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Varro&Cressida

Notas de la autora: este es un relato basado en mi OC de la serie de Spartacus. Cressida, que es su nombre, esta enamorada de Varro, y me he tomado la libertad de eliminar a la esposa de este para que puedan estar juntos. Contiene una escena erótica, asi que si no te gusta este tipo de cosas, no lo leas :3

-¿Varro?- Cressida se asomo a la celda cuando se hubo asegurado de que Doctore no estuviese por ahí para detenerla. Entro en la sala con cuidado y cerró para que nadie la molestase.

-¿Cressida?- su voz fue un susurro ronco. Levanto la mirada hacia la castaña y curvo los labios hacia arriba, con esfuerzo por las heridas que cubrían su rostro.

-Mierda...te ha dejado hecho polvo- con agilidad, se movió por la celda, pasando bajo uno de los brazos encadenados del rubio y se coloco entre ambos.

-¿Ashur? Es un mierda. Le hubiera matado si no me hubiesen detenido- soltó, frustrado.

-¿Que te ha dicho que te ha cabreado tanto?- pregunto, empapando un trozo de tela con el pellejo de agua que había traído. Le acaricio el ojo, que empezaba a hincharse y a ponerse morado y suspiro.

-¿De dónde has sacado el agua?- Varro ignoro la pregunta de su amiga.

-Es mi ración diaria, no te preocupes por eso- le acaricio el labio superior, que estaba partido- Repito ¿Que te ha dicho Ashur que te ha cabreado tanto?- Cressida estaba preocupada. Varro no solía ser violento, se llevaba bien con la gente, y controlaba su genio.

-Me ha dado una carta de Aurelia. Pero no puede ser verdad. Ese gilipollas la ha debido de falsificar, ella nunca me haría eso- bajo la mirada en cuanto nombro a su esposa. La castaña sintió una punzada en el pecho. Envidiaba a Aurelia, porque era ella la que poseía el corazón y los pensamientos del rubio.

- ¿Que decía la carta?-pregunto en un susurro.

-Que me abandonaba. Que no quería volver a verme. Que se iba a ir con otro hombre...- murmuro. Cressida pudo notar el dolor en su voz.

- ¿Por eso has golpeado a Ashur? No negare que disfruto viendo como recibe lo que se merece, pero aun asi no había motivo estable- su voz, aunque no lo aparentaba, estaba cargada de veneno hacia aquella mujer sobre la que al parecer giraba todo.

-Aurelia nunca haría algo asi. La conozco, es una mujer noble y fiel-

-¿Cuando dejaras de ser tan ciego Varro?- interrumpió Cressida, limpiando los restos de sangre de su ceja- Resígnate ¿Que gana Ashur mintiéndote? Si sigues dándole la vara con localizar a Aurelia gana dinero ¿Por qué te iba a hacer creer que te ha abandonado? Cejarías en tu búsqueda. Por muy cabrón que sea, el sirio es sincero- las palabras de la chica hicieron que reinara tensión en el ambiente.

-Tú no la conoces-

-¡Maldita sea Varro!- se separo, golpeándose contra la pared- ¿Acaso esta tu mujer aquí, contigo? ¿Lavándote las heridas? ¿Escuchando tus quejas? ¡No! Maldita sea, soy yo ¡YO!- tiro el trapo al suelo. Ahora que había empezado no podía parar- ¿Acaso no te das cuenta? ¿No te fijas en mis miradas, mis palabras, mis gestos? Por la polla de los dioses Varro, ¡estoy enamorada de ti!- declaro. En la celda reino el silencio. A pesar de la luz, Cressida pudo vislumbrar que un leve rubor comenzaba a cubrir las mejillas del rubio.

- ¿E-Enamorada?- no parecía creer sus palabras. Cressida asintió, exasperada ¿No le había quedado claro?

-Si incluso Ashur se ha dado cuenta Varro- susurro ella, desviando la mirada. No podía seguir observando sus ojos azules. No mientras su corazón latiera con fuerza cada vez que los miraba. El rubio trago saliva, inseguro. La carta que le había entregado el sirio parecía autentica, pero aun asi se negaba a creer que Aurelia, su esposa, le hubiese abandonado por todo lo que estaba pasando- Déjalo...no tendría que haber hablado- sintió la humedad fría del paño sobre su ojo ardiente.