[Frank&Mavis] [+18]

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Nota de la autora: ¡Atención! Este relato contiene una escena erótica. Si no te gusta este tipo de cosas, no lo leas. Gracias por tu atención <3

Acompañé a Frank a su casa. Realmente este hombre se pasaba con la bebida, debia hablar seriamente con él de este tema, porque no podía emborracharse de esta manera.
Cruzamos la puerta del apartamento que compartía con Duke, su tortuga mascota, y le ayudé a tumbarse en el sofá.

-¿Dónde está el café?- inquirí, abriendo las múltiples portezuelas de la cocina.

-En el segundo armario de la derecha- balbuceo, con un gruñido. Lo abrí y allí encontré el bote de café. Me dispuse a prepararle uno para que despejara la cabeza, y yo poder irme tranquila a mi apartamento- Mavis...- murmuró con voz ronca.

-¿Sí?-

-¿Te podrías quedar a dormir?- inquirió, con un gruñido. Me paralicé...¿quedarme a dormir? ¿En su casa?

-¿Por qué preguntas eso?- quise saber.

-Porque q-quiero tener a alguien esta noche conmigo- susurró- Odio estar solo ¿sabes? En esos momentos, cuando no bebo y estoy en ese intervalo entre estar ebrio y estar sobrio, me doy cuenta de la basura que soy ¿sabes?- se tapo la cara con ambas manos- Perdí a gente que me importaba, y en vez de levantar la cabeza me di a la bebida...Soy escoria- gruño.

Mi corazón latió con fuerza y fruncí el ceño antes de acercarme a él.

-Francis Knight. No eres escoria- empecé, quitando las manos de su cara, y me quede mirando sus ojos azules- Eres un buen hombre, Frank. No importa que te hundieras. No se que te ocurrió, pero estabas en tu derecho a hacer lo que quisieras- continué- Eres legal, y puedes tener mal genio, pero eso no importa. Eres un gran policía, y te admiro por ello. No puedes hundirte en la miseria así como así cuando no tienes la culpa de nada- apoyé mi frente sobre la suya- Me quedaré contigo, pero quiero que esto se te meta en la cabeza...No eres basura, Frank- concluí, sonriendo, mientras acariciaba su mejilla.
Vi como sus ojos se humedecían, gracias a mis palabras. Yo solo me limité a abrazarle, queriendo transmitirle así mi apoyo. Y quizás eso fue la mecha. Al separarme, él me acarició la mejilla también, un gesto de agradecimiento ante mis palabras.

Nuestros ojos conectaron. Ambos azules, aunque con una gran diferencia en lo que trasmitían. No se que verían los suyos en mi. Pero yo percibía un dolor que nunca me hubiera imaginado en ellos. Supe que había sufrido mucho por su pasado, pero no quería ahondar en la herida y hacer que la cicatriz sangrara más. En ese instante recordé lo que me había llevado a Pacific Bay, y supe que necesitaba hacer. Que necesitábamos los dos. Para olvidar, al menos esa noche. Para sanar nuestras heridas mutuamente y dejar atrás el pasado, al menos durante unas horas.

Le besé. Pose mis labios sobre los suyos y le besé, rodeando sus hombros con mis brazos, mientras me sentaba a horcajadas sobre su regazo.

-M-Mavis...- su voz se notaba ronca, claramente exitado- ¿E-Estás segura de esto?- inquirió.

-Lo necesitamos...y-yo...- suspiré- Hemos sufrido mucho, Frank. Y nos merecemos disfrutar de un momento asi- le abracé, sintiendo como sus brazos rodeaban mi cintura.

-No me culpes si mañana no puedes moverte- comentó, de manera desdeñosa. Sonreí ante sus palabras- Llevo tiempo queriendo hacer esto, de verdad- volvió a unir sus labios con los míos y se levantó del sofá, cogiéndome para que no cayera.
Nos dirigimos a la habitación entre besos y alguna caricia ocasional.

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