Para gran sorpresa de todos, el invierno dio paso a la primavera y con este transcurso del tiempo, el Concubino Do nunca dio relevancia a algún avance del Emperador.
Manteniéndose tan firme y determinado como la muralla más fuerte, impenetrable como la mejor armadura y tan orgulloso como un león poderoso, el antiguo Príncipe del Imperio Do negó los afectos del monarca y se mantuvo firmemente encerrado en sus habitaciones durante todo ese tiempo. De vez en cuando podía vérsele visitando al Concubino Byun, Lee o Kim junto a su criada de confianza, con quien había estrechado lazos, pero nunca fue tan lejos como para rendir homenaje al Emperador o mantener una cordial simpatía para con la observadora Emperatriz.
Era sorprendente, inaudito. ¿Quién en este mundo podría ser capaz de rechazar la atención completa del Emperador? Siendo el sueño y deseo de tantas personas, este comportamiento no pudo pasar desapercibido para los ministros y la gente común. ¿Cómo podía alguien como él tener el interés continuo de Kim JongIn? ¿Cómo podía poseer tanto en sus manos y no atreverse a aprovecharlo? Podría ser el hombre más poderoso e influyente de aceptarlo y, sin embargo, se había mantenido perfectamente aislado, encerrado en su prisión silenciosa mientras era acompañado día a día por la siempre atenta JiHyun.
No había nadie que no fuera consciente de los regalos extremadamente costosos y exquisitos que aparecían todos los días en las puertas de sus habitaciones, desde lujosos juegos de té hasta ropa fina, hecha por las mejores costureras y joyas brillantes que tenían un valor exhorbitante. Todos fueron negados y devueltos a su comprador.
Sus movimientos repelentes e irrespetuosos no hicieron más que aumentar las tensiones y la discordia en el Palacio de las Flores, donde su nombre resonaba en cada esquina, en cada habitación individual, siendo maldecido profundamente por numerosas bocas. KyungSoo no podía culparlos, estaba robando los regalos y el hombre de las flores más bellas del país, aún cuando no sentía el más mínimo deseo de que esto ocurriera.
KyungSoo pensó profundamente y concluyó que el Emperador tenía tendencias masoquistas, porque no había forma alguna de que alguien completamente cuerdo y normal aceptara tales tratos y tanta tensión en su hogar por un solo hombre. KyungSoo habría solucionado el problema de raíz desde el inicio en vez de prolongar todo aquel espectáculo innecesario, pero, como era de esperarse, el Emperador pensaba de una manera totalmente diferente y había permitido que el río siguiera su cauce.
Tan tonto. KyungSoo daría todo por golpear su rostro cargado con belleza masculina e imponencia contra la pared más cercana.
Gracias al cambio de estación, KyungSoo había podido pasar un poco más de tiempo fuera de su habitación, por lo que había recurrido a leer en el patio que se extendía con verdor delante de él; disfrutaba del clima comenzando a calentarse y del aroma dulce de las flores coloridas que florecían hermosamente. También había decidido retomar sus olvidados entrenamientos; JiHyun había conseguido cambios de ropa de cómodos pantalones y camisetas para poder ejercitarse y su cuerpo se sintió agradecido y ágil ahora que se mantenía en constante movimiento.
La falta de armas de entrenamiento redujo sus opciones notablemente, pero KyungSoo no se desmotivó y en cambio se dedicó a correr durante todas las mañanas, dando vueltas largas y agotadoras por toda la extensión del patio dispuesto para él. Esta rutina de trote ininterrumpido ayudó notoriamente a mantener calmada su mente inquieta. Le permitía calmarse, pensar más tranquilamente y guardar la compostura en los momentos necesarios.
Hoy era uno de esos días en los que acababa de dar un recorrido exhaustivo por todo el jardín. Su cuerpo sudoroso ardía, los músculos quemando a raíz del duro trabajo y el cabello húmedo se encontraba apegado a su frente y cuello. JiHyun no tardó en llegar a su lado con una suave sonrisa en los labios y le tendió un cuenco de agua fresca y un pañuelo. KyungSoo tomó ambos. Dio un sorbo prolongado a su bebida y se secó el sudor del rostro con la mano contraria cargada con la suave tela.
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El Concubino del Emperador
FanfictionDo KyungSoo es el segundo príncipe del Imperio Do. Con su estrella augurando una vida trágica y angustiosa, creció en medio de la soledad y el alejamiento social. Su hermano y el capitán de su ejército fueron sus únicas fuentes de amor y confianza;...