Horas antes...
Había pasado mucho tiempo, no lo sabía con exactitud. Pero estaba segura que ya era de noche, una mujer de cabello naranja era la que entraba y miraba si estaba bien. Francesa, por lo que pudo notar en su acento.
Estaba tirada en el suelo, me había cansado de gritar y mi garganta me dolía. En un costado de la habitación, había una cama pequeña, con un colchón de algodón. El olor era nauseabundo, me provoco náuseas y ya había vomitado en un rincón, por lo que no era agradable en esos momentos.
La puerta se abrió y ella entró de nuevo, con una bandeja que dejó a mis pies y caminó hacia la cama y se sentó allí. No la miraba directamente, estaba sentaba y con mis brazos abrazaba mis rodillas.
— Soy Dafne— la escuché decir en francés — ¿Estas embarazada? — insistió.
— ¿Importa? — respondí sin levantar la mirada.
— Akram, ordenó que debemos hacerte abortar. — solté el aire y seguí sin decir nada. — en la comida... Pero debes alimentarte.
— No deberías estar hablando conmigo o ¿Sí? — se podría meter en problemas, eso o lo hacía a propósito — te harán daño.
— Tengo una semana, soy nueva y nadie habla francés, escuché que tú sí.
— ¿Cómo llegaste aquí? — alcé la mirada y la detalle aún más.
Era de tez blanca, ojos color miel, llevaba una minifalda negro corta que solo tapaba su trasero. Un top rojo, tenía pechos grandes y ojos almendrados. Una mirada vacía, ojos y mejillas humedecidos por el llanto.
— Conocí a un amigo en redes sociales, charlaba con él desde hace cuatro años. Me decía que era de aquí, que tenía dinero, mandaba fotos de yates y de él en fiestas... Me invitó. — la historia se cuenta sola, pensé.
— ¿Akram? — pregunté y negó.
— Un primo suyo, él es quien busca a las chicas. — tenía ambas manos en los costados de su falda y jalaba de ellas con fuerza.
— ¿Te han hecho algo? ¿Alguien te está buscando allá fuera? — soltó la mano de su falda y limpio sus ojos que empezaron a llorar.
— Mamá murió hace unos meses, papá me golpeaba, por todo y por nada. — se levantó y se colocó en la esquina de la cama cerca de mí. — Wail me dijo que acá podría trabajar como mesera en el restaurante de su primo. Estaré en las subastadas, dentro de una semana.
— ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
— Quince horas, Paimon llegó preguntando por ti y da mucho dinero a quien le diga donde estas. Akram dice que el que hable se muere.
— ¿Quién es Paimon? — preguntó curiosa y por qué la buscaba.
— El empleado de tu papá — confundida la miré sin saber a qué se refería — Lucíano, creo que le dicen.
— Es el padre de mi esposo Antonio — dije con orgullo, aunque no debía. — Dafne ¿Quieres irte y trabajar conmigo?
— No puedo salir de aquí. —dijo en tono melancólico.
— El no puedo no existe Dafne... ¿Qué edad tienes?
— Veinte, los cumplo en dos días. — dijo y se levantó, me quité uno de mis pendientes y de lo estiré.
— ¿De dónde eres? ¿Paimon ya se fue?
— Niza y se fue, pero volvió está en estos momentos con el señor Akram — asentí y la miré tomar el pendiente.
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Érase Una Vez En Londres (Hijos Del Mal #2)
RomantizmHijos del mal Libro 2 El hombre nace, crece, se reproduce y muere. En todos estos estados Gina ha sonreído, para ella todo es más fácil si sonríes. Cuando en una lectura de manos una gitana le dice, que su príncipe azul vendrá de la mano de su mejo...