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—¡No!— empujé a Jungkook luego de que hiciera aquello, este se alejó riéndose de mí.— ¡Nos van a ver!
—Sé que eso no te preocupa, no te hagas.
Rodeé los ojos mientras ahora sí me limpiaba con la servilleta, ni bien terminé, Jungkook había vuelto a embarrarme la cara con crema.—¡Jungkook te voy a matar!— amenacé.
—¿Ah sí? Hazlo a ver ven.— se levantó un poco de su lugar abalanzandose hacia mí e hizo lo siguiente, comenzó a hacerme cosquillas. Y yo era demasiada cosquilluda.— Quiero ver como me asesinas ¡Vamos! muestra tu bestia de adentro.— soltaba carcajadas por las cosquillas pero no quería más.
Por lo que sin pensarlo levanté uno de los vasos que contenía un poco de líquido dentro y se lo lancé a la cara haciendo que me dejara y abriera la boca, respirando. Al verlo me comencé a reír de él.—¡Te lo merecías!— se limpió con una servilleta nueva.
—Te gusta jugar de esta manera eh ¡Ahora verás!
Se abalanzó nuevamente haciéndome tumbar de espaldas mientras él se ponía encima y continuaba haciéndome cosquillas, estaba torturandome.— ¡Para, para!
—Desobediente.— dejó de hacerme cosquillas pero nunca bajó de encima. Respiré después de una ola de risas.— ¿Quieres más?—manché mi dedo con la crema cerca y se la puse en la cara pero él hizo lo mismo. Básicamente estábamos jugando con la comida de mi madre, nos mataría.—¡Bueno ya!— dijo Jungkook y me tomó de las muñecas para inmovilizarme. Aún seguía riéndome viendo su cara blanca.— Eres una total traviesa Yoori.
—Woa, descubriste Narnia.— dije sarcástica haciendo que sonriera de lado. Lo ví dejar de mirar mi rostro para recorrer mi cuerpo debajo suyo.— ¿Que estás mirando?— Jungkook sonrió de lado luciendo como un total pervertido, aunque fue divertida su cara lo aparte de encima.
Se reía de mí.— Descuida Yoori, no podemos hacerlo aquí.— dijo mientras se limpiaba la cara y yo también.— Será a nuestro tiempo.
—¿Eh?
Estaba hablando de nosotros y la unión que en algún momento tendría que pasar. Miré a sus espaldas el palacio en donde se cometería aquel acto poniéndome nerviosa, aún no podía hacerlo, no pensaba en ello y más sabiendo la condición de Jungkook.—Solo bromeo, tu cara fue un poema. Mira lo que hicimos, tu mamá nos va a matar por jugar con la tarta que hizo. Además era mi regalo ¡Lo arruinaste!
Le tiré con la servilleta usada dándole en la cara, el pelinegro solamente reía por todo, estaba de muy buen humor hoy y no era para menos. Estaba pasando su cumpleaños conmigo por primera vez como destinados, también me ponía feliz de estar con él en su día.
Después de la pelea con la comida y las cosquillas no terminamos ahí, luego de eso nos pusimos a jugar algunos juegos en su gran patio, hasta nuestros papás se unieron en algunos haciendo reír a nuestras madres.
