Erick no podía explicar qué es lo que había pasado desde esa noche. O tal vez sí…
Los tours y las actividades con Nisha ya no estaban tan presentes en sus días. Les quedaban pocos momentos en Baros y no habían hablado sobre cancelar ninguna actividad, pero lo habían hecho. Habían cancelado todo. Todo, en serio. El submarinismo con mantarraya por segunda vez y la excursión planeada para visitar el centro destinado al océano y sus animales.
Y no era porque ellos hubieran peleado o algo por el estilo. Más bien era al contrario.
Joel y Erick no comentaron nada después de aquella noche. Joel tenía sus motivos y Erick dejó claro cuáles eran los suyos. Ninguno gustaba del otro, pero el alfa de Joel estaba comenzando a depender de su omega, y eso era algo que Erick había notado irremediablemente.
Dormían en la misma cama, olían al otro a cada instante y estaban compartiendo la ropa también. Era imposible que ninguno de los dos no sintiera ese apego por el otro. A Erick también le gustaba tenerlo cerca, claro, le daba seguridad y le gustaba la compañía de Joel. ¿Pero de ahí a sentir algo? Él simplemente no podía. No podía porque no encontraba la manera de que dejara de importarle lo imposible que aquello era.
Y, sí; tal vez lo mejor hubiera sido formar caminos separados y cortar de raíz lo que Joel no podía evitar— porque, venga, ¿iba Erick a enfadarse por eso? ¿en serio podría ir y reprochar los sentimientos del alfa hacia él como si alguno de los dos pudiera controlarlo? pues claro que no—, pero no lo hicieron. No se alejaron.
Ellos dos ahora estaban más unidos que nunca. Se habían vuelto la actividad del otro, así como sus cuerpos el único tour que estaban descubriendo.
Ya no hacían la cama. Uno cambiaba las sábanas mientras el otro se duchaba. Ahora tocaban sin vergüenza y con permiso mudo. Ahora Joel y Erick se miraban a los ojos y sabían reconocer qué posición necesitaban; sabían dónde y cómo.
Joel había dejado marcas de besos en sus muslos, así como Erick había mirado la espalda tersa del alfa y se había sorprendido recordando por alguna extraña razón los pequeños lunares que tenía cerca de los hombros. Él los acarició por primera vez cuando Joel dormía, porque todavía le daba un poco de apuro que lo encontrara tan concentrado en él.
Erick despertó en mitad de la noche, completamente solo.
Ellos no se habían prometido dormir juntitos y entrelazarse la mano en mitad de sueños. Sin embargo, Joel siempre estaba cerca. Y Erick estaba completamente seguro de que lo había sentido despertarse.
Porque eso era otro dato importante, claro…
El lazo de Joel y Erick ahora parecía la raíz de un árbol centenario. Con la unión de ambos y la compañía que se habían dado en este tiempo, parecían haberse acostumbrado a la presencia del otro. Ahora sentían cualquier cosa; incluso eso, tan nimio como saber cuándo estaban despiertos y cuándo no.
Erick miró a su alrededor y se levantó de la cama. La puerta del baño estaba abierta y la cristalera dejaba pasar vestigios y hálitos de ángeles a su paso.
El omega se puso una camiseta y salió al exterior, descubriendo en el mar al final de la pasarela la figura de Joel. El alfa ya lo miraba, efectivamente esperando por él. Así que Erick caminó hacia ahí.
La madera crujió bajo su peso en el silencio de la noche. No se escuchaba absolutamente nada, ni siquiera el viento o los secretos que compartían entre sí las estrellas. Parecían ellos dos solos, mirándose y dando pasos lentos para acercarse al otro.
Cuando llegó al borde de la pasarela, Erick se quitó la camiseta y la dejó caer, antes de arrodillarse y aceptar los brazos que Joel ya estaba extendiendo para ayudarle a bajar junto a él.

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Play || Joerick
FanfictionLa escondida ínsula de Flood Island jamás fue un lugar que destacara por sus ostentosos logros. Sus habitantes bien sabían que las riquezas estaban alejadas del alcance popular, de la naturaleza que los llevaba a sobrevivir entre maltrechos callejon...