Cassandra Garza es una bruja. Una bruja que desea vengar la muerte de su familia. Tras años intentándolo aún no logra nada pero jamás se rinde. Mientras investiga acerca de lo sucedido,un trato con un vampiro de ojos verdes la puede ayudar en su ven...
Arriba Cassandra y Cami (aunque Cassandra viste muy distinto) tal vez algún día explique como se viste
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Un mes después...
Sin respuesta,hace un mes que le mandé la carta y aún no la contesta. Siempre tarda un poco en contestar pero nunca un mes. Tengo miedo de que algo le haya pasado. Tal vez nos arriesgamos demasiado al seguir hablando. Mientras estaba en mi sofá no dejaba de pensar en todo lo que le pudo haber pasado.
-¡Cassandra!- La voz de Adriana interrumpió mis pensamientos.
-¿Que pasa?- le dije un poco desorientada. Mi cabeza estaba sobre su regazo,así que solo tuve que abrir los ojos para ver su cara. Ella parecía divertida e ignorante de todo lo que pasaba en mi cabeza.
Ella todavía cree que K desapareció sin dar explicaciones. En cierto modo es verdad, solo me explicó a mí lo que pasaba porque sabía que yo le daría mi ayuda. Tuve que mentirle a Adri porque la verdad era demasiado peligrosa.
-Tenemos que ir con Cami.
-Cierto- murmuré en voz baja.- Voy a cambiarme la camisa. Esta está demasiado arrugada.
Subí hasta mi cuarto y tomé una camisa azul oscuro. Fui hacia la sala de nuevo donde estaba Adri,como siempre, practicando patadas en el aire.
-Si rompes algo lo pagas- dije desde el último escalón.
-¿En serio me lo está diciendo la chica que rompió un cuadro carísimo mientras practicaba?- respondió con una sonrisa.
-¡Tenía 14 años! - reclamé. Desde ese día mejoré bastante en mis movimientos de pelea.
-De acuerdo. Lo que tu digas- dijo riéndose. Ahí se me ocurrió una idea.
-¿Quieres ir a entrenar conmigo mañana? Así te demuestro que he mejorado bastante. - tenía un tono retado en mi voz y Adriana Alvarez nunca se ha resistido a un reto.
-De acuerdo.- Lo dicho. Ella nunca se negaba a un reto.
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Habíamos quedado de vernos con Cami en una cafetería. Como siempre, Cami llegaba 15 minutos tarde. Si Daniel estuviera aquí estaría al borde de un ataque. En este mes ya hemos resistido varias peleas por culpa de eso. Cami llegó corriendo hacia nuestra mesa prácticamente estaba sin aire
-Perdón. Mi auto se puso en mi contra y no quería arrancar.- se excusó.
-Ese carro tiene 50 años, no me sorprende.- dijo Adri - ¿No crees que es mejor cambiarlo?
-El día en que ese auto deje de funcionar, entonces lo cambiaré y eso no pasará nunca. Ese auto es como una parte de mí.
-Es oficial: Estas loca.
-Eso ya lo sabíamos, Adri.- tercié.
Las tres reímos. El resto de la tarde la pasamos tomando café y yendo de compras. Cami y Adri siempre lograban sacarme más de una risa. Adri no paraba de bailar en medio del pasillo. La pobre Camila se golpeaba con todo dentro de los probadores.
Una vez nos despedimos regresé a mi casa. Lo primero que hice fue mirar en mi mesa de noche. De nuevo no había carta. A este punto estaba dispuesta a hacer cosas que no debería. Ahí me lo prometí, si dentro de 2 semanas no recibía una carta; iría en busca de K. Se que me mataría si se entera de que me arriesgue así pero no puedo estar sin saber nada. No mientras su vida este en riesgo.
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Nota de autora: Aquí tenemos un momento de amistad entre las chicas de esta historia. Tenemos algunos datos que van a ser útiles para el futuro.
Y K no aparece...
Pasarán cosas muy interesantes en el próximo capítulo. Pista: Tienen que ver con Cassandra y su familia biológica.
