Se suponía que después de ser tan mala persona en la vida, llegaría el momento de pagar por mis malas actitudes, pero no sabía que el KARMA, iba ser tan hija de put* conmigo, que de salir de la vida común ahora este en el infierno junto a LA BESTIA...
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Quedo maravillada con estas vistas, las playas en Miami, son preciosas. Venimos hace años con Carlo, pero en un viaje de parejas sin Holly, ahora ella está con nosotros. Nuestra pequeña ya tiene siete años y es la adoración de su padre y la mía también por supuesto.
Nuestra pequeña niña. Salgo de mis pensamientos cuando escucho las voces de mi esposo y de mi hija.
—Sí, papá. Mira este diente de aquí se está moviendo.
—No lo toques mucho, saldrá cuando tenga que salir, Holly. — dice él.
—Mami. –chilla
—Hola cariño ¿Cómo les fue?
—Bien, papá me compro muchos dulces. –dice feliz
—Carlo
—No fueron muchos, cariño.
—Eso espero y tu no comas tantos dulces que te quedaras sin dientes, Holly.
—De acuerdo mami. –dice para luego camianr a su habitación.
Carlo me abraza, por detrás y ambos nos quedamos mirando las grandes vistas que nos regala Miami.
— ¿Te gusta?
—Está perfecto. Me encanta y sus playas son estupendas.
—Sí, no estaba seguro si elegir Miami o Hawai.
—Está perfecto Miami.
— ¿Ya te dije hoy día que te amo con locura?
—Uhmm, no todavía no.
—Pues que error el mío, debí de habértelo dicho una y mil veces hoy. Te amo cariño, eres la mujer de mi vida.
—Te amo. –respondo y lo beso.
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Regresamos a Italia después de casi dos meses estar en Estados Unidos. Lamentablemente las vacaciones no pueden ser eternas, menos ahora que Holly debe de volver al colegio. Ella al igual que Mafer su prima van al mismo colegio. Se llevan tan bien.
Por la tarde nos encargamos de organizar los detalles para su fiesta de ocho años que se celebra en agosto.
Ella está muy emocionada, con los arreglos y la decoración. Carlo no escatima en gastos cuando de ella o de mí se trata. Muy aparte del dinero me gusta su forma de ser como padre, le da todo a nuestra hija, pero no solo lo material sino también lo afectivo. Le demuestra a cada instante que la adora, la llena de besos y abrazos. La apoya en lo que decida, si quiere estar en clase de baile, Carlo la inscribe o de canto. Hace lo mismo. Con tal de ver a su princesa feliz.
Las palabras de la organizadora, me toman por sorpresa, se supone que conseguiría tener a todas las princesas juntas para el cumpleaños de Holly sin embargo ahora dice que no.
