Capitulo 38

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Gillian
Todo pasó demasiado rápido.

Cuando llegamos a la enorme mansión decidimos separarnos. Daniel subió las escaleras. Vi a Max y Cassandra entrar a una habitación a la izquierda. Oscar se quedó revisando el mismo pasillo. Así que decidí ir hacía la derecha para cubrir más terreno. Antes de que pudiera abrir la puerta escuché a Cassandra.

-Chicos, tengan cuidado parece que alguien estuvo aquí.- miré al lugar del que venía su voz. Ella estaba asomada desde la misma habitación donde la había visto entrar.

-El suelo se ve más limpio por aquí como si alguien hubiera abierto la puerta hace poco y varias veces.

-Daniel me va a matar si llega a estar alguien aquí.- Dijo Oscar mientras revisaba unos libros que tenía cerca. Incluso yo estaba un poco nervioso por el enojo de Daniel.

-Esperemos que no pase pero tengan cuidado.- dijo Cassandra suavemente como si intentara calmarlo. Luego entró de nuevo a la habitación que estaba investigando. Yo seguí con mi revisión pero esta vez estaba más alerta. Abrí una habitación que estaba demasiado sucia y llena de polvo. En su tiempo era un comedor porque lo que había era una gran mesa rodeada de sillas elegantes. Todas bañadas en polvo y telarañas. No parecía haber sido usada durante años. Miré más a mi alrededor pero solo se veían adornos y pinturas horribles.

Al salir de la habitación vi a Daniel en lo alto de la escalera.

-Necesito ayuda aquí. Creo que encontré algo.- dijo para nadie en específico.

-Te ayudo.- le dijo Oscar mientras subía la escaleras tras él.

Continué mirando una mesa decorativa bastante ostentosa. De repente escuché el rechinar de la puerta al abrirse. Miré hacia la puerta preparado para un ataque. Tal vez debí recordar que era una bruja y que mis ataques físicos no servían de mucho. De un solo movimiento de su mano me lanzó hacía la pared. Sentí un dolor de cabeza terrible y la sangre arrastrarse por mi cara.

-Chicos ¿qué pasó?- escuché a Max gritar pero el dolor no me permitía responder.

Lo siguiente que pasó fue un revoltijo de imágenes en mi cabeza. Max corriendo hacia la bruja. Cassandra lanzando hechizos para protegerlo. Luego ambos atacaron a la bruja juntos. Mientras esto ocurría comencé a sentir como el dolor de cabeza se reducía. Aún seguía siendo doloroso pero ya casi no sentía brotar la sangre.

Cassandra y Max se acercaron a mi. Cassie intentó curarme la herida pero mientras ella me hablaba yo solo podía mirar sus ojos casi dorados resplandecer. Tomé su mano para alejarla de mi herida y le sonreí para quitar la preocupación de sus ojos. Cuando vi una pequeña sonrisa en sus labios me sentí más alterado que nunca. Si no fuera un vampiro, mi corazón hubiera latido. No pude pensar en eso porque de inmediato Max me ayudó a levantarme del suelo.

-¿Qué pasó,Gill?- No tuve tiempo de responderle a Max porque escuché un grito de Cassandra.

-¡Oscar! Detrás de ti.- La herida de mi cabeza seguía pulsando cuando volteé a ver que pasaba. En lo alto de la escalera había un hombre que le había lanzado un hechizo a Oscar. Cassandra corrió y se puso entre Oscar y el hechizo. Vi una esfera mágica azul pero no se mantuvo por mucho tiempo antes de que el hechizo los impactara. El brujo desapareció tras una nube naranja. Corrí hacía ellos en cuanto pude reaccionar. Cassandra se tambaleo y casi cae al suelo pero Oscar la detuvo.

-¡Cassie!- Ni siquiera yo mismo noté que había gritado. Cassandra estaba inconsciente. Me sentí aplastado de repente. Por suerte Daniel seguía manteniendo la cabeza.

-Oscar, quédate con Cassandra y salgamos de aquí. Los demás vamos detrás de ellos. Si el brujo ataca de nuevo defendámonos como se pueda.

Oscar cargó a Cassandra y empezó a correr hacia la puerta. Fuimos detrás de él y notamos que la bruja ya no estaba en el suelo. No hicimos más que poner un pie en el suelo y nos vimos atacados por una lluvia de hechizos verde y naranja. Intentamos correr tanto como pudimos pero Daniel rápidamente perdió el equilibrio por un hechizo. Se levantó rápidamente pero su brazo se veía muy lastimado. Yo había esquivado un par de hechizos pero sentí uno golpearme mientras mis manos se ataban por si solas en una especie de cuerda de magia. No sé cómo pero logramos utilizar nuestra velocidad de vampiros para salir de allí. Por suerte nadie nos siguió al parecer solo buscaban sacarnos de allí.

Cassandra (Libro 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora