28. Nina

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Publicado Originalmente: 28 de noviembre de 2021

En este punto de la historia entro en estrés. No quiero que ninguna de mis niñas sufran. El dolor es inevitable. Espero que les este gustando. No duden en comentar y votar. Los espero...

«No podemos estar aquí

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«No podemos estar aquí. Van a matarnos de verdad cuando traigan a Mina»

Nina comenzó a sentir como si todo su cuerpo se hubiera quedado paralizado. Se esforzó demasiado por abrir los ojos. Sin embargo, estos le pesaban demasiado.

«¿En que estaba pensando?» No podía evitar pensar en la estupidez de dejar que Fabrizio entrara a su casa para hablar. Tenía que haber prevenido lo mal que lo pasaría. Continuó esforzándose, pero no se sentía bien. El dolor de cabeza iba en aumento y sentía que no podía moverse.

«¿Qué estaba pasando?» no pudo evitar preguntarse.

—No lo intentes, solo provocaras que todas tus extremidades duelan aún más —Nina no reconoció la voz de inmediato.

Estaba viendo borroso. Intentó recordar que fue lo último que hizo o al menos lo que consumió. Se sentía muy confundida.

—¿Quién eres? —preguntó al lograr abrir los ojos se encontró en una habitación de madera. Con todas sus ventanas bien cerradas y podía escuchar el ruido de la lluvia chocar con el zinc del techo—. ¿Dónde estamos? Esta claramente no es mi casa —logró decir en voz baja.

—Sigues bien drogada, ¿verdad? —escuchó la burla en su voz. La chica caminó hasta donde entraba un poco de luz de la ventana y fue entonces que Nina logró verla de forma clara.

—¿Lina? —preguntó sin poder dar crédito—. No entiendo lo que está pasando. Siento como si tuviera todas mis extremidades bien dormidas. Y no entiendo porque estás aquí —dijo apretando sus sienes.

Quizás si entendía, pero le costaba creer que realmente eso estuviera pasándole.

—Eso es porque las tienes bien dormidas. Te trajeron hace media hora —dijo mientras se apoyaba en la pared—. Querida hermana, estamos secuestradas o en el peor de los casos, van a vendernos a los malos y harán de nosotras unas prostitutas —dijo como si nada.

Nina abrió sus ojos aun por la sorpresa. Dios, no podía ser cierto. ¿Cómo es que lograron dar con ella? ¿Por qué antes de lo esperado? Y lo peor de todo, ¿Cómo es que tenían a Lina?

Mierda, realmente quería sentir su mente clara. No podía pensar con claridad cuando sentía como si se hubiese dado una borrachera.

—Nada de lo que estás diciendo sucederá —dijo Nina segura de sus palabras, aunque estaba temblando por el esfuerzo que aún le producía hablar—. Ni esto es un secuestro y tampoco van a vendernos a los burdeles. Van a matarnos cuando tengan la oportunidad.

Cómplices Del Destino (Trillizas Hiltmoose Parte 1 y 2) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora