Capítulo 24

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Los días siguientes se trataron del Emperador volviendo lentamente a sus deberes acostumbrados.

Las reuniones diarias con los ministros fueron reanudadas y los casos del país comenzaron a ser atendidos. Kim JongIn se hizo cargo de los asuntos de la gente común que la Emperatriz había pasado por alto, atendió a aquellos que solicitaban su ayuda de alguna manera y comenzó a mover sus piezas para poner en marcha todo lo que había estado estancado durante esos años de ausencia.

Aunque todo era un caos y el estrés sobre el monarca era visible, KyungSoo conseguía enternecerse al ser convocado a sus habitaciones para tener al menos una hora de lectura y conversación suave a su lado. Eran pequeñas cosas aparentemente tontas y sin importancia, pero al haber sido privado de la presencia cálida de este hombre por tanto tiempo, KyungSoo no podía hacer más que sentirse complacido y feliz.

Notó entonces que él lo había extrañado más de lo que había imaginado en un inicio.

Sobre el Emperador quedaba una capa grisácea que KyungSoo sabía que sería incapaz de quitarse por completo; era la pérdida, el duelo y el dolor; él mismo había tenido que lidiar con ello, aún había días en los que las memorias y los sentimientos conflictivos lo invadían, no obstante, Kim JongIn era especialmente fuerte y obstinado. Él trataba de alzar la cabeza lo mejor posible y vivía con su carga a cuestas sin quejarse en el camino.

Es admirable, pensó mientras escribía un pequeño poema para Kim MinSeok. 

Los cuatro habían decidido reunirse nuevamente después de algunos días de la muerte de la Emperatriz, cuando Kim JongIn asintió ante la pregunta de poder visitarse entre sí.

Fue un reencuentro conmovedor. Sin las malas noticias, la tensión ni los ojos indiscretos de los ministros, ellos podían finalmente relajar la espalda y demostrar el agotamiento que esos años habían dejado en cada uno de ellos.

Para todos, estar sin el Emperador cerca había sido especialmente duro.

ㅡEl Concubino Hao es realmente una molestia. Ha estado molestando a todos desde que Mi Señor se fue hasta que regresó; realmente estoy tan frustrado por su culpa. ¡Exijo que lo alejen aún más de mí o me saldrán arrugas antes de tiempo! ㅡse quejó Byun BaekHyun, arrugando las cejas mientras se desparramaba en el sueloㅡ.

Kim MinSeok le dio algunas palmaditas suaves y reconfortantes en la frente y Lee TaeMin rió por lo bajo, optando por golpear su brazo juguetonamente.

ㅡY será aún peor con la llegada del cumpleaños de Mi Señor.

Byun BaekHyun soltó un lloriqueo caprichoso y KyungSoo detuvo su escritura para mirar al trío con sorpresa.

ㅡ¿El cumpleaños del Emperador está cerca?

Los mayores lo miraron de inmediato y ellos mismos se notaron especialmente sorprendidos ante la pregunta. Kim MinSeok se acomodó en su lugar, alisó sus mangas y se dirigió a él con suavidad mientras Byun BaekHyun y Lee TaeMin curioseaban la conversación con ojos atentos.

ㅡLo está. Es el día catorce, dentro de una semana. 

KyungSoo bajó la mano y colocó el pincel a un lado. Sus manos cayeron sobre sus muslos y su mirada descansó en el pergamino estirado sobre el escritorio.

ㅡEs solo un día después del mío ㅡmurmuró distraídamente; los mayores cruzaron una mirada y guardaron la nueva información para sacarle provecho en el futuroㅡ.

Kim MinSeok volvió a hablar, igual de suave y amable que al inicio.

ㅡPensé que lo sabrías.

KyungSoo negó y sus dedos juguetearon sobre la tela suave de su túnica. La nariz se arrugó por inercia y un sentimiento de culpa punzó sobre su corazón ligeramente.

El Concubino del EmperadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora