Quédate Conmigo

Cap 11: ¿Por qué la besaste?

Diego agarra a Ana por los brazos y la gira hacia él uniendo sus frente de inmediato, su estado anímico es etílico, no controla su fuerza intentando dominarla y logra desquiciarla.

- ¡Me estás lastimando! - forcejean. Él la abraza desesperado por bersarla.

- Mírame, solo yo puedo darte la felicidad que te mereces,

- ¡BASTA DIEGO!

Él hace caso omiso a sus peticiones, le planta un arrebatado beso obligándola a empujarlo con todas sus fuerzas. Lo abofetea resonante.

- Te lo pedí por las buenas - gruñe intentando alejarse: - No te atrevas a tocarme - él intenta tomarla.

Fernando masculle tomando a su hermano por los hombros, haciéndolo a un lado para interponerse entre él y Ana.

- ¿Con esto pretendes quererla? ¿A la mala? - gruñe eufórico.

- Vete al carajo, tú no te metas.

Fernando empuña una mano.

- Vete de mi casa - rebate: - Estás borracho.

Estás muy enojado, frustrado y avergonzado. Quisiera regresar el tiempo y no haberse sentido traicionado por Ana pensando que tenía una relación con su hermano... Un completo idiota al no confiar en ella.

Diego ignora a su hermano e intenta acercarse a Ana, ella lo observa con recelo.

- Perdóname por favor te lo ruego - Fernando lo retiene: - Yo te amo y me dejé llevar - intenta acariciar su rostro.

- ¡Largo, Diego! - exige celoso.

- Fernando, suéltalo - suspira: - No creo que sea necesario todo este teatro.

Diego se suelta del agarre de su hermano, odiandolo con la mirada... se acomoda la ropa con brusquedad y finaliza dándole una mirada arrepentida a Ana.

Fernando se asegura de que Diego se aleje lo suficiente de Ana, al girarse, ella ya está camino a casa... intenta obtener la oportunidad de demostrarle que le preocupa todo lo que suceda, pero ella lo evade, dejándolo con la palabra en el aire.

Isabella sonríe complacida desde la lejanía.

- ¿Te está doliendo, Ferni? la maldita nanaca te tiene estúpido.

. . .

Fernando abandona la fiesta, yéndose detrás de la persona que realmente le importa. Logra detenerla en las escaleras de su mansión.

- Ana, por favor, discúlpame.

- ¿Qué debo perdonar? - ironiza: - Tú puedes estar con quien te plazca... besarte con quien desees, yo no soy nadie para reprocharte nada.

- Lo hice por enojo, eso es lo que debes disculparme...

- ¡Papá! - Fanny los interrumpe agitada: - Me hicieron correr para alcanzarlos.

- ¿Pasa algo con tus hermanos? - Ana interviene tensa.

- Para nada, solo que a papá lo está buscando un reportero de la revista "Mundo Ejecutivo". Quiere entrevistarte.

- Ok - baja algunos escalones, para salir de su casa.

Ana sigue su camino hacia las habitaciones.

- ¿Ana, vamos? - Fanny sonríe entusiasta.

- No, no... creo que mejor me voy a cambiar y a descansar.