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 Narra Hinata:

Ya habían pasado aproximadamente 1 día en el avión, ya solo faltaban 2 horas para llegar a Japón. Le avise a mi madre, las horas que faltaban, para que fuera a recogerme al aeropuerto de Okayama, ir en avión era muy cómodo y más si escuchar música, es completamente relajante. Cuándo salí de mi casa ya era prácticamente viernes, a lo que llegué a Okayama el sábado en la madrugada, a las 2:20 de la mañana día domingo.

Buscaba a mi mamá con la mirada, y pude notar su hermosa cabellera marrón, estaba de espalda. Pero podía reconocer a mi mamá en dónde fuera, es hermosa e incluso de espalda.

— ¡Mamá! —Exclamé con alegría diciéndolo en Japonés. 

Ella extendió sus brazos de par en par, formando un tierno y bonito abrazo. Tenía años sin ver esa cara que me transmitía tanta alegría, ella y papá eran mi lugar seguro. 

— Cuántos has crecido, mi princesa. —Dijo mi mamá nostálgicamente. (Obviamente que en Japonés) 

— Bastante, estoy más bella de lo normal. —Hice una pose de diva. 

— Al parecer si, tienes las curvas de mi suegra. —Río viéndome de arriba abajo. 

— Mamá. —Dije avergonzada. 

— Vamos, tienes que descansar. Para que el lunes comiences el intercambio bien. —Sonrío y comenzó a caminar. 

Por otro lado, varias horas antes:

Todavía me encontraba pensando en la niña de aquel sueño, ¿Qué significara? esa pregunta cursaba mi cabeza durante aquella noche día sábado. Logré dormí, pero otra Azaña sucedió. 

En el sueño: 

 Nikie, esperó estés bien. Disculpa si te asusté, solo quería que alguien supiera de mi. Dijo aquella niña. 


— No te preocupes, estoy acostumbrado a esté tipo de cosas. Sonreí para tranquilizarla—. ¿Qué querías decirme? 

 Sé que será poco creíble, pero, encontrarás al amor pronto y será el correcto. No te dejes llevar por mentiras ni por comentarios mínimos, querrán separarte de esa persona a toda costa y querrá hacer su vida un infierno. Dijo sin más. 


— Está bien, te creeré Hinata. Dije. 


 Yo no me llamó así. Dijo la niña y me miro—. Me llamó tsuki. 


 La miré confundido. 

 Quién sé llama así es a quién tú amarás. Dijo.


En ese momento me pregunté: —¿Será verdad? ¿Tendré que protegerla?  ¿La amaré?—

Me desperté de golpe debido a ruidos que hacían los autos de mañana, era confuso lo que fueron minutos. En la vida real eran 8 a 10 horas, pasaba el tiempo rápido, ya era domingo. Un día soleado, lleno de alegría y el cantar de los pájaros era hermoso. Me quedé pensando en esa niña Tsuki, si lo que ella decía era verdad o era alucinaciones mías. Un golpe en la puerta me saco de mis casillas, haciendo que reaccionará y dijera que pasará. Era mi mamá a lo que ella dijo: 

— Baja dentro de unos minutos a desayunar Ni-ki. —Dijo con una sonrisa. 

Yo asentí, arreglé el desorden de mi cama. Ya que duermo en circunstancias algo exóticas, me dirige al baño, hice todo lo que tenía que hacer, me cambié de ropa a una que no fuera mi pijama de leones. Y bajé a desayunar. 

— Buenos días familia. —Dije sonriente para luego sentarme al lado de mi hermana. 

— Al parecer alguien amaneció feliz. —Dijo la mencionada. (Mi hermana) 

— Al parecer si. —Dijo mi mamá. 

Luego de unos minutos ya todos nos habíamos terminando el desayuno, yo me fui a mi habitación. Estaba solo mi hermana salió con sus amigas, mi mamá con una amiga y mi papá a trabajar, lo bueno de ello es que podía bailar sin pena alguna. 

Mientras con T/n el día domingo:

Ya se había hecho de mañana, un día bastante agradable. Ya estábamos en casa, disfrutando del desayuno y de lo acogedor que era el lugar. Todavía no me creía que estaba en Japón, que mañana comenzaría mis clases, y mucho menos que estuvieran en unos de los mejores institutos de Japón. 

— Hija, acá está tu uniforme. —Dijo colocándolo en el armario. Era un uniforme azul con cuadros, era elegante, como un esmoquin pero para dama. Solo que el color era más alegre, no como el negro que es más elegante. 

— Okey, mamá. —Mi vista seguía en la ventana, salí al balcón. La vida era hermosa, el cielo azul, los edificios y las personas pasando, era perfecto. 

Mientras con Nishimura:

Me encontraba calmado, a fuera del balcón. El viento hacía que mi cabello sé despeinará y me sintiera libre, ya casi iba a anochecer. Escuché mi nombre a lo lejos, pude identificar que mi mamá ya había llegado. 

— Ya voy. —Corrí hacía abajo y abrí la puerta. 

— Gracias, hijo. —Dijo entrando sonrientemente. 

Luego volví a mi cuarto a pensar otra vez en aquella niña y su predicción, que según pasará mañana.    

Con Takahashi:

Ya había anochecido, me encontraba preparándome para dormir. Pensando en que mañana seria el día. Nueva comienzo, nueva historia, nueva yo. Me acosté a dormir, y al instante caí rendida como si nunca fuera dormida. 

— Al siguiente día: 

Me desperté a eso de las 6-7 de la mañana, mi entrada era a las 8. Me levanté temprano, porqué primer día de escuela y quería dar buena impresión. 

Fui al baño, me cepillé los dientes. Me metí a la dicha, luego de 15 minutos salí, me coloqué el uniforme y baje a desayunar. 

— Buenos días, mamá. —Dije sonriente. 

— Buenos días. —Dijo con una sonrisa. 

Luego de eso, dispusimos a comer y al terminar. Me dirigí al cuarto a darme los retoques finales, un poco de maquillaje, me peina mi gran cabellera negra larga y baje nuevamente. 

— Mamá, ¿me llevarás? —Pregunté. Y ella asintió. 

Salimos de la casa, nos montamos ambas en el auto. Mi mamá en el volante y yo en el asiento trasero. Las calles de Japón eran totalmente hermosas. Luego de unos 20 a 30 minutos llegamos a mi nuevo colegio, me baje del auto, miré alrededor y el colegio parecía un castillo. 

— Hay un chico que te guiará en la entrada del colegio. —Dijo adentro del auto. 

— Okey, mamá. —Sonreí. 

— Suerte en las clases, te amo. —Dijo y arranco el auto. 

Respondí el te amo, al ver como se marchaba me di la vuelta y fui caminando a la entrada. Habían estudiantes afuera, me miraban extraños como si fuera primera vez que ven a alguien con rasgos latinos. 

Con nishimura Riki minutos antes: 

Ya había llegado al colegio, estaba adentro de los salones. Pero, recordé que tenía que darle el recorrido a la nueva estudiante, ellos no me dijeron como era la estudiante de intercambio, solo me dijeron que tenías rasgos latinos. Salí y me quedé en la entrada, mi mirada fija adelante. Vi a una chica con una piel de color blanco, unos ojos de tonó café, su larga cabellera negra y sus ojos grandes, era delicada, muy bella. Ella sé me acercó y dijo: 

— ¿Eres quién me enseñará la escuela? —Dijo con una sonrisa. Me sorprendí hablaba Japonés a la perfección. 

— Yo solo asentí y comencé a enseñarle el colegio. 

— Y por último el patio. —Dije con una sonrisa. 

— Está escuela es muy grande. —Dijo con el seño fruncido. 

— ¿Cuál es tu nombre? —Pregunté curioso. 

— Soy Takahashi Hinata

Quedé perplejo, era el nombre que Tsuki había mencionado.

Quiero protegerte, déjame hacerlo [Nishimura Riki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora