16. ¡Iuju! ¡Bicicleta en camino!

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Carolina

Abrazé mi panza con mi brazos, tratando de conseguir un poco de calor, ya que el frío me estaba pelando, y estaba parada en la mitad de la vereda, sin ningún árbol que me tape las ráfagas de viento. Mi campera era muy fina, por lo que sentía como los pelos de mis brazos se erizaban, uno tras otros, haciendo estremecerme. Giré mi cabeza hacia de donde venía, es decir, la vereda que conducía a la casa del inútil de mi padre, observando si alguien se acercaba.

Nope, Adam no había hecho el más mínimo esfuerzo en acercarse y disculparse, por haberse metido en donde no debía, y en lo que no debía. Temía demasiado que suceda este círculo desagradable: El ínutil se hace agradar, (como hoy), y luego la caga (como hoy) ¡No estan díficil de entender lo que pido! ¡Te callas y no mandas todo a la mierda! ¡Es solo eso!

Suspiré, apenada y enojada, tratando de despejar mi mente del tema, pero no era muy fácil. El no es nadie importante en mi vida, pero me dolió profundamente que defienda a mi padre, y se ponga de su lado, sin ni siquiera saber su nombre. Olvidaba por momentos que el no era uno más del montón: Era irritable, a la vez agradable, y adinerado. Seguía con mi teoría; El no tiene ese dinero por ser solamente profesor. Y me interesa un poco que de su vida, de donde saca todos los lujos con los que vive su vida, gózando que todo lo que quiere;lo tiene.

¡Es imposible que nos llevemos bien! ¡Somos completamente lo opuesto a lo del otro! ¡Somos polos opuestos! Pero lo doloroso que la ilusión se hace presente, y uno se cree capaz de arreglar los problemas y diferencias, pero después ¡Zas! ¡Todo desaparece! Esa poca ilusión se va, como una pluma que el viento se lleva consigo, siendo realistas.

Decidí intentar aislarme, y dejar de pensar un poco en eso. Bah, en él. Observé la calle, ahoravacía, sin ni siquiera un mísero auto, vacía. A lo lejos una figura por la calle se iba acercando, no era un auto, era mas pequeño, tal vez como una moto o una bicicleta. Espera..¡Margo!

Caminé un poco más hacia el límite del cordón, y observé que su bicicleta destartalada se acercaba hacía aquí, hize una leve seña, la cual Margo vió y se sorprendio, doblando el manubrio y chocando la bicicleta contra el cordón. Steph y Margo salieron disparadas, Margo cayó y rodo, luego sacudió su cabeza y se paró, poniendo sus manos en su cintura.

------ ¡Eso es una entrada triunfal! ------

Exclamó feliz, dejando al descubierto una blanca sonrisa. Steph había caido literalmente de culo, por lo que se paró y con su mano limpió la parte trasera de sus jeans.

---- ¿En serio Margo? ¡Me he hecho mierda el trasero! -----

Se quejó como niña que no consigue su jugete, haciendo un ligero puchero con sus labios. Margo levantó una ceja

---- No es mi culpa que seas tan maricona -----

Dijo en un tono jugetón. Su melliza abrió la boca, pero al instante la cerró, limitandose a bufar. Sonreí para no llorar de la risa, y no quedar como una bien hija de puta.

----- Gracias por venir a rescatar a esta inútil ------

Dije encojiéndome de hombros.

------ No hay de que, pero ¿Tu que mierda haces en esta zona? ------

Preguntó Margo, ya parada, observando las inmensas y lujosas casas de la zona. Steph caminó hacia su hermana, y se cruzó de brazos. Me parecía un poco temprano para ya contarles mis líos familiares, pero ¿Como mierda les iba a explicar que cojones hacía aquí?

------- Vine a visitar a alguien -----

Me justifiqué seria, intentando disimular mi nerviosismo. Steph levantó una ceja y preguntó

------ ¿Tienes amigos aquí? --------

Me encojí de hombros

---- Prima ----

Margo abrió los ojos como dos grandes platos, sorprendida.

---- Podríamos acompañarte la próxima vez, y de paso nos hacemos amigas -----

Dijo jugetonamente, Steph le dió un golpecito en el hombro

----- ¡Deja de ser tan interesada! -----

Exclamó riendose, yo rodé los ojos.

----- Steph, Margo es Margo ----

Steph se encojió de hombros, y Margo se hizo la ofendida.

----- Dejen de hablar de estupideces y vamos que el frío me esta desmoronando ------

Resoplé y asentí, riendome, era divertido molestar a Margo. Margo se colocó "al volante", Steph al final y yo en el medio, apretada por las dos. Había llegado a una clara conclusión: Margo es un desastre con las bicicletas.

***

Luego de un desastroso y anormal viaje en bicicleta, habíamos llegado casa. Era fácil de reconocer, porque era la única que tenía un estilo victoriano y pequeña. Las demás eran viejas y desmoronadas casas de pasillo. Margo y Steph estaban cagadas de frío, con mucha razón, yo ya me había acostumbrado por estar tanto tiempo fuera. Me había dado un poco de lástima tener que hacerlas salir de su casa y cagarse de frío por mí, una inútil con un padre más inútil que ella.

------ ¿Chocolate caliente? --------

Se miraron una a otra y luego de un rato, se voltiaron otra vez a mí y asintieron, temblando. Saqué la llave de mi bolso y la encajé en la cerradura, abriendo la puerta y haciendo un gesto para que entrasen. Por suerte Barbara ya había llegado, ya que la estufa estaba prendida. Las dos analizaron la casa, mientras se sacaban sus abrigos y los arrojaban en el sillón, imitando lo que había hecho. Caminé hacia la cocina y pusé en marcha el chocolate caliente. Margo y Steph entraron a la cocina, curiosas.

----- Sí que este lugar es espacioso ¿Eh? -----

Dijo rompiendo el incómodo silencio que se había creado, Steph asintió por no hablar, por lo que tomé la palabra.

----- Para dos personas, sí ------

Mierda, se me había escapado.

---- ¿Vives con tu madre? -----

No, con tu abuelo.

---- Yup. ------

Dije ya repartiendo el chocolate en las tazas, dejando dos sobre la mesa detrás de las tres. Tomé un sorbo.

---- Les avisó que las tazas no muerden ----

Ironizé, las dos rieron y tomaron sus respectivas tazas, tomandose un largo sorbo de cada una. El silencio había vuelto a hacerse presente, provocando que el desagradable tema vuelva a mi cabeza: Adam me había tratado de mocosa antisocial, defendiendo a mi padre y dejandolo con un puto pan de dios. ¡Ouch! Cada minuto que transcurría mi cabeza procesaba todo lo que había sucedido, y haciendo que duela cada vez un poquito más. Era la misma pela una y otra vez:

Mi subconciente: Tú eres la pelotuda que has dejado que te acompañe.

Yo: El ha sido el pelotudo que no controlo sus palabras.

Mi subconciente: Cierto. Pero si le decías un par de cortantes "¡No!" te habría dejado en paz y estarías feliz de la vida.

Era un tema sin causa, ni solución. Sacudí mi cabeza, inconcientemente había terminado mi chocolate. Y Margo terminó de sacarme de mi mundo de depresión sin razón.

----- ¿Tienes más de esta mierda? -----

¡Nuevo capítulo! Espero que les halla gustado, sientanse libres de votar, leer y comentar. Sí les gusta por favor recomienden la historia ;3 ¡Avisito por aquí! Les aviso que va a ser una historia de bastantes capítulo, mínimo 100, así que ya pueden saltar como chanchos con manzanas (¿)

No mires a Levine » HumorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora