Nuestra Vida |Supercorp|

El fin de algo pt.2

Unos minutos antes…

Lena sale del portal, moviéndose por las celdas de contención mientras escucha los golpes y gritos de distintos presos.

Por las cosas que le decían, parecía que la conocían, incluso podía ser que ella fuera la razón por la cual estaban encerrados.

Ella se detuvo al encontrar a quien buscaba.

Deslizó su mano sobre su muñeca y dejó escapar una pequeña descarga sobre el panel de seguridad de la puerta, abriéndola y cerrándola después de entrar.

— ¿Lena, qué estás haciendo ahí? — La voz de Alex sale de los parlantes. Había recibido la alarma de las celdas una vez que Lena irrumpió y también una extraña señal de Kara.

Lena ignoró la pregunta de la agente y le disparó con un rayo de energía al Hellgrammite, justo en el hombro, haciéndolo gritar.

Alex maldice mientras observa las imágenes de las cámaras y agradece que Maggie haya venido a llevarse a Ben media hora antes.

— ¿Qué haces, mujer loca? — El Hellgrammite gruñe por el dolor, cayendo al suelo mientras se agarra el hombro.

Su cuerpo empieza a variar entre su forma original y la de los distintos humanos a quienes les había copiado la apariencia, hasta detenerse en la de algún hombre cualquiera.

— No me respondiste aquella vez. — Lena aprieta la mandíbula, da un paso más cerca y pisa su pierna con fuerza, observando mientras él se queja.

— Agh. — El Hellgrammite intenta arrastrarse hacia atrás para apoyarse contra la pared al no poder sostener su peso. Lena lo deja hacerlo.
En este momento él desearía poder correr a dónde sea mientras esté lejos de ella. — ¿¡De qué estás hablando!?

Lena le dispara en el muslo cuando él no responde su pregunta.

Un golpe se escucha desde afuera.

La CEO mira por encima del hombro.

— Lena… — Kara estaba en su traje de Supergirl, mirando fijamente a su esposa. — Sal de ahí.

— Solo quiero que me responda. — Afirma Lena, agachándose frente al alienígena para poner su guante contra su pecho.

— No sé si tienes corazón o donde se encuentre, pero no necesito saberlo para tener la certeza de que si te vuelo todo el pecho ya no verás la maldita luz de esta celda mañana. — Le dice Lena en voz amenazante. — Ahora dime ¿Había más de ustedes, sí o no?

Kara había estado tratando de convencer a su esposa para que saliera pero se congela al escuchar la pregunta. Su mirada se desvía al Hellgrammite por reflejo.

El extraterrestre empieza a sudar con nerviosismo en su forma humana pero luego de repensarlo, simplemente suelta una carcajada. — Vas a matarme de todas formas.

— Quizás, pero podría hacerlo lenta y dolorosamente o rápido como cortar una rebanada de pastel… Todo depende de tu respuesta. — Lena usa su mano libre para sacar el cuchillo que lleva atado a la pantorrilla y se lo clava en el brazo con un movimiento fluido. — Ahora habla.

— Tsk. — El Hellgrammite se queja y se retuerce. Intenta mover su otra mano para quitarse el arma pero ante el movimiento repentino, Lena gira el cuchillo en su brazo haciéndolo gritar. — Es-Espera, Agh, por favor.

Lena deja de torcer el cuchillo y le da la oportunidad de que hable.

— S-Sí. — Él responde con respiraciones superficiales y de forma entrecortada. — No estaban aquí, pero… si no me reportaba en 180 días, dijeron que vendría alguien más.