Capítulo 35

11 1 5
                                    

La historia de como se conocieron K y Cassandra está aquí. Junto a un par de cosas interesantes.

Salí de la cocina y luego de la casa sin decir ni una palabra más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Salí de la cocina y luego de la casa sin decir ni una palabra más. Me quedé parada en la entrada. Respiré un poco y decidí calmarme, ya me había derrumbado muchas veces en las últimas semanas. Era hora de poner los pies en la tierra y seguir adelante. Llorar no me iba a servir de nada por muchas ganas que tuviese de hacerlo. Iba a volver a entrar cuando me topé con Gillian que abría la puerta.

-¿Qué pasó? Saliste muy rápido después de que leíste esa nota.- Parecía sinceramente preocupado. En el fondo me dió un poco de ternura.

-Nada bueno. Esas malditas brujas llegaron muy lejos.- Mis palabras estaban llenas con la misma furia que yo llevaba dentro.

-¿Quién es Katia?- Se me hacía extraño que alguien llamara así a K. Hace mucho tiempo que no decía su nombre completo.

-Una amiga muy cercana.- no dije nada más.

-Cassandra, sé que no me vas a contar. Tampoco voy a esperar que lo hagas pero guardarte las cosas no es bueno.- se sentó en la pequeñas escaleras de la entrada.- Ven aquí. Sé que no me vas a contar nada pero ¿me dejas contarte algo acerca de mí?

Asentí con la cabeza y me senté junto al él. La calle estaba iluminada tan solo por la luna y un par de luces que había en la entrada de la casa.

-Una vez me pasó algo muy grave. Prácticamente me quedé solo con un asunto muy grande y no quería decírselo a nadie. No quería que Max o mi familia supieran que todo lo que planeé se arruinó.

Me quedé mirándolo durante los segundos que se quedó en silencio.

-Y me quedé solo durante meses. Le hice creer a mi mamá que todo estaba bien, pero no era así. Tal vez si mi mejor amiga, Leo, hubiera estado allí habría notado que algo estaba mal pero ellos no lo hicieron.

-¿Y que pasó?- le interrumpí.

-Me estaba ahogando. Necesitaba ayuda y no la quería pedir. Sentía como si me ahogara en tantas emociones. Un día no pude más y se lo conté a Max. Luego de eso todo fue más fácil. Él me ayudó y luego mi familia también. Ya no estaba solo.

Cuando terminó de contar su historia, embozó una sonrisa sincera. Luego continuó hablando.

-Si sigues guardando tantos secretos vas a acabar ahogándote en ellos. Al menos habla con Cami,Adri o alguien.

-Lo pensaré pero no me gusta mucho la idea.

-Piénsalo.- Inesperadamente me abrazó. Mi primer instinto fue empujarlo pero no tuve el valor para hacerlo.- No puedes contra el mundo sola.

Susurró eso suavemente en mi oreja. Mi corazón empezó a latir rápidamente y una sensación cálida se quedó en mi pecho.

-Gracias, Gillian.- Nos soltamos del abrazo.

Cassandra (Libro 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora