El juego de la vida

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Al día siguiente, Brainy, Alex, J'onn, Kara y Lena estaban reunidos en el Monte Mc.Ligh.

El sol apenas estaba saliendo y todos estaban alrededor de un ataúd que contenía la cámara y una foto de Linda. Lena ya había retirado la memoria SD.

Kara estaba recitando una oración al igual que solían hacerlo en Krypton, mientras todos iban dejando una rosa blanca.

— Nos reuniremos nuevamente en la luz de Rao. — Concluye Kara, sus creencias así lo decían, pero no sabía si era cierto o no. A veces le gusta pensar que hay un lugar más allá y que cuando su vida en esta Tierra acabe, podrá ver a la gente que ama del otro lado. Eso la reconforta un poco en los días malos.

Kara mira a su hermana y Alex cierra el ataúd.

Brainy se acercó a Lena en silencio y le extendió su anillo. Ella lo observó sin saber que hacer, pero él simplemente miró hacia el amanecer y de regreso a ella.

Lena entendió el mensaje, era para que pudiera acompañar a Kara. Se puso el anillo y su cuerpo empezó a flotar levemente.

Kara tenía el ataúd en un hombro y le extendió la mano a su esposa.

Ambas se elevaron en el aire, hasta llegar al espacio. Lena se habría maravillado con la vista si no fuera por las circunstancias.

— Skiloru khap wuh gem mishidh, ie.
(Te veré en la otra vida, hermana)

Murmura Kara, empujando el ataúd junto a Lena, en dirección al Sol, viendo como flotaba libremente hasta arder en las cercanías de la estrella.

Lena apretó la mano de Kara y ambas descendieron nuevamente.

— Gracias. — Lena le da un apretón en el hombro a su amigo mientras le devuelve el anillo.

Todos asienten y se van. Era un momento donde no importaba lo que dijeras, nada te traería de regreso a quien perdiste.

[...]

Kara tiene que presentar el artículo sobre lo que pasó a primera hora.
Ya todos saben que Lockwood está preso pero aún siguen siendo muchas las especulaciones sobre cómo sucedió todo.

No había tiempo de descansar.

Nadie les concedía eso.

Lena se sienta en su auto, apoyando su cabeza contra el volante, luego de dejar a Kara en la puerta de Catco.

Ella sabe la verdad y esa verdad no deja de correr por su mente, es como una pequeña llama que no puede ser apagada. Lo piensa y lo piensa…

Se endereza en su asiento, con una mirada decidida y enciende el motor.

El camino es corto o quizás aceleró demasiado, no podía decirlo con certeza.

Cuando las ruedas de su auto rechinan al frenar de golpe, todos en la calle se detienen a mirarla.

No le importa.

Caminó hasta la entrada y con un pequeño movimiento de su mano, todos los guardias se habían hecho a un lado.

Sube como si fuera su propio edificio, nadie se atreve a detenerla. Nadie es lo suficientemente valiente como para intentarlo, el aura que Lena emanaba era aterradora.

Ella abre la puerta y frente a ella estaba sentado Morgan Edge, tan cómodo como siempre.

Como si nada hubiera pasado, como si decenas de personas no hubieran sido arrestadas ayer y otras decenas no hubieran vivido un infierno hasta ayer, encerrados en jaulas.

Nuestra Vida |Supercorp|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora