Esa noche llegamos a casa y tras aclarar las cosas, decidimos no salir y preparar algo nosotros. La vi mirar el móvil, y soltarlo nerviosa. No quería pasar por un novio celoso u acosador, pero en adelante sus nervios aumentaron.
— ¿Me dirás que sucede o seguirás mirando con odio a esos huevos? — dije al verle mirar la gallina en cerámica que tenía en su espalda una canasta llena de huevos.
Giró la vista hacia mí, que le estiraba la mano para que me pasara huevos, pues era lo que ella quería comer. Pesé a decirle que era muy tarde, y que le podría caer mal. Tomó dos y me lo pasó en silencio, mientras agarraba de nuevo el móvil. Dio media vuelta y se apoyó en el mesón de la cocina pasaba los dedos por la pantalla de su móvil. Seguí con mi tarea en silencio, dándole oportunidad que se decidiera hablar. No quería presionarla, quizás no era algo importante.
— Aidan me está enviando mensajes desde esta tarde. — dijo y yo seguí en silencio, preparándole su cena. — se enteró de mi compromiso, inicialmente me preguntó si era verdad y lo bloquee.
— Fue lo mejor princesa, yo también hice lo mismo con Giorgiana y su familia — apagué la hornilla y me fui por el pan tostado y la mermelada.
— Pero me envía mensajes desde otros números. — dijo desesperada, busqué los panes y los metí en las dos ranuras.
No lo creía peligroso, el tipo siempre se vio enamorado de Gina. Solo estaba dolido en su orgullo, en la mente de algunos hombres una mujer nunca logra superarlo. Más, cuando él fue el primero en casi todo para ella, y en ella no era normal que tuviera miedo.
— No te tocará un solo cabello, de eso puedes estar segura. — la calmé — cuando sepa que serás mamá, dejará de molestar. — negó una y otra vez.
El ruido de la máquina anunciando que las tostadas estaban listas me hizo girar de nuevo. Fue ella la que organizó la mesa, mientras yo la comida. Si seguía comiendo de esa manera terminaría rebotando, amaba mi humanidad lo suficiente para no decírselo.
— Se lo dije, amenazó con matarte... Dijo que tenía como hacerte daño, que me arrepentirá de escogerte a ti — ella se preocupaba por mí y no por ella.
Le ayudé a sentarse y luego lo hice yo al lado de ella, le serví su cena y tomé solo el extracto de jugo de manzanas. Reía Internamente pues yo estaba comiendo lo que ella debería. Decía que no le gustaba la frutas, las últimas semanas fue así y me pregunté si era producto del embarazo.
— Solo quiere que tengas miedo, cuando sepa que lo logró. Pedirá verte, si es que ya no lo hizo. — dije.
Tomó el móvil lo desbloqueó y me lo pasó, iniciaba saludando t preguntando cómo estaba. "Mi corazón" leí con una ceja alzada y la vi a ella, solo que estaba ajena a mí y prácticamente devoraba el plato sin prestarme atención.
¿Era normal que llorara y luego se calmara tan rápido?
El primer número y los siguientes los bloqueó, fue el cuarto que decidió contestar. Diciéndole que el compromiso era conmigo y no con Gael y que éste último era uno de sus hermanos. Desde ese punto, el tono de los mensajes se hizo más agresivos. Era como si le temiera a Gael, pero no a mí.
Le decía, entre otra cosa que lo lamentaría, y siempre supo que yo estaba enamorado de Gina, lo dejó a él por estar casado y no destruir un hogar e igual destruyó una relación. El miserable sabía dónde atacar, con el móvil en mano, pensaba en que podría hacer. Si la amenaza de Gael con acercarse a su hija, no le bastaba, dudaba que algo más lo haría.
— Privatizar el móvil y cambiar línea sería una buena idea. Pero antes hay que ponerle frenos a ese hombre. — respondí minutos después.
— En eso pensé.
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Érase Una Vez En Londres (Hijos Del Mal #2)
RomanceHijos del mal Libro 2 El hombre nace, crece, se reproduce y muere. En todos estos estados Gina ha sonreído, para ella todo es más fácil si sonríes. Cuando en una lectura de manos una gitana le dice, que su príncipe azul vendrá de la mano de su mejo...