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Abismo

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Abismo

Después de pasar toda la noche con Carlo, aprovecho que está dormido y salgo de la cama. Tomo mi ropa del suelo y me visto con rapidez. Solo me coloco mi vestido, ya que por la noche se puso algo violento y rompió mis bragas y sujetador. Tomo mi cartera y salgo de la habitación.

Quiero salir de esta casa lo más rápido posible.

Estoy por tomar el pomo de la puerta, pero una mano me lo impide.

—No puede salir. –dice el hombre de seguridad.

—Tengo que irme a casa.

—El señor dio la orden de que no la dejemos salir de aquí.

—Pero

—Lo siento, son ordenes, yo solo cumplo lo que se me ordena. Le recomiendo que vaya a desayunar.

—Tengo que irme.

—Señorita, no puede salir. Por más que abra esta puerta, la seguridad de la puerta principal también tiene estrictas órdenes del señor.

Carajos.

—Es que no entiendes. –digo exasperada.

Tengo que salir de aquí, mi hermano regresara hoy día de viaje. Y aunque casi nunca demuestro afecto hacia él, lo quiero y lo necesito ahora mismo. Quiero recibir un abrazo de su parte como cuando éramos niños y me decía que todo estará bien.

—LA QUE NO ENTIENDE ERES TU. – la voz de Carlo se hace presente

—Pero...

— ¿Qué pasó, gatita? ¿Te ibas sin despedirte de mí?

—Yo...

—Me importa una mierda, lo que quieras. –dice acercándose a mi

—Tengo que irme.

— ¿PARA QUÉ? ¿PARA VER AL ESTUPIDO DOCTOR?-cuestiona elevando la voz.

Se refiere a Luke no tengo idea de cómo se llegó a enterar sobre él, lo más probable es que me haya mandado a investigar.

—No. –susurro

—No me quieras ver la cara de imbécil.

—Estoy harta, déjame en paz. No quiero estar contigo. ENTIENDELO.

—Anoche no decías lo mismo.

— ¡Porque me amenazaste con una pistola! –exclamo

—Cierto, pero fue necesario. –dice como si nada.

—Por favor, me tengo que ir. No veré a nadie, solo.... solo quiero ir a casa.

—Más te vale. –dice antes de besarme fuertemente, finalmente ordena que me dejen salir.

Uno de sus hombres me indica que lo siga, el será quien me lleve a casa. Durante el trayecto no menciono ni una sola palabra.

Llego a casa, bajo rápidamente de la camioneta ingreso al edificio, subo las escaleras y por fin me siento a salvo frente a mi puerta.

LA BESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora