Forbidden Love

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Quizás, era lo que deparaba la suerte. Quizás, era una simple coincidencia. Perder todo lo que eres, todo lo que serás, por algo más importante que tu propia existencia. Condenados a que, cada vez que sus labios se encuentren, cada vez que sus corazones latan como uno, volver a caer en la oscuridad, en las brumas, y en el olvido...

Vidas ajenas. distritos separados. Situaciones paralelas. Quizás, para el resto, no existía más que una rivalidad. Un odio mutuo en el que se reconcomen los pensamientos, los sentimientos. Quizás si sus palabras no hubieran sido acertadas no habrían podido acabar como acabaron. Las decisiones se tomaron, los caminos se eligieron. Uno junto al otro. Rojo y blanco. Bondad y maldad. Vida y muerte. Quizás es algo extraño. Quizás es algo inusual. No más que un sueño, amenazados por la muerte inminente. Pero aún así, los sentimientos florecen, la cordura pasa a ser parte del pasado. Y todos, menos aquella persona que se mantiene junto a ti, son enemigos. Trampas, y confesiones, muerte y destrucción. La compasión no tiene cabida aquí, en los Juegos. Aquí todo desaparecerá, con un solo chasquido, con la punta de una lanza, y con el filo de un puñal. Observarán el cielo, azul, brillante. Y se someterán al sueño profundo de su maldición....

Desconocidos. El frío y duro suelo de metal los acompaña en los escasos recuerdos empañados por la niebla. Verán los rasgos, sentirán la añoranza, pero no podrán recordar. De nuevo caminos cruzados. Atrapados en otro juego infernal, obligados a morir para sobrevivir. Simples caricias, gesto inocentes de preocupación, que camuflan un deseo, unas ansias de matar, o simplemente un sentimiento de desconfianza. Pero poco a poco, todo se confunde, todo cambia. Una sonrisa, un gesto de protección, y aquello que los movía, aquello que los motivaba, desaparece dando paso de nuevo a sentimientos encontrados, a recuerdos perdidos. Blanco y rojo. Maldad y bondad. Muerte y vida. Es el ciclo vital al que se someten, es su naturaleza, tan voluble, tan cambiante. Y de nuevo, fuego, destrucción, y el roce de los dedos cuando están a punto de sucumbir ante los sentimientos que tan profundamente guardan en sus corazones, sin lograr su objetivo, perdiéndose de nuevo...

Plumas blancas. Alas negras. Y en medio de todo, el rojo y el blanco, corazón con corazón, y una maldición que les obliga a morir, antes de poder siquiera volver a amarse...

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