- Ana -
Fernando me tiene totalmente prensada a su cuerpo... me limpia las lágrimas con tanta suavidad, que no podría mentir si fingo que no siento nada... él tiene esa capacidad de desarmarme y robar los mejores suspiros de mi vida, me pone a vibrar con su aliento rozando mis labios en medio de esa mirada tan penetrante y fogosa... mis manos buscan sentirlo mío por automatismo rodeando su cuello antes de cerrar mis ojos totalmente sumergida en él, es tan perfecto sentirlo así... siento como ya rozan sus labios y yo solo quiero que me bese de inmediato.
De pronto una fría ventisca sopla con fuerza exaltando a Ana, lo que ocasiona que Fernando reaccione e intente hacerla entrar en calor. Él frota sus brazos con dedicación, sentir la suavidad de su piel es glorioso y más si ella le regala una dulce sonrisa de agradecimiento... él se reincorpora ofreciéndole su mano de inmediato.
La conexión de ambos es evidente, suavemente entrelazan sus manos sin dejar de mirarse con complicidad.
- Señor... perdón, perdón... Fernando es que me cuesta tutearte - ella se sonroja al sentirse como una tonta adolescente frente al chico que le roba el sueño: - ¿Ya viste el cielo? está hermoso... creo que no es común ver un cielo tan estrellado en esta ciudad - agrega hipnotizada en el juego de constelaciones.
Fernando sonríe: - Yo siento que están haciendo una competencia... por eso intentan lucirse - replica con seguridad.
Ana le devuelve la mirada confundida y curiosa.
- ¿De qué hablas?
- Es que ellas deben sentirse celosa de que una mujer como tú, esté haciéndoles competencia... la hermosa aquí ¡Solamente eres tú!
Ella siente que sus mejillas cosquillean: - ¡Ay ya no sigas! - apenas logra decirle esto cubriendo su rostro.
Fernando sonríe con picardía y sin que ella lo prevea la separa del suelo cargándola sobre su hombro.
- ¡Hora del baño nocturno!
Ella ríe a carcajadas y suplica como niña que la baje, él la ignora encaminándose hacia la alberca.
- ¡NO, NO, NO! EL AGUA DEBE ESTAR HELADA... - él comienza a mecerla con brusquedad intentando que caiga, realmente le divierte escucharla reír juguetona como toda una niña.
Fernando la deja a un lado y ella sale huyendo hacia la casa... él de maldad intenta alcanzarla.
- Sea serio Don Fernando... ¡No me tires! - él la alcanza apoderándose de su cintura.
- Señorita Leal un poco más de respeto - dice gruesamente abrazándola con fuerza mientras caminan hacia la mansión entre risas.
. . .
Fernando se frena en el umbral de la habitación de ella al abrirla, al ver como su hija mejor duerme plácidamente entre las sábanas de Ana... ella se mantiene sujeta a su mano, mientras él me murmura con cuidado.
- Por lo menos Luz ya te está calentando las sábanas... lo más seguro es que ella sí te pueda abrazar mientras duermen - suena desilusionado.
- ¿Que ella sí pueda abrazarme al dormir? y ¿Quién más podría hacerlo según tú?
- Yo... yo quería dormir contigo, Ana - le murmura en el oído, deseoso de sentirla suya.
Ella suelta su mano, y se adentra a la habitación... no necesita nada más, para sentir que su ritmo cardíaco se acelera y el calor corporal aumenta por todo su cuerpo.
- ¿Te gustaría dormir conmigo? - cuestiona volteando a verlo.
Él asiente lentamente recostado del umbral.
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Quédate Conmigo
Romance¿Te gusta: reír, amar, llorar y estresarte mientras lees? Si es así, entonces ¡Léeme! Historia fanfic #FerAna utilizando personajes de la telenovela mi Corazón es tuyo, pero con trama original. Gracias por tomar la decisión de leerla, estoy segur...