Extraño a Nash.

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Capítulo 36:

-3 horas después- 

Desperté por un estruendoso ruido, al abrir los ojos me di cuenta que era una montonera de libros, hojas todo lo relacionado con ese tipo de cosas, me sorprendí y luego miré a mi alrededor, una habitación bastante vieja por su apariencia me envolvía, miré al frente y un hombre de mediana edad al parecer me miraba con una ceja arriba y sonriendo, parecía malvado y daba miedo. 

- ¿Que hago aquí? - Pregunté. 

- Bueno chiquita, eres Megan Brooks, ahora eres más famosa por tu padre y blah blah, uno de mis hombres te vio y bueno te trajimos aquí - Dijo él haciéndose el amable, estúpido.

- Bueno, creo que entonces me voy - Dije levantándome.

- Un momento - Dijo él, dos hombres corpulentos se iban a acercar a mi pero el hizo una cosa con sus dedos y ellos se quedaron quietos. 

- Espera, me tengo que ir, perderé el vuelo - Dije, mirando el reloj de mi mano, era muy tarde.

- Ese no será un problema, ya lo has perdido y tú no te moverás de aquí, nos darán mucho dinero por venir a rescatarte - Dijo, así que de eso se trata, solo quieren dinero.

- Bueno, tengo dinero, si quieren que les dé, se los daré - Dije, el rió amargamente.

- Cariño, las cuentas bancarias de ''Los Brooks'' han desaparecido, se han esfumado, igual que tú y tú dinero, ya no tienes nada - Dijo él, vaya. 

- De todas formas, mis padres están desaparecidos así que no creo que vengan a rescatarme ni mucho menos les den el dinero que quieren - Dije cruzándome de brazos, este tipo no me daba ni una pizca de miedo.

- Claro que no se los pediré a tus padres si no ha tu noviecito... ¿como se llamaba? Ah sí, Nash Grier - Dijo el, momento no, no puede pedirle dinero a Nash, sería tan estúpido de parte mía, no sabría como verle a la cara.

- No, no puedes - Dije, bueno ya probé con todos mis métodos, el último que me quedaba: Suplicar - Por favor, pido piedad, no lo hagas - El comenzó a reír y los hombres de atrás suya también, juro que hasta yo estaba riendo por dentro. 

- Oigan ya, esto es un secuestro no un evento humorístico - Dijo el arreglando el cuello de su chaqueta, idiota - Llévense la.

Dicho esto, los dos hombres tomaron la silla en la que estaba sentada y así mismo me cargaron hasta una habitación que parecía de esas de la cárcel, había solo una cama con algunas frazadas, una ventanilla pequeña y mis maletas que estaba la mayoría de mi ropa esparcida por el suelo. Comencé a ordenarla cuando los dos grandulones se fueron y me encerraron, esto iba a ser largo. 

Desperté con el brillo de luz en la cara, justamente la puta ventana daba a mi, me levanté con la pereza de todo el mundo y ah verdad que no puedo salir, ni siquiera había un baño, que tipo de secuestro es este.  Comencé a golpear la puerta con mis puños y pies gritando que necesitaba ir al baño, uno de los grandulones vino y me esposó las manos, junto con él me llevó al baño que ¡por dios! estaba al lado de la habitación, no era necesario.

- El baño está tan lejos que saldré corriendo, créeme - Le dije a este quién desató las esposas y me dejó sola en el baño. Al fin. Cuando estuve lista salí, el volvió con su estúpida idea de ponerme esposas y fuimos hasta mi habitación - Espero que te paguen bien por esto, es un asco ¿no? - El no respondió y simplemente se fue cerrando de nuevo mi puerta dejándome a mi y a mi soledad. Busqué haber si es que estaba mi móvil, no, mi portátil, no, mi iPad, no. ¿Con qué piensan que me divertiré aquí?, por lo menos había una guitarra, ¡Una guitarra!. Corrí a buscarla y comencé a cantar Photograph de Ed Sheeran, esta canción me traía recuerdos buenos. 

- Buenos días preciosa, amaneciste de buenas - Dijo entrando el supuesto jefe de este secuestro estúpido.

- Siempre para ti Boss - Dije sarcásticamente, el sonrió - No sonrías, me das miedo - El sacó su sonrisa, me reí. 

- Bien, solo vengo a decirte un par de cosas, pensamos tenerte un par de días aquí, nada abrumador, Josh vendrá a hacerte compañía, le tengo gran confianza así que para que te entretengas - Dijo él, no dije nada, no quería conmigo nada que tuviera que ver con él, ni menos uno de esos grandulones que dan miedo aquí, el se fue y yo solo me acurruqué en el respaldo de la alcoba y con las rodillas pegadas a mi abdomen, pronto la puerta volvió a abrirse. 

- Tranquila, soy Josh - Dijo el chico para nada grandulón que entraba.

- Bueno, no eres lo que esperaba - Dije, relajé un poco mi posición.

- ¿Ah sí? Esperabas uno de esos grandes que están fuera, bueno pues es lo que te tocó - Dijo él, asentí.

- Bueno, no llevamos ni 5 minutos y ya estamos en guerra - Dije, el se sentó en mi alcoba. 

- ¿Como te llamas? - Preguntó.

- Megan, ya sé tu nombre; Josh - Dije, el rió, en verdad me caía bien aunque no lo conozca.

- Bueno, Megan, soy el sobrino de este tipo, no te preocupes si crees que te voy a violar o algo así, no eres mi tipo que digamos - Dijo él, yo fruncí el ceño.

- ¿No soy tu tipo? Soy el tipo de todos, lo siento - Dije.

- No imites a Travis Maddox y soy gay cariño - Dijo él levantándose de la cama para recorrer mi habitación, oh claro, gay - ¿Tocas?

- - Dije, el me dio la guitarra, le sonreí y comencé a cantar Born to die, Lana del Rey era una queen, claro como su nombre. 

- Cantas muy bonito - Dijo él, le sonreí. 

- Me tengo que ir ya van a ser las 10, nos vemos mañana Megan - Dijo él, asentí y se fue, uno de los grandulones miró hacia adentro.

- ¿Qué? - Dije y le saqué la lengua, el solo negó con la cabeza y salió, yo reí.

Que clase de secuestro era este, primero me traen aquí, se ríen de mis bromas y luego me traen a un damo de compañía, si dije ''damo'', está bien. Este había sido el día más largo de mi vida, extraño a los chicos, extraño jugar con ellos, extraño los show, extraño a Sky, extraño a cada uno de esos estúpidos que me hacían reír cada día y que los quiero tanto como ellos a mi, pero más de todo esto... Extraño a Nash. 

Magcon - Nash Grier.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora