Capitulo 15

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Mi compañera de banco…

Capítulo 15

Okey, esto estaba rozando lo incomodo, no hablamos casi nada durante toda la cena y a decir verdad estaba muy cansado como para charlar, me dolía la cara y tenía mucho sueño.

-Bien, Em… Si querés dormir tu cuarto está subiendo las escaleras, es la primer puerta de la derecha, el cuarto de al lado es el mío, el siguiente es el baño y la puerta grande en el lado izquierdo es el cuarto de mi madre.

-Gracias, iré a poner mi ropa ahí ahora, estoy muy cansada, buenas noches.

-Que descanses. –Dije sonriendo-

-Ah, se me olvidaba algo…

-¿Si?

-Con el ojo morado y la sonrisa sos simplemente muy gracioso. –Dijo riéndose-

-¡Anda a dormir carajo! –Le tire un trapo-

-¡Pésima puntería! ¡Wouuuh!

Está bien, tal vez era incomodo por nuestro humor en ese momento, pero definitivamente podíamos llevarnos bien, termine mi cena, lave los platos y fui a acostarme. Mientras subía las escaleras mi teléfono sonó, era un mensaje de i mamá diciendo que al volver estaría muy poco en casa, uno o dos días nada más y luego se iría por varios meses, tenía una serie de conferencias muy importantes en Suiza, mi mamá trabaja para los bancos más grandes del mundo, eso la mantenía bastante ocupada, a veces demasiado.

PUNTO DE VISTA DE ANTONELLA

Me desperté relativamente temprano esa mañana y el olor a café ya está invadiendo mis fosas nasales, no podía imaginar una manera más hermosa de despertar, me vestí con una remera solamente, baje las escaleras y me encontré con las dos tazas de café sobre la mesa, y como de costumbre empecé a hablarle a mi mamá que estaba en la cocina como todas las mañanas.

-Buen día mamá, no sabes que sueño más raro tuve, peleaba con ustedes, me escapaba y me iba a vivir con Alvaro, ¿te acordás que te conté sobre él?

-No.

-Pero si te conté sobre él, el chico nuevo en la escuela, el que le dio una paliza a Sebastián. –Dije dándole un trago a mi café –

-No me acuerdo

-El chico alto, fuerte, con una linda sonrisa, el que me cuido en el viaje al sur.

-¿El que tiene esta cara? –Dijo poniéndome frente a ella sonriendo-

-¡ALVARO! ¿QUE HACES ACÁ?

-Em… No sé cómo decírtelo pero… Es mi casa. –Dijo riendo a carcajadas-

-¿Qué? Ah… Entonces no fue un sueño.

-No, por lastima no. ¿Qué tal tu café?

-Delicioso como siempre.

-Bueno, entonces… Cuéntame todo sobre ese chico con una hermosa sonrisa. –Agrego imitando la voz de mi madre de nuevo-

-Te detesto tanto a veces…

-Lo sé… -Comentó riéndose-

-Alvaro…

-¿Sí?

-Em… Cuando estaba dormida y pensaba estar en mi casa baje sin pantalones…

-¿Qué?

-Que solo tengo mi ropa interior puesta…

-Eso puede ser un problema…

-No me digas… Podes subir y buscarme ropa.

-Ahora no, estoy comiendo.

-Ay no seas así, dame algo de ropa.

-Uh está bien, toma y no jodas más. –Dijo sacándose la remara y tirándomela-

-Alvaro…

-¿Ahora qué?

-Esto es hermoso…

-¿Qué?

-Mira mira es hermoso me queda gigante. –Dije parándome y dando saltitos con la remera puesta-

-Un poco más y te llegaría a las rodillas. –Dijo en una risa-

-¡Sí! ¡Es genial! Pero ahora tengo que ir al baño por el café. –Dije entre risas-

-Anda tranquila.

Subí las escaleras en dirección al baño, entre y me senté en el inodoro, entonces empecé a pensar en varias cosas, pero lo que más me sorprendió fue el olor del baño, era sencillamente delicioso, olfatee un poco el aire buscando la fuente, desafortunadamente no la encontré hasta que volví a sentarme en el piso rendida al no poder saber de dónde venía el olor, entonces se empezó a sentir cada vez más fuerte y más fuerte, mire al piso, pero no había nada, hasta que se me ocurrió oler la remera, dios santo, juro que en ese momento pude tocar el cielo con las manos, estaba en el paraíso, ese perfume era completamente exótico y embriagante, no había olido nada tan bueno en mi vida, es difícil de describir, era fuerte pero a la vez no molestaba a la nariz y sencillamente era su olor, era delicioso. Salí del baño aún oliendo la remera y me encontré a Alvaro ya vestido para irse a la escuela. –Vámonos o llegamos tarde- Me quede pensando uso segundos y mire el reloj. –Ya es tarde de hecho, el micro pasó hace 5 minutos- Dije mientras me metía a cambiarme la ropa a “mi habitación”. –No hay de otra, espérame afuera- Lo oí gritar mientras cerraba la puerta de la habitación, me quite la remera con ese fabuloso olor y la deja bajo mi almohada –Tu serás mi nuevo pijama- Pensé.

Al salir no veía a Alvaro por ningún lado, hasta que el portón de la casa empezó a abrirse solo, entonces salió un antiguo modelo de un Jeep con mi compañero al volante.

- ¿Sabes manejar?

- Por supuesto. ¿Me dejaría llevarla a la escuela?

-Sera todo un placer caballero.

Y fue así como con una buena dosis de cafeína en nuestro sistema, la música a alto volumen y el viento golpeando nuestro rostro partimos en dirección a la escuela.

Mi compañera de bancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora