Erick acompañó a Joel desde el momento en el que se cambió con un traje, hasta el segundo exacto en el que un Richard resacoso y con gafas de sol lo esperó en la entrada principal para llevarlo a su reunión.
El omega le dedicó una sonrisa cálida y se abrazó en la puerta principal, justo cuando el coche se puso en marcha y arrancó a lo desconocido.
De eso ya había pasado un día. Sin embargo, Erick todavía sentía sobre su pecho esa sensación angustiante del día anterior, que lo llevó a despedirse de los empleados y correr por los pasillos hasta la habitación que jamás había pisado antes. Él ni siquiera se anunció al pasar. Pensó lo peor al desnudar la habitación vacía y no encontrar a Joel por los alrededores. El alma casi se escapa de su cuerpo al verlo ahí, apoyado en ese borde de piedra mientras la lluvia se convertía en sus propias lágrimas.
Él no pudo hacer otra cosa que no fuera encargarse de Joel; recordarle de alguna manera que ellos estaban juntos en cualquier cosa desde el momento en el que se enlazaron, hasta posiblemente la eternidad.
A la mañana siguiente, Erick reanudó lo que estaba haciendo antes de desaparecer en busca de Joel.
Los empleados le estaban enseñando a hacer algunos platos especiales. La gran mayoría los había elegido Niall, asegurando que eran sus preferidos del mundo y que Erick tenía que aprender a hacerlo como fuera. Fue por eso por lo que el rubio también estaba aprendiendo con él.
Louis, por el contrario, los miraba apartado y se burlaba de ellos o de la situación en sí.
En ese momento estaban aprendiendo a hacer pan casero. Para sorpresa de Erick era mucho más complicado que mezclar harina con sal.
—Bien— comentó Maggie—, ¿Cómo llevas esa mezcla, Niall?
—Perfecta, ya casi.
—¿Y tú, Erick? ¿Cómo lo llevas?
A Erick le había tocado amasar la mezcla que Niall había hecho con levadura, azúcar y agua. Como eran muchos en la casa, tenían que hacer mucha cantidad de comida para todos, así que Maggie les estaba enseñando poco a poco mientras los demás se encargaban de hacer la comida normal.
—Muy bien— aseguró él.
—Recuerda que no pueden haber grumos.
El murmullo del omega fue lo único que se escuchó por su parte.
Louis no tardó en caminar campante a su lado, con las manos en los bolsillos y varios parpadeos extra que le daban un toque inocente. Fue el omega de fanales añil el que puso un poco más de harina a la mezcla, facilitando su tarea.
Erick lo miró con una sonrisa, sin detener sus movimientos. Louis, al verlo, se apoyó en la isla e imitó como él esa sonrisa propia.
—Pensaba que no ayudabas…
Louis encogió los hombros.
—La cocina me da risa.
—¿Y eso?
—Culinario se parece a culo. No puedo dejar de pensar en eso.
—Oh, Louis— murmuró él, negando con desaprobación.
El ojiazul soltó una carcajada, asegurando sin palabras que le estaba tomando el pelo. Erick ya lo conocía lo suficiente para saber cuándo ese peculiar ser solamente quería jugar a ser descarado y cuándo no.
Erick siguió trabajando en su masa de pan, incluso cuando Louis se inclinó hacia delante tratando de buscar su atención. Sostenía su barbilla con la mano izquierda, con los labios fruncidos. El cabello le planeaba hasta la frente, como si fuera una pluma lacia y suave de color chocolate.

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Play || Joerick
FanfictionLa escondida ínsula de Flood Island jamás fue un lugar que destacara por sus ostentosos logros. Sus habitantes bien sabían que las riquezas estaban alejadas del alcance popular, de la naturaleza que los llevaba a sobrevivir entre maltrechos callejon...