Capítulo 22

22 3 0
                                    

Mi compañera de banco...

Capítulo 22

-Perdón, me olvide mí... ¿Quién es esa?

-Helena, no es lo que parece. Puedo explicarlo.

-Claro... ¿Asique así es como funciona? Me volteo dos minutos y corres a los brazos de otra. –Elevo su tono de voz-

-No es así, ella es una amiga y simplem...

-No pienso seguir escuchando tus excusas. ¿Acaso pensás que soy estúpida?

-No es eso, es que...

-¿Es qué? Alvaro ¿Es qué? -Gritó-

-¡Sos vos! –Dije con todo el poder que mi garganta poseía-

-No tenés derecho alguno a gritarme. –Replico alzando su mano-

-¡Wow! ¡Wow! ¡Wow! No hace falta que nadie salga lastimado. –Intervino Antonella parándose entre mi y Helena-

-Vos no te metas pequeña zorra. –La empujo tirándola al piso-

-Fuera de mi casa. –Vocifere-

-No, no podes deshacerte de mi así nomas, ahora me vas a escuchar. –Replico Helena-

-NO. ¡AHORA VOS VAS A ESCUCARME A MI!

-Está bien, muchachote. ¿Qué vas a decirme?

-No quiero volver a verte, vete.

-Hey, no peleen... -Dijo Antonella levantándose-

-Esto no es una pelea.

-Si lo quieres puede ser una guerra. -Pronuncio desafiante la rubia-

-Una masacre.

PUNTO DE VISTA DE ANTONELLA

Yo estaba ahí sentada en el piso después de una chica, que más bien parecía una novia neurótica horas antes de casarse, me tirase de un empujón.

La pelea que ella sostenía con Alvaro había llegado a un punto insospechado, parecía que en cualquier momento se abalanzarían uno sobre el otro para matarse mutuamente, aunque si eso ocurriera Alvaro ganaría seguramente, es mucho más fuerte de lo que parece. Recuerdo que más de una vez me ha cargado en sus brazos de repente en las horas de Gimnasia en la escuela o si no aquella vez...

-¿Antonella? ¿Qué estás haciendo en el parque?

-¿Qué? Yo... Nada, solo estaba sentada mirando las nubes.

-¿Puedo sentarme?

-Por supuesto.

Pasamos unos minutos en silencio hasta que se me ocurrió hablar para romper mi incomodidad, porque el parecía muy tranquilo tirado sobre el pasto.

-¿Y vos que haces en el parque?

-Salí a correr un rato.

-¿Lo haces seguido?

-Sí.

-Nunca nos contaste.

-No creo que sea algo muy importante.

-Todos piensas que no haces nada.

-Pensar es gratis. –Dijo volviendo a recostarse en el pasto-

-Que suerte.

Se quedó recostado con los ojos cerrados unos cinco minutos más y se tuvo que ir, había parado de correr para sentarse conmigo y ahora debía seguir, simplemente le dije adiós y lo vi alejarse trotando.

Las horas transcurrieron y la noche empezó a caer, yo aún no me podía mover de mi lugar cuando lo vi aparecer.

-¿Anto?

-¡Alvaro! ¿Qué...? ¿Qué haces acá?

-Podría preguntarte lo mismo, se está haciendo muy tarde.

-Yo... no puedo moverme.

-¿Eh? ¿Por qué? –Dijo preocupado-

-Me caí y me torcí un pie, no puedo pararme.

-Eso está mal, vamos te llevo. –Estiro su mano hacia mí-

-Pero te digo que no puedo caminar.

-¿En qué momento hablamos de caminar?

Seguido de eso paso su brazo derecho por mi espada y el izquierdo por debajo de mis piernas y me levantó, caminamos, más bien el camino conmigo a cuestas unos cinco minutos hasta que encontramos un taxi, me acompaño hasta mi casa y luego se fue.

Esa noche dormí pensando solamente en lo bien que se veía estando tirado en el pasto, sonriente como siempre y cada vez que abrió sus ojos cafés el sol los hizo ver más claros, calmos y llenos de tranquilidad. Cuando los tenía cerrados aprovechaba para admirarlo unos instantes, era bastante delgado así como sus brazos y piernas pero ambos demostraron poder cargarme durante varios minutos sin cansarse y su pelo alborotado por el viento le daba un toque muy tierno.

De repente me vi sonriendo y poniéndome colorada por un recuerdo de mí compañero de banco, esa noche dormí muy bien y me desperté aún sonriendo al recordar el día de ayer.

Mis palabras se perdieron en el aire mientras ellos continuaban mirándose el uno al otro, unas últimas amenazas fueron lanzadas entre ellos y Helena salió de la casa y Alvaro soltó un grito que hizo temblar toda las casa y su fue furioso. "Hasta enojado se ve lindo" Pensé para ir a buscarlo a su habitación y animarlo.

Mi compañera de bancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora