🔸 Berlicia-Borrar el rastro 🔸

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Era su último en Paris, Alicia estaba completamente agotada pero más que todo enojada, había tenido su primer fallo como policía, no logró atrapar a los ladrones de joyas, en este punto esa gente debía estar al otro lado del mundo disfrutando de todos esos millones o escondidos como unas ratas, en cualquiera de las situaciones ganaban ellos y eso hacía que le ardiera la sangre, estaba terminando su tostada de jamón y queso mirando su celular, quería volver a España a su rutina pero con un mal sabor de boca, se habían ido y no tenían nada más que unos retratos robot para identificar a los ladrones, era su primer fracaso importante. Su teléfono comenzó a vibrar era una videollamada Germán.

-No te veo en el aeropuerto pelirroja

-Quise comer una tostada antes de irme-miró su reloj-además faltan dos horas para que salga el vuelo-el hombre la veía apagada, habían hablado poco estos días pero sabía que estaba molesta por el caso de las joyas.

-Anda Ali, quita esa cara que seguro vuelven a robar.

-Lo sé, claro que volverán a robar, no haces un golpe como estos y te vas a las Maldivas como maestro pensionado...-Quedó unos segundos en silencio-Pero me enoja no tener si quiera un rostro..uno.

-Vamos ya pasó cariño, no puedes hacer más, intentar relajarte y nos vemos pronto, te amo pelirroja.

-Yo también-sonrió a la pantalla y colgó, suspiró, pidió la cuenta y cuando iba saliendo del café, chocó con una chica, a esta se le cayeron unas cuantas carpetas al suelo-joder, perdóname no te vi-ambas de agacharon para recoger los papeles.

-Fue mi culpa, no pasa nada.

-¿Argentina?

-Si-sonrió, estoy de trabajo ¿y vos?

-También trabajo, pero ya me regreso a España-terminaron de recoger los papeles y volvieron a subir, Alicia se exaltó un poco porque no se había dado cuenta que un hombre estaba tras la mujer completamente ido viéndola, este le hizo una media sonrisa, la mujer más joven se dio cuanta de que el hombre estaba allí y habló.

-Ay, él es Javier, Javier...-Se quedó callada, no sabía el nombre de la mujer.

-Alicia....Alicia Sierra-¿Por qué no podía despegar su mirada del aquel hombre? Quizás porque el tampoco podía, el hombre estiró su mano para saludarla y Alicia la tomó a la vez que el hombre habló.

-Un placer-En su mente pensaba si está manifestación femenina era real ¿Cómo podía existir una mujer así? Tenía sus uñas impecables, ese cabello perfectamente acomodado, ojos azules y unas pecas que quería contar una a una, pero vaya sorpresa se llevó al ver como se corría el saco un poco y logró ver su placa, por primera vez en mucho tiempo Andrés estaba sin palabras, no pudo ni siquiera decir uno de sus típicos cumplidos para halagarla y quedar como un macho enamoradizo, no con esa mujer, prefirió callar y admirarla los pocos minutos que podía.

-El placer es mío señorita-tenía una voz de muy fuerte, cosa que también le llamó la atención a la pelirroja aunque solo escuchó esa pequeña frase, en todo ese tiempo no soltaron sus manos, hasta que Alicia explotó esa pequeña burbuja y soltó su mano.

-Bueno debo irme, otra vez lo siento por el choque-les sonrío a ambos y paso por el lado del hombre, su olor se clavó en la nariz de este y sin vergüenza volteó a verla como se alejaba poco a poco y veía como le abrían la puerta de un auto y se marchaba, Andrés se había flechazo, vaya sorpresa.

Al llegar a casa luego de unas cuentas vueltas no hizo más que rebuscar en los documentos que tenía y tratar de encontrar el historial de esa mujer pero no lo encontró, claro tenían los historiales de toda la policía francesa, pero necesitaba uno de España tomó su teléfono e hizo una llamada.

One shots-Njw.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora