25. Supermercado y alturas no deseadas.

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Carolina. 

Adam me ha besado. He besado a Adam. Adam me ha besado. He besado a Adam.. 


¡¿¿¡ADAM ME HA BESADO?!!?  


Ya había pasado todo un día entero de ese repugnante baile, y mi memoria se había quedado congelada en ese momento. No comprendía si era verdad o simplemente me había vuelto más loca que una cabra, pero era obvio que era la linda y a la vez triste realidad. 


¿Que clase de hija soy? Un desastre, Ugh, un reverendo desastre. He besado con intención propia al novio de mi madre, (Al cual no le molesto en absoluto mi propuesta), y ella ni lo sabe, y va feliz de la vida cazando mariposas, sin saber que me he metido con su novio. Y mi profesor. Era imposible buscarle una justificación al hecho, ya que estaba mal y punto, no había vuelta que darle. Me daba nauseas pensar como lo besaba, parecía un sapo, literalmente. ¡Intentar comprenderme! 

1- Nunca he besado a nadie. 

2- Nunca tuve novio. 

3- Nunca me he enamorado. 

¿Más fácil? Mi vida se desvía bastante de ser un cliché, aunque estoy enamorada de mi profesor-futuro padrasto, y eso hace que se acerque un poquitito, pero esta protagonista es una alejada de los sentimientos, y nunca se ha enamorado. Pero la causa no es una supuesta "timidez", la causa es que mi carácter es sarcástico, desastroso e irritable en una persona común. Y por esa misma razón me sentía levemente atraída a Adam. 

>> ¿Y eso que mierda tiene que ver? 

Bueno, mucho. Analizemos la situación: Adam tiene un tremendo físico, mucho dinero, una inteligencia envidiable y la capacidad de atraer 4786476876 mujeres por día, (Incluyendo en ese grupo a mi madre) Y yo..una chica que puedes encontrar en el almacén de la esquina, pero con un carácter de mierda, pocos "modales", y mi físico es desastrozo. ¿A que voy con lo anterior? Mi cuerpo no quiere desarrollarse. Sigo teniendo el cuerpo de una chica de 15 años, y tengo 19, y es imposible que alguién se fije en mí. 

  ¿Entienden la situación? Bah, es un poco cliché, pero la verdad, es miserable. 

— Ca-ro-lina. ¡TIERRA A CAROLINA! — exclamó Barbara, agitando ambas manos. 

Sacudí mi cabeza, volviendo a la realidad. 

— Perdona, estaba en un mundo paralelo. — me justifiqué, frunziendo el ceño. 

Ella rió tiernamente.   

— ¿Puedes hacerme un favor? — preguntó, sonriente. 

¡Y Carolina viene al rescate! 

— Bien, ¿Que quieres que haga?  — respondí cortantemente. 

Barbara sacó un papelito del bolsillo de sus jeans, y me lo entregó. 

— Supermercado. — agregó. 

Leí la nota. Extensa, por cierto. 

— De acuerdo, eso sí, dame el dinero. — reclamé, guardando el papelito en mi bolsillo. 

Ella me hizo una ademán para que la espere, y volvió con su billetera. 

— Manéjate con ella, tienes mucho cambio. — me recomendó. 

Asentí, y luego de tomar la la billetera, caminé hacia la puerta la cual abrí, y salí. El clima volvía a ser cálido, (Cambios malditos de Los Angeles), por lo que la gente se sacaba sus abrigos, y los llevaba enganchados en sus cinturas, o en sus brazos. Para mi suerte, el supermercado quedaba en la esquina, por lo que en unos aproximados cinco minutos, ya estaba frente las puertas corredizas.  

    Ya dentro, saqué la nota. Primero atacaría la gondola de lácteos, ya que quería un yogurt, y Barbara un sachet de leche. Caminé los pasillos de pastas, y al llegar, saqué dos sachets de leche, para ahorrarme volver otra vez, y un yogurt de frutilla. Al ver que no aguantaría sostener eso mucho tiempo, agarré un canasto, y dejé los objetos, tomando la manija del mismo.  

¿Mostaza? Ugh, mamá, sos un asco

Luego de mi nota mental, me acerqué a la gondola en la que se encontraba la mostaza, agarrando con asco un envase, y tirándolo literalmente al canasto. Volví a leer la "pequeña" nota, y me acordé que debía comprar gaseosas. Atravesé muchos pasillos, hasta encontrar, para mi suerte, las heladeras. Extrañamente, eran muy altas, y casualmente justo la Coca-Cola que Barbara quería estaba en lo más alto. 

    Dejé el canasto en el suelo, y abrí la puerta, poniéndome de puntitas de pie, he intentando agarrar la gaseosa, pero mis intentos fueron en vano. 

— ¡Mierda! — exclamé, lo justo para que lo pueda escuchar alguien del entorno. 

Antes de poder pensar algo con claridad, unas manos se colocaron en mi cintura con extrema suavidad, empujándome para arriba, para llegar más alto. 

— Con que eres enana, ¿No? — Susurró esa familiar y cálida voz en mi oido. 

Adam, oficialmente, ojalá que te mueras.  

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Hola por ahí ♥ Espero que les guste, y sientanse libres de leer, votar y comentar. ¡LOS AMO CON TODO MI CORAZÓN! Este Adam..merece que lo golpeemos, ¿No creen? 

PD: ¿Podrían pasarse por "Could I?"? Sinceramente, me haría feliz que también le den una oportunidad, como les agradesco en lo profundo del mi estómago que le den a "No mires aLevine" ♥ 



No mires a Levine » HumorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora