19 | Las Condiciones

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Sofía

Me despierto temprano en la mañana después de una noche de sueño inquieto. Estaba tratando de retrasar despertarme lo más que pudiera, pero mi mente sigue dando vueltas hacia Adrián aún en mi inconsciencia. Finalmente abro los ojos y miro hacia el techo, tratando de juntar mis pensamientos.

Debí haber sabido mejor que hacer lo que hice. Lo presioné a hablar sobre sus padres cuando no debí. Entre todas las personas, debí haberme percatado que era un tema delicado que no quería discutir, y me siento como la hipócrita más grande por haberlo presionado.

Sé que probablemente fue una reacción excesiva de su parte, y tal vez de la mía también por la manera en que me fui, pero no puedo dejar de pensar que está pasando algo con él que no conozco. Me siento tan egoísta que no lo haya notado antes. He estado tan envuelta en mis propios problemas que no he parado a pensar que tal vez él esté pasando por algo difícil. Que tal vez no soy la única guardando secretos. El pensamiento es completamente aterrorizante.

Es extraño también porque realmente nunca hemos tenido una pelea así antes. Ni siquiera sé si eso sería considerado una pelea, probablemente no considerando la manera en que parejas pueden pelearse, pero de alguna manera se siente como una para mí. Todo fue muy intenso y creo que los dos necesitábamos tiempo para calmarnos.

Estoy empezando a pensar que quizás esto es demasiado para él, que quizás no soy lo que él necesita. Nunca hemos tenido una relación normal y manteniéndolo un secreto está empezando a pesar sobre nosotros. Todas las actividades a escondidas y estar fingiendo es mucho trabajo y no sé si mis padres jamás aprobarían de nosotros. Siento que lo estoy distrayendo de su vida normal y de su carrera de fútbol y lo último que quiero es arruinar las cosas para él.

Agarro mi teléfono, decidiendo que le debo una disculpa, y veo que tengo un mensaje de él.

Adrián: Sofía, no te puedo decir lo apenado que estoy por anoche. Tuve que ir a encontrarme con el entrenador esta mañana, ¿pero podemos hablar cuando regrese? Debo de estar de regreso como a las 11.

Suspiro, pensando que probablemente se metió en problemas por perder el partido. Todavía no puedo creer que se iría a la mitad del partido, aunque haya fingido una lesión como dijo. Tal vez debí haber sido más firme con él. Definitivamente necesitamos hablar sobre ello.

Yo: Está bien, estaré aquí. Espero que todo esté bien y lo siento también.

Después de tomarme un baño extra largo, me doy cuenta que todavía tengo una hora y media hasta que regrese. Necesitando una distracción, decido empezar a hacer tarea. Me castigo mentalmente que no tengo nada mejor que hacer en un sábado en la mañana sin Adrián. Realmente necesito tener mi propia vida, o al menos hacer nuevas amistades.

Estoy a la mitad de escribir un ensayo para mi clase de Fundaciones Culturales que tengo que entregar en dos semanas, cuando escucho un golpe ligero en la puerta. Miro la hora y son exactamente las 11am.

Cierro mi laptop y voy a abrir. Adrián está parado nerviosamente en el pasillo y no se mueve para entrar. Trae puestos unos jeans con una camisa de franela negra y gris, y su cabello está peinado cuidadosamente hacia atrás. Se ve tan atractivo, pero su expresión está llena de preocupación y noto los círculos profundos debajo de sus ojos.

"¿Estás ocupada?" me pregunta.

"Sólo estaba haciendo tarea," contesto.

"¿Quieres que regrese después para que termines?"

"No, hablemos ahora. ¿Sala de TV?" sugiero, pensando que será mejor hacer esto bajo territorio neutral.

Él asiente con la cabeza y nos dirigimos hacia abajo en silencio. Acabamos sentándonos en lados opuestos del sofá, con un espacio discernible entre nosotros.

Persiguiendo A SofíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora