Cassandra Garza es una bruja. Una bruja que desea vengar la muerte de su familia. Tras años intentándolo aún no logra nada pero jamás se rinde. Mientras investiga acerca de lo sucedido,un trato con un vampiro de ojos verdes la puede ayudar en su ven...
Primero que nada ¡Ya tenemos una foto de Oscar! Me costó mucho encontrar a un actor que me diera la impresión de ser Oscar y hace unos días finalmente lo encontré. (Aún así ustedes pueden imaginarse a cualquier personaje como deseen. Las fotos son solo mi idea de como son)
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Habían pasado unos días desde que hice el trato con Gillian. Hablé con mi padre durante muchas horas ese día. Él me contó que no quería decirme nada de lo que estaba pasando en Rumania porque no quería asustarme. Que los mayores problemas estaban en Bucarest y ellos en Transilvania estaban a salvo. Le pedí que no se involucrara con la rebelión demasiado aunque conociéndolo ya lo hizo sin decirme nada. Mi padre odiaba toda clase de discriminación entre los seres sobrenaturales. Estaba segura de que en algún momento haría algo si es que ya no lo había hecho. Le conté sobre lo que Gillian me dijo del brazalete de Lucio y lo que pensaba hacer él con este. No podía darle el brazalete a Gillian sin avisarle antes a mi padre. Porque si algo tenía claro era que se lo iba a dar en algún momento pero necesitaba un poco de ayuda antes. Aunque a la larga el detener a las brujas era algo que nos ayudaba ambos.
Durante todos estos días, Gillian no paró de preguntarme como ando le podía decir a los chicos de el trato. Juro que cuando quería se comportaba como un niño pequeño. Aunque estaba intentando tratarlo lo mejor posible ya que me sentía un poco mal por mi reacción inicial a lo qué pasó en la mansión. Lo llamé traidor y mentiroso y a pesar de que después le di un voto de confianza, las palabras se quedan clavadas siempre. Hoy finalmente le iba a responder que le podía decir a los chicos todo.
Las clases de hoy estuvieron más interesantes de lo normal. Tal vez es porque no tenía nada nuevo rondando en mi cabeza. Mis preocupaciones eran las mismas que había tenido toda mi vida y las tenía tan arraigadas a mí que ya no me molestaban. Así que las clases del día me parecieron muy entretenidas. Incluso nos dieron unos nuevos ejercicios de matemáticas en los cuales empecé a trabajar sola hasta que Daniel se sentó junto a mí. Luego de un rato tuvimos una pequeña discusión por el resultado.
-Estoy seguro de que el resultado es 1.- me decía firmemente.
-Es 0 te lo estoy diciendo.- me reí cuando puso los ojos en blanco.
-Ok, pidamos una opinión objetiva.-Le tocó el hombro a Luis, que estaba sentado frente a nosotros y parecía confundido.- Hola, ¿nos puedes ayudar con esto? ¿Qué resultado te dio? Porque a mí me da 1 y a ella 0.
Solo se quedó mirándonos y volteo hacia su papel.
-En realidad no tengo ni idea.- volteó de nuevo a borrar unas cosas de su papel.
-Eso no fue de mucha ayuda.- ambos nos reímos sin razón alguna.
Finalmente resolvimos el problema gracias a que la maestra le dijo a Daniel que se olvidó de un signo y nos dejó salir del salón en cuanto firmó nuestros ejercicios.
