Supongo que el viaje se podría catalogar como "increíble"
Después de aquél momento con Mimi, donde me dejó claro que estábamos sintiendo lo mismo, todo fluyó mil veces mejor.
Las chicas por su parte también ayudaron, dejando de lado las miradas cómplices y simplemente obviando las interacciones que teníamos, por lo que toda esa tensión desapareció.
Hoy era el día en el que volvíamos a Madrid, después de una semana de fiesta, locura y diversión ibicenca.
Me encontraba en mi habitación terminando de recoger mis cosas y haciendo la maleta, cuando Saydi apareció de la nada, como solía acostumbrar.
-¿Qué tal lo has pasado?- preguntó con su dulce sonrisa mientras se sentaba a mi lado en la cama
-Muy bien- sonreí sincera –Sois muy guays... no podré agradeceros como merecéis que me hayáis acogido así- confesé
-¡Ay, Laura!- lo siguiente que sentí fue su abrazo rodeando mi cuello y arropándome con dulzura –Estamos encantadas de que te hayas unido al grupo- comentó al separarnos del abrazo –Haces muy feliz a Mimi- Sonrió mientas tomaba una de mis manos entre las suyas –Hacia tiempo que no la veía así con alguien... y me alegro muchísimo de que seas tú, porque creo que os hacéis el mismo bien-
Las palabras de Saydi se me clavaron en el pecho, y es que sentía que tenía razón.
Mimi llegó a mi vida de sorpresa cuando no estaba en mi mejor momento... y ahora todo parecía ir tan bien...
Estar con ella me hacía desconectar del mundo, todo lo malo a mí alrededor desaparecía... éramos solo ella y yo en nuestra pequeña burbuja
-Laura, ¿Estás bien?- Volví a la realidad al escuchar su voz
-Perdona, me había quedado en babia- respondí confusa, y es que mi mente había decidido evadirse y recordar todos los momentos increíbles que habíamos vivido durante el viaje -¿Qué decíais?- pregunté tratando de ubicarme en la conversación a la que no había prestado la más mínima atención
-Que qué asiento tienes. Por si queréis cambiar asientos, o vamos como nos ha tocado- Claudia sonrió al resumirme lo que estaban hablando
-Pues ni me he fijado- suspiré mientras buscaba en mi bolso la tarjeta de embarque que me habían dado hacía menos de una hora -7B- respondí leyendo lo que ponía en el pedazo de papel entre mis manos.
-Pues creo que está perfecto, nos quedamos así, ¿no?- sonrió Mónica
-¿Eh?- mi confusión era debida a no haber prestado la más mínima atención a lo que habían hablado antes, mientras me había ido mentalmente.
-Mimi tiene el 7A, Mónica el 7E, Claudia el 7D y yo el 7F- aclaró Saydi, y al ver mi cara de confusión total, se adelantó a aclarar –Que vamos todas en la misma fila pero nosotras tres en el lado derecho y vosotras dos en el izquierdo- explicó señalándonos a Mimi y a mí
-Ah, vale genial- respondí sin comprender muy bien de que iba todo aquello.
-Lo dice porque vamos tu y yo juntas y solas- susurró Mimi cuando las chicas iniciaron otra conversación paralela –Ha sido casualidad, pero si no lo hubiera sido se hubieran cambiado para dejarnos juntas igual, por eso preguntaban qué asientos teníamos cada una- Sonrió –Son unas cabronas pero buena gente-
No pasó mucho más tiempo hasta que embarcamos en el avión. Nos colocamos tal y como venía dispuesto en las tarjetas de embarque, quedando el asiento a mi lado, el más cercano al pasillo, vacío.
