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 Narra Hinata

En estos momentos estoy en la sala de nuestra casa en Inglaterra, mi padre me dijo que me quería ver acá. Que me tenía que comunicar algo importante, muchas pregunta pasa por mi cabeza: —¿Será que se dio cuenta que me comí su chocolate? o ¿hice algo malo?—. Un ruido hizo qué mis pensamientos se esfumarán, era él.  A lo que dice: 

— Hija, hay algo que debo decirte. —Sé le notaba tenso. A lo que yo le respondí con un tonó de voz suave. 

— ¿Si, papá? ¿dime? —Exclame confundida. Me dio una leve mirada para luego responder. 


— Seré directo, te irás a Japón ahora mismo. El director de tu antigua escuela me llamó hoy, que tendrías un intercambio de último minuto, ya que tus notas son muy buenas y mereces una último curso mejorado, con mejores estadías. —Dijo para luego suspirar. 

Me sentía feliz, pensé que estaba soñando; al parecer Dios escucho mis plegarías, yo solo demostré mi felicidad internamente. Sabía que si lo demostraba físicamente, iba a decirme que no lo extrañaría.  

— Oh, me alegra papá. Te voy a extrañar mucho.  —Hice un pequeño puchero. 

— Hija, sé que quieres demostrar felicidad. —Dijo y me sonrío. 

Mis ojos brillaron y salté, a lo que dije: 

— ¡Voy a ir a Japón! ¡Mi sueño se cumplirá! —Lo abracé y le di muchos besos en la cara.- Muchas gracias, papá. Eres el mejor 

— Deberías hacer la maleta, solo faltan horas. —Dijo. 

Ya era de noche, me fui corriendo a mi habitación a ordenar mi ropa. Iba a ir a la casa de mi abuela, estaba completamente segura (en la ciudad de Okayama). Luego de unas dos horas haciendo las maletas, ya eran las 10 de la noche; casi 11 de noche, y el vuelo era a las 12 am. Igualmente dormiré en el camino.  

 Me cambié y baje de mi habitación. 

— Papá, ya estoy lista. —Dije bajando las escaleras encontrándome con su mirada. 

— Mi hija. —Se acerca a mi nostálgico. Y comienza a acariciar una de mis mejillas. 

— Papá, solo será poco tiempo. —Sonríe y lo abrace. 

— Lo sé, además igualmente tengo que ir a Japón. —Dijo—.  Hay que irnos, si no perderás el avión. 

— ¿Tienes el permiso? —Pregunté. 

— Si, hija. —Me lo entregó, y lo tomé con cuidado—. El huelo es de XX horas, es un viaje bastante largo. Llegarás a Japón el Domingo por la noche, recuerda enviarme mensajes cuándo estés allá. 

—Yo solo asentí y salimos de la casa al aeropuerto. 

Ya habíamos llegado al aeropuerto, habían muchas y su destino también era Japón. Más adultos, que jóvenes, me dispuse a esperar. Y llamaron: "Vuelo 72, la aerolínea llama" mi mirada se dirigió a mi padre, quien me miró con tristeza y me abrazó. Para luego decir: 

— Ten un lindo viaje mi pequeña. —Me abrazo fuerte y no dudé en corresponder. 

Me separé del abrazo, me sentía nostálgica. Iba a estar lejos de él, pero él sabía que era mi sueño y el destino lo quiso así, comencé a caminar. Miré hacía atrás y mi papá agitaba su mano en forma de un nos vemos pronto, subí al avión y esperé a llegar a mi destino. 

Por otro lado

— Nishimura Riki. —Exclamó mi mamá molesta. Y me di vuelta poco a poco. 

— Dime, mami. —Dije haciéndome el inocente. 

— ¿Que crees que es esté desastre? —Miro el cuarto. 

— Lo siento, mamá. Estuve buscando unas camisas que habían perdido, pero estaba al fondo del armario. —Dije rascando mi nuca. 

— Comienza a arreglar el desorden. —Dijo molesta y salió de mi habitación. 

Comencé a arreglar mi habitación y me entró una llamada de Jay (Es uno de mis amigos que conocí en corea. Cuándo fui a visita a una tía que vive allí, al igual que otros amigos). 

En la llamada 

 Niki, necesito un favor. 

 Dime, hyung

Muy pronto iremos a visitarte. —Río mientras lo decía

¿En serio?

En serio, lo haremos

Oh, me alegra mucho

Solo quería darte esa noticia, tengo que estudiar. Mañana tengo examen, adiós Niki 

Adiós, Hyung. 

Jay colgó la llamada.


Luego que Jay colgara comencé a arreglar mi cuarto, era sábado. El lunes tenía clases, habían llamado a mi madre para informarle que tenía que darle el recorrido por la institución a una estudiante de intercambio. No me opuse, siempre es bueno hacer amigos, sentía que algo extraño iba a suceder, pero no era malo. Al contrario, era bueno. Muchas cosas pasaban por mi mente, culminé de arreglar mi habitación, me acosté en mi cama con mi mirada fija al techo de la habitación, tenía curiosidad quién sería la nueva estudiante.

Mi mente se encontraba distraída y sentir a alguien llamándome, yo escucho y siento presencia fantasmales. Por eso es algo normal, a lo que abrí los ojos y vi a 3 fantasmas. A lo que dije: 

— ¿Qué quieren? —Dije arqueando una ceja. 

— Solo queremos advertirte una cosa. —Dijeron los 3 al unísono. 

— ¿Qué? —Dije confundido.

— No dejes ir a la chica. —Dijeron para luego desaparecer. 

— (¿P-pero que?) —Abrí mis ojos como platos.  

Volví a cerrar mis ojos, y recordar aquellas palabras que sé repetían en mi cabeza: "No la dejes ir" ¿Tendrá algo que ver conmigo? fue lo primero que pensé, no sé si era bueno o malo. Pero sentía que la tenía que proteger si o si, no sabía quién era a la persona, pero sabía que si la encontraría, tendría ganas de protegerla. Caí en un sueño profundo luego de tanto pensar. 

En mis sueños:

— Nikie, ven vamos a jugar. —Dijo aquella niña. 

— Hinata, es muy peligroso ir por ahí. —Dijo preocupado, aquel niño no entendía como sabía su nombre. No podía ver la cara de aquella niña. 

Estábamos en medio del bosque, cerca de un viejo puente. Ella quería cruzarlo, pero yo no quería que lo hiciera sabía que algo malo le iba suceder. 

— Voy a pasar. —Al intentar pasar, aquella niña calló al vacío. 

— ¡Hinata! —Grité y me desperté. 

Mi mamá llegó apresurada a ver que me ocurría. 

— ¿HIJO, QUE PASÓ? —Dijo aterrada. 

— F-fue un sueño. —Dije inaudible. Solo me levante y abracé a mi mamá. 

Mi mamá correspondió al abrazo, sé extraño. Ya que no suelo abrazarla todo el tiempo, pero quería hacerlo.

Quiero protegerte, déjame hacerlo [Nishimura Riki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora