21. Decisiones

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—Andrómeda, ¿por qué te encanta meterte en problemas? —Gideon Black le dio un bocado a su desayuno y la miró con una ceja alzada.

—Yo no le pedí que me confesara su amor, o lo que sea que haya sido eso —respondió ella, negando con la cabeza, mientras le daba un sorbo a su café.

—Y supongo que tampoco le pediste a tu cuerpo querer besarlo con todo tu ser —intuyó él con una sonrisa.

—Pero no lo hice —puntualizó Andrómeda—, además, jamás le diría eso.

—Claro —Gideon rio un poco, divertido por la situación—, ¿qué es lo quieres que te diga? —preguntó, poniéndose serio— ¿Estás buscando que te dé permiso?

—Obviamente no —Andrómeda suspiró, supuso que en realidad solo quería hablarlo con alguien—, tal vez un consejo.

—Deberíamos ir a un lugar más privado —el morocho se limpió la boca con una servilleta y se levantó. Andrómeda lo miró un momento y terminó por seguirlo.

Gideon sabía que la sala común estaría atiborrada, por lo que buscó un aula vacía. Cuando Andy entró, él cerró la puerta y se cruzó de brazos, el muchacho intentaba parecer serio.

—¿De verdad quieres que te dé un consejo? —ella asintió con la cabeza, no sabía si iba a seguirlo o no, pero al menos quería escucharlo. Gideon suspiró pesadamente, intentando ordenar sus ideas— Durante muchos años estuve enamorado de Juliet en silencio, tú lo sabes, y besarla fue la mejor decisión de mi vida.

—¿Me estás diciendo que debería besar a Timothy?

—Te estoy diciendo lo que me pasó a mí —aclaró él, levantando un dedo, le dio un golecito en la nariz a su amiga y sonrió—, y ahora estoy muy feliz.

—Ajá, pero Juliet ya no estaba con Raphael —apuntó Andrómeda—, y él era imbécil, Lysander no es un imbécil.

—Depende de a quién le preguntes.

—¡Oye! —Andrómeda le dio un golpe en el brazo, y Gideon se sobó el lugar del impacto mientras reía— ¿Eso es todo?

—Mi consejo es que hables con Lysander —concluyó él—, y después vengas a contarme qué ocurrió.

—Sí, claro —respondió ella con sarcasmo—. Es la peor idea que has tenido en años.

—Tú me preguntaste —él se encogió de hombros y le dio un beso en la frente—, todo saldrá como tenga que salir, no te preocupes.

Andrómeda rodó los ojos y le sonrió un poco, supuso que, de alguna forma, Gideon tenía razón. Había tres personas involucradas en esa situación, y Lysander era una de ellas, no sería una mala idea informarlo de todo.


*****

Al salir de su clase de Transformaciones compartida con los Ravenclaw, Andrómeda tomó a Lysander del brazo y caminó con él por el pasillo, no sabía por dónde comenzar o cómo decirle lo que había pasado con Timothy. Por su parte, Chang recurrió a la única persona de la que estaba seguro podía darle más información.

—Eh, Black —llamó él, Gideon se giró y lo miró con curiosidad—. ¿Podemos hablar?

—Oh no —exclamó el morocho—, no soy un banco de consejos, Chang.

—Entonces sí te lo dijo —supuso Timothy—; Andrómeda te dijo lo que pasó.

—De acuerdo con ella, no pasó nada —aclaró Gideon, cruzándose de brazos en posición defensiva.

Andrómeda Lupin y la tercera generaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora