Capitulo 3

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Mi compañera de banco…

Capítulo 3

Mi casa no quedaba lejos de la escuela, pero aún así el maldito destino se empeño en crear un recorrido de transporte público que te demoraba 20 minutos, tal vez le estaba dando demasiada importancia a este tema, pero bueno, tengo una personalidad un poco rara, a veces pienso demasiado en las cosas y últimamente esto se había intensificado ya que no me quedaban amigos con los que distraerme. Bueno, eso no era del todo cierto, aun me quedaba mi mejor amiga, Valeria, ella y yo somos amigos desde hace mucho, aunque no nos veíamos muy seguido ya que antes si que vivíamos lejos, pero ahora estábamos a unas cinco o seis cuadras de distancia, y eso en parte me ponía feliz porque pronto, cuando dejara de estar castigada, la vería de nuevo en mucho tiempo, maldita Valeria, ella es muy inteligente pero también muy vaga. Lo bueno es que en lo poco que hablamos ayer por la noche me dijo que tal vez hoy o mañana le quitarían el castigo y podríamos vernos, estaba emocionado por eso, será genial poder hablar más con ella y cosas así que hacen los amigos que viven cerca.

Una presión en el hombro me saco de mis ridículos pensamientos, cuando voltee a ver quién era me di cuenta de que era Antonella que se había dormido y gracias a nuestra bellísima y hermosa amiga la gravedad su cabeza había terminado en mi hombro.

-CofCof- Tosí un poco para ver si se despertaba y contra lo que yo pensaba si hizo efecto, ella abrió sus ojos y me miro, casi inmediatamente se sentó en su lugar y pidió disculpas si me había molestado –Nada de eso- Contesté con una sonrisa, esta chica me caía bien, aun así debíamos hacer un trabajo eterno para mañana y no sé si lo logremos.

Antes de que me diera cuenta, entre charla y charla con ella ya estábamos en la puerta de mi casa, entramos y una corriente de aire helado nos dio una bellísima bienvenida.

-Hogar dulce hogar… -Dije en con ironía-

-¿Porqué esta tan frio acá?

-Perdón, es que mamá no está nunca y olvide prender la estufa.

-Pero… ¿Y tú papá?

Me detuve en seco. ¿Papá? Hace mucho que no pensaba en el, siendo sincero no sabía nada de él desde que me mude hace un par de semanas.

-No está. -Respondí fríamente- No tenía ganas de hablar de el

-Bueno, es mejor que empecemos con el trabajo ya.

Mire la hora. El reloj marcaba las cinco de la tarde. –Tenemos tiempo- Pensé.

-¿Querés tomar algo primero?

-Em… Bueno.

-¿Qué querés tomar?

-No lo sé, cualquier cosa está bien.

-Tengo, té, leche, café…

-Café. -Contestó algo apurada-

-Bien café será.

Después del café empezamos con el trabajo, el día avanzaba, el trabajo que habíamos empezado a las 5:30 Ya nos había ocupado más de 4 horas. Así es, damas y caballeros, eran ya las 21:30 horas y todavía nos quedan dos páginas. Estábamos cansados, queríamos hacer cualquier otra cosa que no sea el trabajo, fue en ese momento en el que un ruido muy fuerte nos hizo reaccionar, a mi árbol de enfrente se le había caído una rama, cuando nos dimos cuenta había un viento endemoniadamente fuerte corriendo afuera.

-Creo que tendría que irme ya. -Dijo acercándose a la puerta-

-¿Estás loca? ¿Piensas que te voy a dejar salir con este viento?

-Pero tengo que irme a casa.

-¿Con este viento? Ni en sueños, llama a tus padres y avísales que te quedas.

-Pero…

-Ni una palabra más, yo cocino. -Dije caminando hacia la cocina-

No tenía idea de que cocinar, nunca le había cocinado a nadie que no fuera mi mamá, asique opté por la decisión más simple, fideos, al cabo de media hora los fideos estaban listos y nosotros estábamos comiendo. Cuando terminamos ella sugirió que termináramos el trabajo y sinceramente fueron las dos páginas más difíciles de la vida, es decir, cuando google no tiene la respuesta sabes que estás en problemas…

De un momento a otro no podía ver nada. Solo a mi compañera tirada sobre la mesa y a mí cayendo también sobre la mesa, lo último que pude ver fue el reloj que estaba haciendo lo que usualmente hacen todos los relojes, marcar la hora.

03:45am…

Mi compañera de bancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora