Confesiones

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Maratón 3/5

Head first -Christian French

Ha pasado una semana desde el partido, con Joss no pasó mucho la llevamos a su casa, en la escuela no tenemos mucha comunicación, aunque puedo perdonar, se me hace muy difícil olvidar, así que por suerte Joss ha decidido alejarse por su cuenta, no sé si se trate de vergüenza porque vimos como la trataban, si sea arrepentimiento o que otro sentimiento albergue en su ser. Con Said, por el contrario, tuve la oportunidad de hablar mucho más con él, después del juego lo felicité, le dije algunas cosas que podría mejorar en cuento técnica, y de ahí salieron varios temas con respecto al futbol, resultó que somos de equipos rivales.

Otra semana en la escuela, otro día de llegar tarde porque Lisa se queda dormida, juro que a la próxima si la dejo.

—Lisa, apúrate, no quiero llegar tarde —le grité desde el primer piso con las llaves en la mano.

—¡Que ya voy!, —gritó desde su habitación— por 2 minutos que salgamos después no significa que te cerrarán la escuela —respondió, también gritando.

—Es que no son dos minutos son 20 minutos y no quiero que haya tráfic...

Me interrumpió bajando de la escalera y tapando mi boca con una mano —Ya, ya, ya estoy aquí, ya vámonos.

Nos subimos al auto y efectivamente, mi predicción se hizo realidad, en cuanto avanzamos por la carretera, había tremendo tráfico, tanto que llegamos al colegio para la segunda hora. Al llegar nos tuvieron retenidas en la dirección, a la espera de que nuestros padres contestaran y pudieran confirmar el motivo de nuestra tardanza. Nos dejaron salir para la cuarta hora, hora libre para mí porque así es mi horario.

Genial, mejor ni hubiera venido, dos horas más y salgo, ¿Qué puedo hacer en tres horas?

Me fui directo hacia la cafetería, creo que mi lugar favorito en la escuela es este; ustedes pudieran pensar que es un lugar ruidoso, o lleno de gente, pero no, es tranquilo, hay wifi y sobre todo me alimentan —la parte más importante— Al tomar asiento, me sobresalté un poco, ya que escuché un chirrido de llantas en el estacionamiento, justo cuando me iba a parar para investigar de dónde venía, entró un apresurado Said, un veloz, nervioso y despeinado Said.

—¿Said? ¿Qué te pasó? —reí un poco por su apariencia tan desalineada, parecía que había estado en una batalla a muerte con su almohada, su cepillo y su existencia en general.

—Se me hizo tarde, me quedé dormido y viniendo para la escuela había mucho tránsito, pensé que no llegaba, pero bueno da lo mismo, tendré que ir a dirección y salir, en la siguiente hora acaba mi horario, después tengo entrenamiento con el equipo. —contestó muy rápido y salió disparado hacia la dirección.

Y me quedé sola de nuevo...

Claro que no, ve en dirección hacia la biblioteca.

Woo, era Woo, desde la vez que le conté sobre Alex no he tenido consultas con él, ¿eso es buena señal no? Al acercarme a Woo me preocupé un poco, iba con papeles en la mano, y no estaba en salón, se supone que tenía clase a esta hora.

Con cierto desconcierto me acerqué a él—Hola Doctor —saludé con una amistosa sonrisa.

—Buenos días hija, ¿Qué haces afuera de tu salón? —Preguntó guiándome hacia la mesa en donde estaba segundos atrás.

—Ya sabe, se me hizo tarde, tronchatoro me retuvo y me mandó a dirección, como ya casi acaba mi día pues no tengo nada, más que hacer, y que mejor opción que quedarme en donde hay comida —reí y me recargué en la mesa con ambos brazos, dando soporte a mi barbilla con mis manos.

Así soy  ✓ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora