Desperté súbitamente y me senté en la cama, el movimiento hizo que todo me diera vueltas. Me ardía la garganta, me dolía la cabeza y mi cuerpo, era como si hubiera pasado una aplanadora por encima mío. Reconocí la habitación como una de las de Gina. Estaba sin camisa y con un pijama grande, fruncí las cejas al ver que esa ropa no era de Gina, de nuevo el recuerdo de ese miserable y que ella aun conservara su ropa me molestaba.
¿De quién más podría ser, sino de Aidan? Intenté recordar cómo había llegado a casa de Gina. Lo último que viene a mi mente son los tres hermanos Doyle insistiendo en que bebiera.
Flashback
Colgué la llamada con una sonrisa estúpida en mis labios que no se borraba. Metí la llave y encendí el auto...nada. Mire el tanque y estaba lleno, pero mi auto estaba muerto. Miré la hora con preocupación, le había dicho a Gina que en media hora estaba allí.
— ¿Qué sucede? — la voz de Gael me hizo girar al costado de la vía y sonreí.
Él era mi salvación, el conducía su vehículo.
— No sé, se apagó ¿Me podrías acercar a casa de Gina? — pregunté y asintió sonriente.
— ¿Una noche de pasión? Sube no hay problema llevo esa misma vía. — salí del auto con las rosas y la botella de vino feliz.
— Gracias, Gina no me perdonará si llego tarde. — Gael no dijo nada de momento, solo siguió conduciendo con una media sonrisa.
— ¿Se llevan bien? Jamás pensé que ustedes dos... Es decir, tú me dijiste que no eran nada. — lo recordé.
Fue justo después del evento, me llamó ese otro día y me preguntó que si había problemas en que él saliera con Gina. Le dije que no, que lo único que le pediría era que si era solo un pasatiempo que no se acercara. Le conté que solo tenía a su madre y que esta estaba muy enferma, así que desde los 18 estaba sola.
— En aquel entonces era así, las cosas cambiaron — dije.
Aún me costaba hablar del Giorgiana, tenía la esperanza en que con él tiempo ya no doliera tanto. Gael me miró de reojo y volvió su mirada a la vía, mientras yo veía con sorpresa que esa no era la ruta. No quería parecer virginal y preguntarle ¿A dónde me llevas? Conocía el humor negro del escocés, pero, eso era exactamente lo que yo quería saber.
— Esta no es la vía — dije luego de unos segundos y cuando encontré un comentario menos burlesco para él.
Solo que él no parecía escuchar, seguía manejando cada vez más rápido y sin dejar de reír. En ese punto era obvio que no me llevaba a casa de Gina como también, que nunca tuvo intención de llevarme.
— Detén el auto Gael. — ordene. — ¿Es tu manera de competir por ella?
—...
El solo sonreía feliz, mientras que mi enojo aumentaba cada vez más. Lo vi disminuir la velocidad y busqué mi móvil a toda prisa. Tenía que decirle a Gina que llegaría tarde y que este imbécil había escogido un pésimo día para sus oscuros juegos.
— Te presentaré a mis hermanos, no te preocupes yo llamo a Gina y le digo que iras tarde. — estaba por responder, cuando vi al frente.
Había detenido el auto en un bar, cuyas luces de neón azules y rojas alumbraba un nombre "Starbar” reconocí el nombre como uno de los bares que se dicen están embrujado en Edimburgo. Las paredes eran negras y dos hombres altos vestidos también de negro estaban en la puerta.
— Éste no está maldito, — dijo — tampoco tiene un cráneo humano... Aunque me vienen ideas de una. — el de Edimburgo tenía un cráneo humano que según la leyenda no podía ser sacado del local. Aquel que lo había sacado, había muerto o accidentando no recordaba bien.
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Érase Una Vez En Londres (Hijos Del Mal #2)
RomanceHijos del mal Libro 2 El hombre nace, crece, se reproduce y muere. En todos estos estados Gina ha sonreído, para ella todo es más fácil si sonríes. Cuando en una lectura de manos una gitana le dice, que su príncipe azul vendrá de la mano de su mejo...