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Estos pasados dos meses he tenido a Jungkook encima mío todo el tiempo cuidando de mí y siendo totalmente cariñoso, lo agradecía igual porque a veces mis ánimos cambiaban constantemente, mis antojos también.
Pudimos olvidar aquel suceso que vivimos, que viví y que vivieron ellos.
Me sentía fuerte, saludable y tranquila a la espera de mi primer hijo totalmente emocionada. Mi mamá como la de Jungkook me hablaban sobre el embarazo y los cuidados para que los aplique conmigo y no tener ninguna complicación hasta el día que le toque nacer al bebé.
Pedí volver a trabajar aunque Jungkook no quería que lo hiciera pero necesitaba hacer algo para no estar aburrida en la casa recostada, estuve mucho tiempo en una camilla, quiero ser libre y vivir ahora. Además que aún podía moverme con facilidad en mis seis meses de embarazo que llevo, ahora cuando llegue al séptimo, octavo.. ahí quizás cambie la cosa.
Estábamos en la cama con Jungkook acostado siendo las nueve de la mañana, habíamos despertado hace una hora y él se levantó, bañó, cambió y se puso listo para salir mientras que yo solamente me levanté al baño y volví a la cama. Sí, hace casi dos meses que estaba viviendo con Jungkook en la mansión de los Jeon, el quería tenerme cerca y yo igual.
Todos estuvieron de acuerdo que debíamos comenzar a convivir ya que estábamos en la espera de un hijo juntos, debíamos comenzar a hacernos más maduros y ver como es el tema de convivencia, todo iba realmente bien.
—Jungkook.—hablé por quinta vez.
—¿Mmh?
—Debes irte ya.—el pelinegro estaba abrazado a mí como una garrapata, tenía su rostro en mi cuello y me abrazaba por encima de mi panza grande.—Hace como dos horas que dijiste que ya te ibas pero aquí sigues.—reí. Me apretó un poco más a él siendo cuidadoso y se quejó.
—No quiero. Quiero quedarme contigo y con él, o ella.
La verdad era que aún no sabíamos el sexo del bebé, pero eso lo veríamos más adelante hoy.
Jungkook estuvo siendo sobreprotector conmigo y era lo común, un alfa al tener a su pareja en estado de embarazo, cualquier cosa le parecía amenazante. Incluso llegó a gruñirle a Taehyung cuando me abrazó el otro día, le dije que no lo volviera a hacer porque me enojaría de verdad, me pidió disculpas diciendo que lo hizo sin pensar.
—Tienes un día atareado señor Jungkook, resulta que eres el alfa y tienes tareas pendientes pero huyes de ellas, vago.—me burlé y lo miré cuando sacó su rostro de mi cuello, mirándome con cara de pocos amigos.—¿Que?—le sonreí inocente.
Su cabello estaba muy largo, no se lo había tocado todo este tiempo y su flequillo llegaba hasta el comienzo de su boca, mayormente se lo ataba y no iba a mentir que se le veía demasiado sexy.
¡Lo odio por ser romántico, lindo, tierno, sexy y dominante al mismo tiempo!
—Tienes además turno con el peluquero, después una reunión, hablar con tu padre, ver a los alfas y que todo vaya bien con sus entrenamientos y etcétera, etcétera.—dije tocando su flequillo corriendolo para ponerlo detrás su oreja. De repente sonrió de la nada haciéndome reír.—¿Que?
