Capitulo 11

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Mi compañera de banco…

Capítulo 11

-¡Dale Alvaro que no llegamos más!- gritaban mis amigos afuera de mi habitación esperando a que saliera, me vestí lo mejor y más rápido que pude y me fui con ellos, a decir verdad no tenía muchas ganas de ir al principio, pero no pude contra la presión del grupo y termine yendo con ellos al baile. Por un segundo tuve la impresión de que pasaríamos una buena noche entre amigos, pero luego cuando lo inevitable ocurrió, vi morir toda esperanza de aquello, cada uno de mis amigos se busco una chica rápidamente y como era de esperarse el que se quedo solo fui yo.

Estaba intentando descifrar en que parte del salón me encontraba mientras me maldecía por haber accedido a venir, ahora que lo pensaba acepte simplemente para no quedar como el amargado del grupo, logre divisar la barra donde el habilidoso bar-man preparaba sus tragos, al acercarme más pude notar que era de origen asiático, -Típico- pensé mientras me servían lo que sea que haya pedido, la verdad es que no me acuerdo. Entonces la vi, sentada en una de las pocas sillas que había en la fiesta, llevaba puestas sus zapatillas de siempre, un pantalón corto negro que dejaba ver sus bellas piernas y una remera de una banda que en este momento no recuerdo el nombre, se veía genial y cada vez se me hacía más difícil el entender porque Juan no estaba con ella desde hace rato, a pesar de verse estupendamente bien estaba sola, por lo tanto me acerque a ella para hablar.

-Pensé que no ibas a venir.

-¡Alvaro! ¡Hola! ¿No era vos el que no quería venir?

-Presión de grupo, creo. -Reí-

-Estamos iguales entonces.

-¿Y vos? ¿Qué haces tan sola? ¿Y porque no estás con Juan?

-El dijo que vendría, pero no lo he visto.

-Pues… Ahí está.

-¿¿¿Dónde???

-Miraste.  –Estalle en risas mientras ella notaba que había caído en la broma-

-Sos una persona horrible.

-No, esta vez es en serio, está al lado de la venta.

-¡Ay! Es verdad, ¿Qué hago?

-Tranquila… Acerquémonos a él, vamos a bailar.

-Bien…

Nos empezamos a acercar de a poco a él caminando por el costado de la sala hasta llegar al amplio ventanal en el que estaba reposado, en cuanto estuvimos frente a frente pude notar que ya tenía más de un par de tragos encima, pero conociendo a Juan yo sabía que él no dejaría que nada le pasara, como siempre sonreí y después de una breve charla ya estábamos bailando junto a toda la otra masa de gente que estaba en ese lugar, cuando me di cuenta ellos bailaban cada vez más juntos, más pegados y de repente esto paso de ser una baile de tres amigos a uno de dos “enamorados” si se puede decir, me separe de ellos y al darme cuenta que ahora si me había quedado completamente solo decidí volver a mi habitación, camine desde el salón hasta mi cuarto en total silencio y cuando llegue lo único que hice fue sacarme las zapatillas, la remera y tirarme en mi cama, mire el reloj por última vez el cual marcaba las 00:17 y me rendí ante el sueño.

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