Capítulo 21

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Mi compañera de banco…
Capítulo 21

-Yo… ¿Qué haces acá?

-¿No es obvio? Viene a ver a mi nene más lindo del mundo. –Dijo mientras pellizcaba una de mis mejillas-

Quede totalmente desorientado a partir de ese momento. ¿Acaso ella no recordaba todo el daño que me hizo? Y ahora tenía el descaro de volver y tratarme como si nada hubiese sucedido.

Debo haber estado completamente absorto en mis pensamientos cuando ella pregunto si podía entrar en mi casa porque simplemente asentí ante su pregunta, era la primera vez que ella estaba dentro de mi casa en esta ciudad y sentí un escalofrió recorrer mi espalda cuando recordé que Antonella se encontraba dentro también. Entre prácticamente corriendo a mi casa diciéndole a Helena que se pusiera cómoda para luego desaparecer tras la puerta del pasillo en busca de mi huésped.

-Dios mío tenés que ayudarme…

-¿Qué es ahora? ¿Valeria volvió a perder su celular? –Refunfuño por ser interrumpida de improvisto-

-No, esto es peor, esto es un 3312

-¿Tenemos un 3312?  –Fingió asustarse-

-Sí y uno bastante problemático

-¿Quién es?

-Es mi ex…

-Es…

-Sí, es Helena y te agradecería un montón sin no te mostraras hasta que ella se vaya de la casa en un rato.
-Si Alvaro, no hay problema, me… Me quedare aquí hasta que me digas que ella se fue, para que puedan hablar tranquilos.

-Ay, en serio te debo una grande. –Dije mientras la abrazaba-

-Claro, invítame un helado y considera tu deuda saldada.

-Cuando gustes, prometo que no tomara mucho, deséame suerte.

-Suerte…

-------------------------------OMG look at her but------------------------------

-¿Está todo bien? –Inquirió curiosa-

-Sí, todo perfecto. Fui a dejarle comida a mi gata, solo eso. -Mentí-

-Bien, ¿Cómo has estado? Yo te he extrañado mucho.

-He estado bien, gracias por preguntar.

-Em… Mi amor… -Expreso su enojo-

La verdad era que escucharla decir cosas como estas me destruía cada vez un poco más por dentro, pero no podía decirle eso, debía terminar con todo esto de una vez por todas.

-¿Sí? –Dije tratando de sonar indiferente-

-Ese era el momento donde vos decís que también me extrañaste.

-Es que no lo he hecho realmente y prometí nunca mentirte.

-¿Cómo que no me has extrañado?

-Tuve motivos suficientes para no hacerlo.

-Mencióname uno.

-Dante.

-¿Y ese quién demonios es?

-Por favor, deja de mentirte a vos misma, el día que mi padre se marchó y dije que necesitaba verte pero vos tenias cosas que hacer te encontré besuqueándote con el cerca de tu casa.

-¿Fuiste a mi casa ese día?

-Sí, te necesitaba a mi lado, pero no estuviste ni ahí ni nunca.

-¡Siempre estuve con vos! ¡Mentiroso! ¡Más de una vez lloramos juntos!

-Si lo hicimos, pero si empre por algo que te pasaba a vos, nunca te interesaste por lo que lo que yo de verdad sentía.

-Eso sí es una enorme mentira, muchas veces me interese en lo que hacías.

-Oh, claro que lo hiciste y lo usaste para controlarme y planear mi vida de acuerdo a tus necesidades.

A este punto de la discusión ambos nos encontrábamos gritando bastante fuerte, nuestras voces resonaban en el vacío lúgubre de mi casa y el ambiente se había vuelto tan denso que podría cortárselo si quisieras.

-Me estas lastimando Alvaro…

-Tú no conoces el dolor…

-Sera mejor que me retire, creo que este no es el reencuentro que yo estaba esperando.

-Creo que no. La puerta está abierta.

Helena salió y me desplome en el sillón hundiendo mi cara en mis manos, después de pensar durante unos minutos llame a Antonella para decirle que ya podía salir. Apenas ella entro en la sala notó que no estaba bien y me ofreció un abrazo el cual acepte totalmente.

De improviso la puerta se abrió, era Helena.

-Perdón, me olvide mí… ¿Quién es esa?

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