Persiguiendo A Sofía

4 | Pesadillas y Películas

Adrián

Estoy acostado sobre mi cama mirando fijamente al techo por lo que parece horas. Estudio las pequeñas rayas de luz que se filtran a través de la habitación oscura, y sé que estoy por tener otra noche sin dormir. Me volteo para agarrar mi teléfono en la mesa de noche y leo que son las 1:15am.

Lo tiro de regreso sobre la mesa y me siento al borde de la cama frustrado. Odio cuando esto pasa. Me pongo una playera y decido que debería ir a terminar la película que empecé a ver el otro día. Normalmente me puedo quedar dormido así.

Me dirijo por el pasillo para ir a la sala de televisión que nadie jamás ocupa y me encuentro inexplicablemente parando enfrente de la habitación de Sofía. Aprieto mi oreja contra su puerta, pero sólo soy recibido con silencio.

Está durmiendo idiota, ¿qué esperabas?

Dándome cuenta que debe parecer extraño si alguien me sorprendiera así, me alejo de la puerta. Estoy por continuar en mi camino cuando escucho un sonido amortiguado.

Me inclino contra la puerta de nuevo y suena como si ella estuviese llorando. El sonido toca algo dentro de mi pecho. Mierda. Realmente espero que no esté llorando por mi culpa o cualquiera de las estupideces que le he dicho.

"No, por favor," le escucho decir. "Por favor, no."

¿Qué diablos?

De repente suelta un grito desgarrador y casi tumbo su puerta. Prendo la luz y está agitándose entre sus sábanas en la cama.

Inmediatamente voy hacia ella y está cubierta en sudor, su cabello enredado contra su frente. Debe estar teniendo un sueño muy malo.

"Sofía, despiértate," le digo, sacudiendo sus hombros ligeramente. No estoy exactamente seguro cómo despertar a alguien sin espantarlo más.

Ella gime y trata de empujar mis manos fuera. La sacudo más fuertemente. "Princesa, soy yo. Despiértate."

Abre los ojos y todo lo que veo es miedo puro en ellos. Trato de alcanzarla, pero se estremece y se aleja de mí. Como si tuviera miedo de mí.

"Shh, Sofía. Era un sueño. Estás a salvo," le digo suavemente.

Me mira confusa por un segundo, como si finalmente se estuviera dando cuenta que estoy sentado en la cama junto a ella, y luego mira alrededor de la habitación.

"Te escuché gritando y entré. ¿Estás bien?" la alcanzo de nuevo, pero paro ante su expresión defensiva. Se ve absolutamente aterrorizada.

Sacude la cabeza, pero creo que más que contestar mi pregunta, está tratando de sacar el sueño de su mente. De repente ella da una arcada y cubre su boca, y lo siguiente que veo es que salta de la cama y corre hacia el baño a toda velocidad.

No sabiendo qué hacer, la sigo y está sobre sus rodillas vomitando en el escusado. Su cabello cae alrededor de su cara así que se lo detengo hacia atrás. Me acuclillo detrás de ella y le sobo la espalda mientras que saca todos los contenidos de su estómago. Nunca he hecho esto antes, así que espero estarla ayudando.

Ella alcanza la palanca para jalar el escusado y se sienta atrás sobre sus talones. Descansa su frente contra sus manos y me doy cuenta que su cuerpo está ligeramente temblando. Empuja mis manos fuera y rápidamente se ata el cabello con una liga en su muñeca. "Por favor vete," me dice con una voz áspera.

Dudo qué hacer, no queriendo dejarla sola en lo más mínimo. No estoy en una posición para discutir con ella, así que me salgo del baño y cierro la puerta detrás de mí. Si fuera yo, no quisiera que me vieran así tampoco.