Capitulo 5

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Mi compañera de banco…

Capítulo 5

-¡VALERIAAAAAAAAAAAAAAA!

Grité tirándome hacia ella para saludarla con un abrazo enorme, no tenía ni idea porque estaba en mi casa, pero daba igual, ella era de mis mejores amigas, por no decir que era la mejor. Después de separar el abrazo nos quedamos mirándonos por unos segundos, entonces un rio, no, un mar, no, un diluvio de preguntas se dejo escuchar por parte de los dos.

-¿Cómo estás? ¿Dónde te habías metido? ¿Qué tal la escuela? ¿Y la familia? ¿A qué colegio vas? ¿Por qué nunca más me escribiste? ¿Qué ah pasado de nuevo en tu vida?-

Esas y un montón de preguntas más lanzadas por los dos al mismo tiempo y todas juntas nos hicieron explotar par luego terminar riéndonos de lo mucho que teníamos que contarnos, la invite a pasar adentro, estuvimos toda la mañana y tarde hablando, la mayoría de cosas no tenían importancia o poseían una total falta de sentido, hasta que Vale empezó a hablar de Sebastián.

-Estamos bien, la última vez que nos vimos se veía bien, o eso creo…

-¿Hace cuanto que no lo ves?

-Dos semanas…

-Wow… Eso es mucho tiempo.

-Demasiado diría yo.

-Bueno, no tenés que estar triste, podemos arreglar para verlo mañana.

-¿Me acompañarías tan lejos?

-No es tan lejos, si vamos desde mi escuela no demoramos nada.

-¿Estás seguro? ¿No te vas a sentir dejado de lado?

-No te preocupes por eso, ya buscare yo con que entretenerme.

-Alvaro, sos el mejor. –Sonrió-

-Decime algo que no sepa. –Fingí un ego que no tengo-

Era sábado a la tarde y yo pasaba a buscar a mi amiga para ir a la casa de su novio, espera un segundo, no sé si es el novio, es decir, cuando hable con ella parecía hablar de él como si lo fuera pero nunca dijo que lo fuera o no, ahora estoy confundido, como sea, ya me encontraba en la casa de Valeria, simplemente caminamos hasta la parada y esperamos el micro que nos llevara a la escuela y desde ahí hasta la casa de su novio, espero que ella sepa ubicarse porque yo soy lo más desorientado del mundo.

Fue un viaje tranquilo, ambos escuchábamos música en el teléfono de Valeria, no nos gustaba la misma música, pero aún así lo que ella escucha no está nada mal aunque mi estilo es un poco más de la música pesada, aunque tenían un buen ritmo hay que admitirlo.

Llegamos a casa de Sebastián y nos encontramos con dos personas charlando tranquilamente sentadas en el umbral de la puerta de la casa, reconocí a Sebastián solo por las fotos que había visto en Facebook asique me limité a saludarlo dándole la mano, pero cuando me fui a saludar a la chica con la que estaba me lleve una gran sorpresa…

-Alvaro…

-Okey. ¿Quién re carajo sos? y ¿Porque sabes mi nombre?

-Igual ya sabes el mío idiota.

-¿Antonella?

-No hagas de cuenta como que no me reconociste.

-Lo siento es que estoy acostumbrado a la ropa de la escuela. –Reí fuertemente-

Para ser sincero realmente no la había reconocido, estaba acostumbrado a verla con una remera blanca, pantalón azul y el pelo recogido. Pero ahora… Una linda remera azul un poco grande para ella, unos jeans negros ajustados y sus cortos pero bellos rulos caían sobre su cara, se veía muy bien.

-Vos te ves igual.

-Ya se…  -Dije sentándome junto a ella-

-Ya venimos chicos, prometemos volver en unos minutos. –Dijo Valeria apurada-

-Bueno. –Dijimos los dos al mismo tiempo-

Los chicos entraron a la casa, Antonella y yo nos miramos por unos segundos hasta que ella hizo una seña de asco refiriéndose al amor de los chicos lo cual no hizo explotar en risas, y no risas lindas como en las películas, risas raras y deformes que te habrían dado la impresión de que estábamos drogados si pasabas por nuestro lado y nos escuchabas. En ese momento una duda asalto mi mente, ¿Quién le gustaba a Antonella? No me malentiendan, no me gustaba, me dio curiosidad, es decir, éramos amigos, pero no teníamos esa confianza todavía y siendo sincero me interesaba mucho ser amigo de ella.

-Hablando de amor… ¿Quién es tu Romeo?

-¿Santos?

-¡No tarada! –Dije en medio de una explosión de risa-

-¿Entonces?

-Te pregunto si ¿Estás de novia? o ¿Te gusta alguien?

-¿Porque el interés en mi de repente?

-No sé, sos divertida, me caes bien y tengo curiosidad.

-Bueno, sos mi compañero de banco, asique te puedo contar. ¿No?

-Por supuesto.

-Me gusta Juan.

-¡Ya no jodas! ¡Te pregunte en serio! –Dije volviendo a morir de la risa-

-¿Por qué tanta risa?

-Ah… ¿Era en serio?

-Si…

-Pero Juan es… ¡Es Juan! ¿Por qué te gusta? –Aún no le entendía-

-No sé… Sinceramente, no se…

Entonces Antonella se apago, como si de repente hubiera pasado algo terrible, rodeo con sus brazos sus piernas y pego la frente contra sus rodillas.

-¿No te da bola? ¿Verdad?

-No…

-Tranquila, ya vas a ver como si te da bola, es un idiota, pero no un ciego.

-Eso espero…

Mi compañera de bancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora