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Jeon Jungkook;
Caminó a paso normal hasta la casa de Yoori pero en mitad del camino comenzó a sentirse algo preocupado por lo que aceleró el ritmo, la tarde había caído, era posiblemente las siete y media casi anocheciendo.
Cuando llegó, lo pensó un momento y tocó la puerta pero nadie abrió. Pensó que quizás no estaban por lo que se sintió frustrado, pero al mirar por la ventana pudo notar que habían luces prendidas y él sabía que cuando la familia salía apagaba todo.
Tocó una vez más pero no obtuvo respuesta.
No quería irse así como así, quería verla y hablar para decirle las cosas y pedir disculpas si le hizo mal, no era su intención hacerla sentir así, jamás lo sería pero su instinto le hacía pensar muchas cosas que quizás al final no tenían sentido. Luego de no obtener respuestas, rodeó la casa para poder treparse por la ventana de su mate como había hecho antes.
Para su buena suerte estaba abierta, hizo lo suyo y se trepó hasta llegar a la ventana, al asomarse pudo verla, ella estaba en casa.
Pero algo le pasaba. Yoori estaba sentada en medio de la cama apoyando su espalda en el respaldar de esta mientras abrazaba sus piernas con su cabeza escondida entre ellas, le pareció extraña su actitud y entró finalmente hasta acercarse a la esquina de la cama.—Yoori..— la vió removerse en su lugar pero aún no lo miraba.— Yoori vine a verte y a hablar... tengo cosas para decirte...— quedó a medio decir cuando la chica sacó su cabeza de su zona de confort para mirarlo lentamente y Jungkook frenó su caminar abruptamente.
Se cruzó con la mirada de Yoori y sus ojos no estaban de su característico color marrón, estos eran grises y miraban fijamente al pelinegro haciéndolo tragar en seco.
No era tonto, sabía que estaba pasando con ella en ese momento y era realmente peligroso para él. Antes de ir había tomado sus pastillas por precaución por lo que su lobo no saltó encima de ella.—Yoori estás...— se acercó a paso lento a su lado y se sentó en la cama.— ¿Estás bien?— ella asintió lentamente sin apartar su mirada de él. Aquellos ojos grises eran realmente cautivadores y era la primera vez que Jungkook se encontraba con ellos.— ¿Tus padres están aquí? Golpeé pero nadie me atendió, pensé que no estaban pero ví las luces y...— se calló al ver cómo Yoori se arrodillaba en la cama aproximándose a él.
—Estás aquí..— dijo en voz baja, casi inaudible y llena de excitación.
Kim Yoori estaba en su tiempo de celo.
Posó sus manos en los hombros de él y Jungkook comenzó a tratar de calmarla pero eso no impidió que Yoori pasará sobre sus piernas para quedar con las suyas a cada lado de sus caderas, Jungkook por inercia tomó de la cintura de la chica y esta soltó un jadeo involuntario entonces sacó sus manos rápidamente.
