Capítulo 4:
Ya todo había transcurrido tan rápido que ya estaba con todos los chicos y rodeado el hotel de fans, estábamos en el lobby del hotel en que nos hospedaríamos aquí en Chicago, el clima estaba tan caluroso que me hizo sacarme la chaqueta quedando un poco a la vista mis pechos, lo que hizo que varios de los chicos giraran sus miradas hacia mí, no les tomé importancia.
- Bien chicos, así quedarán las habitaciones: Matt, Cameron, Nash, Hayes y Megan en una – Escuché que los chicos chillaban de alegría ¡Já! Estúpidos – Taylor, Jack, Jack, Aaron, Carter y Shawn en la otra que es un poco más grande.
- ¿Por qué tengo que quedarme con hombres? – Alcé la mano.
- Hay Megan, serán tus compañeros de tour de tres meses más, tienen que llevarse bien – Dijo Bart.
- Bueno, espero hacerlo – Dije y tomé mi maleta para subir furiosa al ascensor.
Por alguna razón que se cual, los chicos me dejaron la cama que estaba en medio de Cameron y Nash, por alguna razón. Entré al baño a darme una ducha pero cuando salí me di cuenta de que había dejado mi ropa afuera de la habitación, me envolví en la toalla que había dejado, espero que no haya nadie afuera pensé, salí y para mi desgracia estaban todos allí, con decir todos quiero decir con los que comparto la habitación y también estaba Taylor. Todos dejaron de hablar en cuanto salí para quedárseme mirando, yo tomé mi ropa pero aun sentía sus miradas.
- ¿Qué nunca vieron a una chica salir del baño en toalla? – Pregunté descaradamente.
- Sí pero no una tan sexy… que bonitas piernas – Dijo Nash acercándoseme peligrosamente, me iba a divertir un rato con él.
- ¿Así Nash? – Dije tomándolo del cuello, los chicos estaban exageradamente moviéndose.
- Así es Megan – Dijo él tomándome por la cintura, tiré la ropa a la cama y lo besé impulsivamente, el beso se intensificó y fuimos directo al baño.
Le quité la remera a Nash mientras él se desabrochaba los pantalones, a mis 16 ya no era virgen, había tenido un novio un año antes así es que pasó, Nash me dijo que era virgen pero le dije que iba a ser tan especial en un baño que ni siquiera se iba a dar cuenta y que él solo disfrutara. Saqué mi toalla por completo y sus ojos se desbordaron, me acercó más a él y soltó un gemido al sentir mis pechos erectos contra su abdomen. Comencé a masajear por encima de sus calzoncillos a su amigo, estaba tan duro que rompería la tela. Nash solo gemía y yo seguí con mi mano allí, luego él tomó el control y me puso encima del lava manos, se quitó el calzoncillo dejando ver su miembro duro y erecto, tomó un preservativo de la repisa y se posicionó en mi entrada, le dije que empujara hasta el fondo y así lo hizo, dejándome escapar un gemido audible en todo el piso. Luego silenciamos los gemidos con besos, le mordí el lóbulo mientras él seguía penetrándome cada vez más fuerte.
Cuando llegamos al éxtasis Nash apoyó su cabeza en mi hombro y yo hice igual, aún no salía de mi por lo que sentía el líquido caliente extenderse por el forro del preservativo.
- Eso fue genial – Dijo agotado.
- Tienes razón, sal de aquí por que ahora si que tengo que bañarme.
- Podríamos bañarnos juntos – Dijo el saliendo de mí, me estremecí por un segundo.
- Por segunda vez tienes razón, pero no quiero sexo ahora Nash – Dije y luego hice un puchero – Me dejarás en silla de ruedas.
El soltó una risa y luego fuimos los dos a bañarnos, no hicimos nada pero no me daba vergüenza tampoco estar con Nash así porque ya nos conocíamos enteros. Cuando salí, los chicos ya no estaban.
- Supongo que se aburrieron de oírte gemir tanto – Dije y reí, Nash me fulminó.
- ¿Yo soy el que gime más?, perdóname pero tú fuiste la que gemía más fuerte – Dijo Nash.
- Nash, tu gimes más fuerte – Dijo Cameron interrumpiéndonos cuando entró a la habitación.
- Ves – Dije y le guiñé un ojo a Nash quién salió echo furia de la habitación dejándonos a mi y a Cameron solos.
Tomé mi piyama y fui a ponérmelo, en cuanto salí todo estaba normal y Cameron estaba pegado a su móvil, me acurruqué con las sábanas y cerré los ojos. Sentí que se hundió a un lado mi cama por el peso de algo, me giré para ver a quién encontraba, para mi sorpresa era Matt.
- Lo siento no puedo dormir tranquilo con la música de los chicos – Tenía razón, la música se escuchaba bastante fuerte, levanté un poco la cabeza para ver si había alguien en la habitación pero no había nadie.
- Tranquilo – Dije y lo abracé maternalmente, él se apegó más a mí, luego me giré y él me abrazó por la cintura, gran técnica Matt pero ahora voy a jugar yo.
Estaban nuestros cuerpos apegados en todos los sentidos, comencé a mover mi trasero el cual quedaba justo en el punto sensible de Matt, lo comencé a mover en círculos causando que Matt quién tenía su boca en mi oreja, soltara un gemido excitante, nunca había oído uno igual.
- Que haces – Dijo el notando que lo hacía a propósito.
- Tranquilo Matt – Dije y lo besé lentamente para luego volver a mi posición fetal.
Estos tres meses iban a ser muy divertidos.
Nuevo capítulo y lleno de placer, espero que les guste, besos.