Capítulo 37

37 5 0
                                    

—No entiendo nada, Jimin ¿Qué diablos está pasando? — el tono de voz salió de su cavidad oral más agresivo de lo desaseado; vio cómo los ojos de su amado se llenaban de lágrimas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No entiendo nada, Jimin ¿Qué diablos está pasando? — el tono de voz salió de su cavidad oral más agresivo de lo desaseado; vio cómo los ojos de su amado se llenaban de lágrimas. — ¡Responde, Jimin! ¡¿Qué mierda es esto?! — Agitó el papel frente al chico con desesperación, buscando una respuesta. — ¡¿Por qué este puto papel tiene tu nombre y diagnostica un puto cáncer en los malditos pulmones?! — gritó, mientras que su visión se volvía borrosa a causa de las lágrimas. — Dime que esto es una puta broma, Jimin. Dime que... — Se vio interrumpido por la estruendosa tos que empezó a atacar el organismo del chico . — Jiminie... — murmuró preocupado mientras se acercaba al chico.

—Por favor, no veas — suplicó entre lágrimas y volvió a toser, sacando un coágulo de sangre.

—¡Jimin! —murmuró asustado el chico, mientras veía como su contrario se desmayaba. Enseguida fue a socorrerlo y, con las manos temblorosas, logró marcar al número de emergencia. Entre la preocupación y las lágrimas pudo decir la ubicación y el estado en el que se encontraba Jimin.

Las luces rojas y azules iluminaban la calle. Vecinos y reporteros rodeaban cada perímetro de la casa Park: al ser un actor tan reconocido, el tumulto de personas no se hizo esperar. Unos minutos después, el actor fue sacado de la casa en camilla y adentrado en la ambulancia junto al famoso director. Lo último que vio fueron flashes hasta que cerraron las puertas de la ambulancia.

—Estará bien..., ¿cierto?

—Está estable, señor. ¿Sabe usted si ha tomado alguna terapia? Como quimioterapia o radioterapia.

—No, no lo sé — respondió decaído, mientras miraba al chico recostado en la camilla. — Yo hasta ahora me enteré — el paramédico solo asintió y se concentró en el paciente.

Tan pronto llegaron, lo atendieron. Yoongi no se separó ni un minuto de su chico hasta que este abrió sus ojos; estaba un poco desubicado. Le hicieron un par de preguntas de rutina, como en qué fase del cáncer estaba, y le mandaron a realizar laboratorios y estudios, ya que este, desde que se había enterado del cáncer, decidió no volver al hospital y esperar lo inevitable.

—¿Por qué no me lo dijiste? — preguntó Yoongi aún dolido, tanto por la noticia como por el que su novio no le dijese que estaba enfermo. — Y aún más importante: ¿por qué no seguiste las indicaciones del médico? ¿Por qué no empezaste una terapia? ¿Por qué te fuiste a la casa a prácticamente morir?

—No me ataques con preguntas. No te lo dije porque estaba asustado y no quería que huyeras, no cuando te necesito. Y sé que es egoísta querer que te quedes hasta que muera.

—¿Por qué no tomaste las terapias?

—Igual voy a morir, ¿Para qué más sufrimiento del necesario? — su voz era baja y rasposa: las jaquecas eran un infierno para él, además de ser constantes.

—Jimin... — se empezó a quejar, pero fue interrumpido por el especialista que entró a la habitación.

—¿Cómo se siente, Jimin? — preguntó este mirando al joven en la camilla.

Eres mi hiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora