IV

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Carolina

No paraba de rebotar en mi cabeza lo que había pasado hace un rato. ¡Me acorraló contra una pared! Sigo pensando que es un bueno para nada, pero fue intimidante. Es bastante mas alto que yo y tiene musculos, con los cuales de una paliza me deja inconciente. Pero..el no me amenazó con pegarme, me amenazó con besarme. Sabe muy bien cuanto lo detesto, por eso me amenazó. Verlo en clase me haría claramente sonrojarme, por la cuestión de que lo tuve a milímetros de mi boca, y eso me da verguenza. No me creo capaz de poder mantenerle una mirada a esos ojos verde oliva.

¿Como miraría a mi mamá? No pensaba quedarme callada, porque tiene que saber de lo que su novio es capaz, pero me da miedo no saber como reaccionaría. Capaz se limitaría a comentarle a Adam y el me volvería a amenazar, pero mas violentamente. Ya se habían cumplido las 6:00, y tenía mi bolso preparado, así que baje a desayunar. Mi mamá estaba con una taza de café en las manos, un sueter color crema, jeans azules y zapatillas. Al escuchar lo crujidos de los escalones, giro su cabeza en mi dirección, y sonrió.

- ¡Hola cariño! Ahí tienes una taza de café, si quieres, tomala. - Con su cabeza indicó la cocina, yo me limite a asentir y caminé hacia allí

Agarré la taza y con ella me senté en la mesa, enfrente de mamá.

Ella sonrió maternalmente y dijo

- Mira Carolina, lamento mucho lo ocurrido. No tendría que haberte mostrado a Adam de esa forma, fue un poco..¿Brusco, quizas? De todas formas, lo siento.

Yo sonreí por compromiso, y casi susurré

- No hay problema..hablando de eso..

Ella abrió los ojos y me miro fijamente

-¿Hablando de eso..?

Pensaba decirle lo que había pasado con el inútil, pero la veo lamentablemente enamorada, sería una cagadora si se lo diría.

- Em..sí hablando de eso..¿Como van juntos?

Quería abofetearme, no quería escuchar una respuesta, pero debía decir algo y es lo único que paso por mi mente.

Ella sonrió ampliamente, le gustó mi falso interes en su pareja

- ¡Bien! Nos llevamos de maravilla desde el año pasado, y ahora que pasamos mas tiempo juntos y pasarem- Sabía que diría que va a estar aquí todo el día, y debía poner límites.

- Mamá, entiendo que lo quieras, pero no va a estar todo el día aquí ¿Um? Eso es mucho para mí.

Ella asintió y bajo la cabeza, sabía que cruzó los limites.

- Bueno, antes de irme para la universidad ¿Sabes donde deje el cargador del teclado? No tengo batería.

Ella subió la mirada hacia mí y dijo

- Se lo presté a Adam, te lo dará a la salida de la universidad.

Bufé y asentí. Con un frío ademán, la salude y salí de casa. Esta conversación no fue lo que esperaba, intento manejarse como pudo, le es difícil escucharme insultando a su novio, y a mi me molesta que lo elogie, somos polos opuestos. Llegé allí y corrí literalmente a mi salón, ya que llegaba tarde. Al entrar, vi a Margo, Steph y Mia sentadas en el mismo lugar que ayer, y había un banco "reservado" el cual supongo que es mío. Me acerqué y las saludé una por una.

Ya sentada en el banco, las piernas me temblaban y sudaba un poco. Estaba MUY ARREPENTIDA de haber elegido a Música como la materia de todos los días, ya que lo voy a ver todos los días. Faltan cinco horas para verlo y estoy muerta de miedo. Margo notó mi sudor, y por eso me pasó un pañuelo.

- ¡Eh! ¿Que pasa? Estas sudando, y eso que hace frío hoy.

Yo reí, me pase el pañuelo por toda la cara y obté por mentirle

- No pasa nada, tranquila, yo siempre...este...yo...¡SUDO! Eso, yo siempre sudo, t-tranquila.

Ella levantó la ceja y se encojió de hombros.

- Lo que digas.

Las primeras clases fueron normales, ya con menos charla y mas ejercicios, pero nada de otro mundo. Quedaban 15 minutos antes de la ultima clase, y estaba sudando demasiado, mis amigas fueron a la cafetería, aproveché la escusa de ir al baño, y al llegar, me quedé para frente al espejo de ahí. Busqué en mi bolso pañuelos, me sequé la frente y salí. Mientras caminaba del pasillo al salón, me di cuenta que no tenía mas pañuelos ¡Maldición! Caminé con el paquete vacio y maldecí para mis adentros. De golpe, alguién me voltó bruscamente, y ahí estaba parado el, mirando con una ceja parada y una sonrisa inmensa.

-¿Tanto escandalo por unos pañuelos?

Se ve que no maldecí tan bajito. Rodé los ojos y asentí, pensaba seguir caminando para no tener que verlo hasta llegar al salón, pero ví que estaba buscando algo en su portafolio, luego sacó una caja de pañuelos y extendió la mano para darmela.

- Toma, creo que durara bastante.

Yo sonreí un poco forzadamente y me quede mirandolo. Mierda que me estaba estresando.

- Ahora apura el paso que estas llegando tarde a clase.

El me dio una palmada en la espalda y me hizo un ademán para que empieze a caminar. Sin decir una palabra, empezé a caminar. El iba unos pasos mas atras que yo, concentrado en su celular. Al llegar a la puerta me susurró.

- Entra tú primero y cierra la puerta, yo pasaré después asi no parece que llegas tarde.

Yo susurré por lo mas bajo que pude un "gracias", entre y me senté en mi lugar. Mas tarde el abrió la puerta con una expresión mas seria que la que tuvo antes de entrar conmigo.

-Buenos días.

Todos a coro dijimos "Buenos días profesor Levine" Tal como hacen unos alumnos normales al saludar a su profesor, pusé la caja de pañuelos debajo del banco y saqué un pañuelo. Solamente me sequé las manos por debajo del banco, para no parecer una maníatica.

Sinceramente, la clase fue normal, y me trató como a una mas del montón, cosa que me tranquilizó demasiado. Al terminar, salí como una luz, no quería toparmelo mas. Como no podía tocar el teclado y Adam me parece que ni siquiera me trajo el cargador, fuí a la recepción de la universidad y pregunté

- Disculpa ¿Podría entrar al aula de música para utilizar el piano?

La vieja de siempre levantó una ceja y suspiró

-Bueno..tomá la llave. Cierra cuando te vallas.

Sonreí y me despedí. Un buen piano de cola para mí.

No mires a Levine » HumorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora