Abrió los ojos, sobresaltada. El móvil sonaba con fuerza, indicando una llamada entrante. Puso los ojos en blanco, alargó la mano y descolgó el aparato.
-¿Sí?- al otro lado de la línea le avisaron de un nuevo trabajo- Estaré allí en nada…- colgó si despedirse y se levantó. La habitación le seguía pareciendo tan fría como llevaba pareciéndole cinco años, desde aquél día que la llamaron en mitad de su sueño para informarle de la muerte de su hermano en acto de servicio.
Había obviado el hecho de que tenía que ir a trabajar y llegó al hospital solo para ver a su hermano. Se encontró a Bryan, que lloraba desconsoladamente sobre el hombro de uno de sus compañeros mientras otro hablaba con el jefe del grupo.
-Disculpe…soy…- no pudo terminar la frase, porque se fijo en la sangre que cubría el regazo de Bryan.
-La hermana de Arthur…se nota que sois familia- murmuró el capitán, acercándose a ella. Conocía al que estaba con él, Albert Everett, y el que acompañaba a Bryan se llamaba Rusty Byrne- Y-Yo…lamento lo que ha pasado, en serio- le puso una mano en el hombro y le explicó los sucesos dentro del banco…
Tras eso abandonó el hospital. No podía volver a entrar en un lugar así, tener la vida de alguien en sus manos. Había perdido a sus padres, y su hermano, lo único que le quedaba, también había desaparecido. Dado su expediente, decidió ejercer otro trabajo donde la vida no fuera un aliciente básico.
Se dio una ducha rápida, se vistió y arregló un poco, y salió del apartamento que no había podido abandonar. En cierto modo su vida no tenía lógica. Dejaba de lado su sueño para olvidar, pero al mismo tiempo no podía salir de aquél piso que había compartido con Arthur. Cogió el coche de la oficina y se dirigió al lugar de encuentro…
-Doctora Cykes, me alegra verla- alzó la vista del móvil a la voz que había hablado. Se trataba de Peter Boyle, uno de sus compañeros.
-Con que me llames por mi nombre me vale- contestó ella acercándose- ¿Dónde está?- él le señaló con el pulgar a su espalda. Un hombre alto miraba a otro tumbado contra un contenedor. El que estaba de pie tenía el pelo entre rubio y castaño, despeinado al más no poder- Inspector Callaghan- el aludido se giró hacia ella. Bryan había perdido aquél brillo que le caracterizaba antaño. Sus ojos azules, antes vivos, ahora se mostraban apagados- ¿Qué tenemos?- se acercó a él. La relación entre ambos se había enfriado hasta el punto de solo hablar en el trabajo y llamándose con sus apellidos en vez de los nombres.
-Doctora Cykes- con él no quería ser informal, no con lo que había pasado. Él la observó fijamente. Bryan se había dado al alcohol tras la muerte de Arthur. Llego a un punto en el que Monique, su mujer, le pidió el divorcio porque todas las noches llegaba a casa borracho y rompía alguna que otra cosa- Un varón caucásico de aproximadamente 45 años. Ha recibido puñaladas, aunque no podemos determinar si son ante-morten o post-morten- aclaró- No lleva documentación ni nada en la cartera, por lo que podemos decir que se trata de un robo, aunque por esto no podemos identificarle- evitó mirarla a los ojos, sabiendo que solo encontraría reproche, resentimiento. Desde la muerte de su hermano, Morgan había cambiado drásticamente de comportamiento, y parecía echarle la culpa de lo ocurrido. Se agachó junto al cuerpo, se puso los guantes y levantó la camiseta.
-Ocho puñaladas- clavó un termómetro y esperó- Su temperatura indica que ha muerto hace unas ocho o nueve horas ¿Quién le ha encontrado?- se dirigió a Peter, que se sobresaltó al ver que hablaba.
-Oh, una prostituta que pasaba por este callejón- señaló a la chica, una joven de pelo corto y ropas provocativas que hablaba con un agente- Llamó a emergencias en cuanto lo encontró- añadió.
-No puedo determinar exactamente la causa de la muerte…-
-La víctima ha recibido ocho puñaladas ¿Qué causa hay que determinar?- inquirió otra voz. Morgan alzó una ceja ante la llegada de Cooper, su segundo en el laboratorio.
-Pueden ser para ocultar la verdadera causa- argumentó Bryan. Morgan se limitó a asentir.
-Encargaos del cadáver, en seguida iré a realizar la autopsia- se levantó y se dirigió hacia su compañero- Encárgate de preparar el cuerpo para tenerlo listo- Cooper puso los ojos en blanco, pero asintió ante la petición de la chica y dio las órdenes necesarias para el traslado del cuerpo. En cuanto se hubieron ido, se giró a los otros dos- Bien, ¿habéis encontrado alguna prueba que se pueda utilizar para la investigación?- preguntó.
-Nada por el momento. El arma del crimen no ha aparecido por ningún lugar- explicó Peter, mirando la libreta de notas que siempre llevaba encima. Bryan asintió, dándole la razón.
-Bien. Entonces os veré en el laboratorio con los resultados de la autopsia…-
-Doctora Cykes- se giró y miró a los ojos del amigo de su hermano.
-¿Sí, inspector Callaghan?- Peter pudo percibir una ligera tensión entre ambos, aunque no quiso decir nada. Le caía bien Bryan, aunque a veces fuera bastante gruñón y arisco, y confiaba en él. Por otro lado, Morgan, le gustaba. Era la primera vez que se interesaba tanto por una mujer. Cada vez que la veía sentía la necesidad de protegerla por lo baja que era aún con los 30 años que había vivido. Le gustaba su pelo, las pecas de las mejillas, sus ojos marrones, profundos y hundidos, que demostraban un dolor que deseaba disipar.
-…nada, olvídelo- se dio la vuelta para seguir observando el cuerpo.
-Morgan… ¿ocurre algo?- le colocó una mano en el hombro. Miraba fijamente la espalda de Bryan, con nostalgia. A pesar de todo añoraba reír con él, jugar al fútbol, vivir como una niña y no preocuparse por nada.
-Nada importante Peter- se despidió y puso rumbo al laboratorio…
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Caja de relatos
CasualeDado la gran cantidad de personajes que poseo, he decidido tomar prestada la idea de GaniFel (lo siento >__<) y crear una obra donde poder subir relatos de mis personajes Aquí podréis encontrar desde locuras mias, hasta información privilegiad...