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—Me niego rotundamente. —Suzuna se cruza de brazos frente a Sasuke Uchiha. Naruto a su lado veía la situación, nervioso. De hecho, todos en ese salón lo estaban. —No estoy dispuesta a criar a nuestro hijo yo sola.

—No es bueno para Konoha ni para ti que yo esté aquí. El mundo sabe que solo queda un Uchiha, vendrán por mí y mi poder ocular mientras tú quedas oculta en la aldea, además, tengo mucho trabajo que hacer allá afuera... —insiste. Suzuna mueve su cabeza varias veces en negación. —¡Suzuna!

—Lo estás haciendo otra vez. —su voz se quiebra. Tal vez era por el embarazo, pero el sentimiento era cada vez más fuerte. —Tú, tu estúpido hermano, su estúpido amigo, ¡todos ustedes siempre se van!

Sasuke suspira sin saber qué decir, de alguna manera no quería abandonarla otra vez y mucho menos después de prometerle que no lo haría. Su mirada bajó a su vientre, claramente éste se veía crecido, tenía una familia y debía protegerla.

—Lo siento, Suzu.

—No. —niega ella entre lágrimas. —Estoy harta de ustedes. Si vas a dejarme, entonces bien. Pero si lo haces, te juro que no volverás a verme en tu vida. —amenaza.

—¡Suzuna! —grita Naruto, alterado. Sasuke también se preocupó.

—Es tu decisión, no estoy dispuesta a pasar esto otra vez. ¿Acaso crees que no duele? Yo no soy ningún juego, no voy a llorar todo mi embarazo por ti, puedo salir adelante sin un hombre delante mío. Entonces está en tus manos. ¿Te quedarás o nos perderás para siempre?

—No te perderé. —niega, ligeramente molesto. —Y no me quedaré. No tienes derecho a hacerlo, Suzuna. Ese hijo también es mío.

—Lo será si te quedas, pero si te vas... entonces olvídate de nosotros.

Sasuke sujetó la muñeca de Suzuna con fuerza, todos los presentes miraban atentos sin saber qué decir. La Senju en ningún momento bajó la mirada, ni siquiera tenía miedo de que usara su genjutsu, después de todo, ella también podía usar el Mangekyo.

—No te irás a ningún lado, y yo no me quedaré. —su ojo cambió al mangekyo Sharingan, el de la Senju también. De alguna manera tenían el mismo poder, el sharingan y el Rinnegan, a diferencia de que ella tenía el elemento madera de su lado. —Volveré a verte, lo prometo.

—No. —niega rotundamente. —Y como veo que has hecho tu elección, no hay nada más... No me quedaré aquí a esperarte, como lo hice toda mi maldita vida.

Sasuke no vio otra forma, dio un golpe en un punto esencial en su cuello. Suzuna cayó inconsciente sobre su pecho, con su único brazo la sostuvo. Miró a Kakashi.

—Debes detenerla. —le pide, entregándosela a Naruto. —Tú también, Naruto. No la dejes ir.

—No te preocupes, estará en nuestras manos... aunque no sé de qué tanto sea capaz. —murmura el rubio, preocupado. Sasuke asiente, desanimado.

—Espero que no de tanto.

Sasuke partió de la aldea esa misma tarde, yéndose de viaje por el mundo y también de la vida de Suzuna.

La chica Senju apenas llevaba dos semanas con su solitaria vida y no podía dejar de llorar por su abandono.

Porque si en verdad la hubiera amado, no la hubiera dejado.

Esa tarde, Suzuna salió de su casa para ir a comer ramen, no tenía ganas de preparar nada. Volvió a rodar los ojos, pues algún shinobi la estaba siguiendo una vez más como desde que partió Sasuke. Konoha tenía la mirada sobre ella, la Senju que esperaba un hijo del único sobreviviente del clan Uchiha. Realmente la aldea pasó de tratarla con amabilidad hasta no hablar con ella, todos los rumores estaban en su máximo esplendor, tratándose de ella.

𝙼é𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚄𝚌𝚑𝚒𝚑𝚊 . |𝑆𝑎𝑠𝑢𝑘𝑒 𝑈𝑐ℎ𝑖ℎ𝑎|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora