Trevor.

Saqué de sus manos el "Palo de Billar", y me acomodé para mi tiro.

— ¡A que pierdes! — me escupió Blake, el inútil amigo de pelo multicolor de Trevor.

Resoplé, y empujé las bochas, haciendo un victorioso tiro. Obviamente, ganando la partida.

— Ahora, entrégame mis veinte pesos. — le ordené, mirándolo con orgullo.

Este bufó, y sacó un billete de "20", y me lo tiró. Trevor rió, y, por alguna razón, me abrazó detrás de mí.

— Así que eres buena con el pool, ¿Me equivoco? — afirmó, sonriente.

Rodé los ojos, y reí.

— Puede se..¡OH, MIERDA!

Trevor se sobresaltó.

— ¿Que te sucede? — preguntó, asustado.

Ver la figura de la directora, Sasha y Adam no fue agradable..Esperen, ¿Adam?

— M..Me han encontrado. — me quejé, observando la puerta.

Trevor rodó los ojos, y se mordió el labio.

— Son unos mogólicos. — determinó, molesto.

La directora abrió la puerta de un portazo, y caminó con rapidez hacia mí.

— ¡Se puede saber que diablos haces aquí! — gritó, señalándome con el dedo.

Me aclaré la garganta, pero Blake se decidió a cagarme el día.

— Se a escapado de la universidad porque es una suripanta. — afirmó, mirándome con odio.

Sasha quedó boquiabierta.

— Perdona, pero nadie te ha preguntado que es Carolina. — intervino Adam, serio.

Me predispuse a hablar otra vez, pero la chillona voz a mi lado me interrumpió.

— Cállate, niño prodigio. — le escupió, sin importar la presencia de los demás.

Sin más, me paré frente a Adam, mirando a Blake.

— ¿Podrías irte y dejar de hincharme? — insistí, molesta.

Trevor, como la buena persona que es, escapó de la situación, es decir, se fue.

— ¡Salí, enana de mierda! — gritó, empujándome con brusquedad.

Adam literalmente explotó.

— ¿Puedes cerrar el orto? — exclamó, empujándolo contra la pared.

— ¡PROFESOR LEVINE! — gritó avergonzada la directora.

Sasha la tomó por la espalda, y le indicó que se valla, para no presenciar la situación. 

— ¡Ay, perdón, el prodigio explotó! — continuó Blake, sonriente.

Caminé unos pasos hacia atrás, para evitar un golpe.

— ¡LA INSULTAS OTRA VEZ Y TE LLEVO A PATADAS EN EL CULO A TU CASA! — gritó, tirando de su camisa.

Blake — horrorizado — achinó los ojos.

— S..

— ¡SI NADA, PELOTUDO! ¡ANDATE DE MI VISTA! —

Sin más, Blake zafó de su agarre y se echó a correr.

Adam respiró reiteradas veces, y se acercó a mí, tomándome por los hombros.

— ¿Te ha lastimado? — preguntó, con suavidad.

Valla, podía ser muy bipolar.

— No..tranquilo, me encuentro bien. — respondí, sonriente.

Y sin más, lo abracé.

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